17 de septiembre 2014 - 00:00

Un final pleno de promesas y escraches

Edimburgo - Los líderes de los tres principales partidos del Parlamento británico -conservadores, laboristas y liberaldemocrátas- firmaron ayer una carta conjunta con promesas de mayor autonomía para Escocia en caso de que el No a la independencia se imponga en el referendo de mañana.

"El Parlamento escocés es permanente y se les cederán nuevos poderes mediante el proceso y el calendario acordado y anunciado por nuestros tres partidos, lo que comenzará el 19 de septiembre", prometieron en la misiva publicada en el diario Daily Record el primer ministro británico, David Cameron (conservador), el líder de la oposición laborista, Ed Miliband, y el viceprimer ministro Nick Clegg (liberaldemócrata).

Los políticos señalaron "categóricamente", entre otros aspectos, que la palabra final sobre los fondos destinados en Escocia al Servicio Nacional de Salud será competencia del Parlamento de Edimburgo, uno de los temas polémicos de la campaña.

"Estamos de acuerdo con que el Reino Unido existe para garantizar oportunidades y seguridad para todos compartiendo nuestros recursos equitativamente entre las cuatro naciones", Inglaterra, Irlanda del Norte, Gales y Escocia, continúa el texto.

La publicación de esta carta en primera página del periódico escocés llegó a sólo dos días de la votación y con unas diferencias muy estrechas en los sondeos después de que los independentistas consiguieran recortar distancias durante el mes de agosto, entre el nerviosismo de la clase política británica.

"La gente quiere ver cambios", indica el texto. "Un voto por el No ofrecerá un cambió más rápido, más seguro y mejor que la separación", agrega.

El primer ministro escocés, el independentista Alex Salmond, calificó la carta como "una desesperada oferta de nada en el último minuto" y aseguró que no va a "disuadir a los escoceses sobre la gran oportunidad de poner el futuro de Escocia en manos de Escocia".

"Están tratando a los votantes en Escocia con desprecio", agregó por su parte la viceprimera ministra escocesa, Nicolas Sturgeon.

Miliband realizó ayer su último viaje a Escocia antes de la votación, que resultó bastante accidentado. Fue abucheado y empujado por algunos partidarios del Sí durante una visita no anunciada a un centro comercial en Edimburgo, después de que se propagase rápidamente en las redes sociales.

Para el líder laborista, lo sufrido es una muestra del "lado desagradable" de la campaña por la independencia pero también de que los debates son "apasionados" y hay "puntos de vista muy fuertes en ambos bandos".

La independencia escocesa tendría consecuencias especialmente negativas para los laboristas, que superan ampliamente a los conservadores en la región y cuentan con 41 diputados en Westminster elegidos en Escocia frente a tan sólo uno del Partido Conservador.

Los líderes británicos, en tanto, admitieron que incluso si Escocia vota a favor de continuar con la unión de 307 años, la estructura de Reino Unido tendrá que cambiar, ya que la prisa para ofrecer tanta autonomía a los escoceses provocará llamados de los votantes a favor de un estado menos centralizado en Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte.

Agencias EFE, AFP y DPA

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