"Se suspende esta negociación hasta tanto no se aclare y se liberen estas personas", sostuvo Santos al término de una reunión con el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, y los altos mandos militares.
El general Rubén Darío Alzate, comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta Titán que opera en el departamento del Chocó, fue secuestrado el domingo en una zona selvática del oeste del país a la que entró de civil, sin escoltas y sin cumplir con las medidas de seguridad.
El ministro de Defensa reveló que el general, a cargo de una unidad estratégica que combate por tierra, ríos y el aire a las FARC, se desplazó en una lancha hasta un caserío cercano a la ciudad de Quibdó para supervisar un proyecto energético y fue secuestrado por la guerrilla cuando desembarcó. Junto con Alzate fueron capturados un suboficial y una abogada, mientras que un soldado que manejaba la embarcación huyó y avisó de lo ocurrido a las autoridades.
Al mediodía, las FARC anunciaron una conferencia de prensa para hoy a la mañana y evitaron pronunciarse sobre la decisión de Santos. "Es muy difícil hablar desde acá, y saber qué pasó realmente en Colombia. Entonces hay que esperar un poco y tener paciencia", explicó una portavoz de las FARC por teléfono a medios internacionales.
Empero, en un editorial adjudicado a la guerrilla en la agencia colombiana Anncol, se afirmó que el general Alzate se entregó a "un supuesto comando" guerrillero y que hay sectores que intentan boicotear el proceso. "Una vez más el anhelo de paz de los colombianos se ve frustrado, dejando claro que la estrategia del garrote y la zanahoria o de negociar en medio de las balas ha fracasado, sometiendo al país a una incertidumbre deletérea", se señala en el texto titulado "Es el conflicto, ¡estúpido!".
Como primera medida, Santos ordenó suspender el viaje a Cuba que debían realizar ayer sus delegados para iniciar un nuevo ciclo de la negociación con las FARC, que comenzó en noviembre de 2012 y que busca poner fin al conflicto de medio siglo que ya dejó más de 200.000 muertos. El mandatario también pidió a las Fuerzas Militares intensificar todas las operaciones necesarias para rescatar al general y a sus dos acompañantes, así como una investigación para establecer por qué viajó a la zona violando los protocolos de seguridad.
Pese al diálogo de paz en La Habana, la confrontación continúa y son frecuentes los ataques, los bombardeos y los combates. Aunque fueron debilitadas por más de una década de ofensiva militar, las FARC -que cuentan con unos 8.000 combatientes y son consideradas como una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea- aún tienen capacidad de realizar acciones de gran impacto. De hecho, la semana pasada secuestraron a dos soldados durante combates en una región petrolera del noreste del país y los calificaron como "prisioneros de guerra".
En el diálogo de paz, las partes lograron acuerdos parciales para dar acceso a la tierra a campesinos pobres, sobre garantías para que los guerrilleros puedan participar en la política, y sobre la lucha contra el narcotráfico. Todavía quedan pendientes temas complejos, como la compensación a las víctimas, el fin de la violencia y la aprobación por parte de los colombianos de los acuerdos a través de un mecanismo como un referendo.
"Los hechos demuestran que para el terrorismo los gestos de paz del Estado no son generosidad sino debilidad que aprovecha para avanzar en su designio criminal", aseguró Álvaro Uribe en un comunicado de prensa. El expresidente, opositor acérrimo al diálogo con la guerrilla, escribió que "la comunidad internacional, que tanto apoyó los diálogos con las FARC, debería exigir a esta agrupación terrorista el cese unilateral de actividades criminales". Por su parte, Camilo Gómez, excomisionado para la paz durante el Gobierno de Andrés Pastrana (1994-1998), recordó que las conversaciones de paz con las FARC, a finales de los años 90, se rompieron por el secuestro de un congresista, cuando hombres de esa organización tomaron un avión comercial. "Es un punto muy crítico, hay que hacer memoria que el proceso del Caguán se rompió precisamente por cuenta de un secuestro de las FARC", aseguró Gómez.
"Es una decisión correcta la que tomó el presidente Santos de suspender esos diálogos, yo creo que no es solamente por lo que ocurrió con el general sino que la gota venía rebasando el vaso", manifestó por su parte el senador Mauricio Lizcano, del oficialista Partido de la U. El parlamentario aseguró que la decisión del mandatario demostró que "no es rehén del proceso de paz ni de las FARC, como muchos creían".
Agencias Reuters, AFP, ANSA, EFE y DPA, y Ámbito Financiero |
Dejá tu comentario