En un mercado "tradicional", lo que se tranzan son productos físicos. En el mercado de capitales, lo que tranzamos en última instancia es información, que determina el precio de los distintos activos en función de sus perspectivas. Ayer hablamos de la importancia que esta información sea certera y que circule lo más libre y económicamente posible, para un mercado de capitales eficiente, esto es, capaz de distribuir la riqueza de las personas de manera justa generando así el mayor beneficio posible para todos los integrantes de la sociedad. Irónicamente, entonces, el trabajo del regulador es desregular todos los impedimentos que traben o encarezcan esta libre circulación de la información, impulsando además la competencia entre los distintos actores para que sea la pugna entre ellos, la que determine la subsistencia de los mejores. Un mercado verdaderamente libre -sin monopolios de ningún tipo- es una máquina de premios y castigos que tiende a autocorregirse expulsando a los jugadores deshonestos o ineficientes ("Se puede engañar a algunos hombres, o se puede engañar a todos los hombres en algunos lugares y momentos, pero no se puede engañar a todos los hombres en todos los sitios y momentos", Jacques Abadie, 1684) que cuanto más libre y transparente es, mejor funciona. En el mundo real lamentablemente tenemos innumerables trabas a la competencia y aquí es donde aparece la figura de la regulación, optimizando una competencia imperfecta -el trabajo del regulador es entonces doble, sustituir la competencia y eliminar sus escollos-, lo que también apareja premios y castigos. Los recientes pedidos de informes de la CNV a Petrolera del Cono Sur, Carboclor y Solvay Indupa son un claro ejemplo de esto, donde la potestad del regulador es empleada para transparentar una situación que podemos definir ex-post y "siendo buenos", como "maniática". Esto significó ayer un derrumbe de 55,17% en las acciones PSUR, 13,89% en CARC, y 9,39% en INDU, derrumbe que algunos pagaron, pero que implica a futuro un mercado mucho más transparente, con la señal de un regulador vigilante y presto a cumplimentar sus funciones. A quien cumple su tarea no se lo felicita, pero en lo personal se le puede agradecer. Gracias. Ayer el Merval retrocedió 0,96% a 15.778,51 puntos, con un volumen de $ 349 millones, 22 alzas, 12 papeles sin cambio y 56 bajas. Estrellas las líderes, Siderar (+1,55%) y Aluar (+0,48%), estrelladas, San Miguel y G. Galicia (-2,72%).
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