4 de marzo 2013 - 11:00

Vale y represas, agenda de Dilma con Cristina

• La cumbre será el jueves en El Calafate.
• Ambas llegan sin temas cerrados

Néstor Kirchner
Néstor Kirchner
Tanto en el Palacio San Martín como en Itamaraty aseguran que el "tema Vale" viene descongelado para la reunión del jueves entre Cristina de Kirchner y Dilma Rousseff. Pero le faltaría todavía un poco más en el microondas para estar a punto de caramelo: porque lo de Vale no se circunscribe sólo al proyecto Potasio Río Colorado (Malargüe), suspendido por la minera brasileña desde fines de 2012. Su negociación se da en simultáneo con la de otro megaproyecto, tambien demorado: el de las dos represas a construirse sobre el río Santa Cruz.
Así, mientras durante el fin de semana los brasileños insistían con una venia de la Casa Rosada para disminución de impuestos, financiamiento adicional y la incorporación de un socio para "darle viabilidad financiera" al proyecto Potasio Río Colorado, los argentinos buscaban que tanto el estatal BNDES como las empresas brasileñas involucradas en la licitación de las centrales hidroeléctricas de Santa Cruz aporten como mínimo el 50% de financiamiento.
Ese trade-off estará sobre la mesa de El Calafate el jueves 7. En un juego en el que las fichas llevan grabado el monograma personal de las presidentas. Porque mientras que la mandataria brasileña apuesta a seguir con el proyecto que proveerá el 60% del fertilizante de cloruro de potasio que necesita su país, su par argentina quiere agilizar la obra hidroeléctrica de su provincia de origen, que contribuirá con 5246 GW/año (5% de la energía del sistema eléctrico nacional) y que viene demorada desde 2008 cuando se lanzó con los nombres Cóndor Cliff y Barrancosa, y empantanada, en 2012 fue relicitada con los nombres Néstor Kirchner y Jorge Cepernic.
La negociación, además, coincide con otro ultimátum. Es el del viernes 8, cuando se dé a conocer la evaluación sobre los antecedentes técnicos y financieros presentados por los cuatro consorcios que compiten por las hidroeléctricas del río Santa Cruz. De ellos, dos consorcios presentaron financiamiento de origen chino; otro, de origen ruso; y un cuarto -es el grupo 2- propuso financiación "made in Brasil" que, según trascendió, no es del todo prolija, ya que tiene más de carta de intención que de compromiso financiero. Pero se la habría "dejado pasar" hasta tanto Dilma y Cristina definan en esta cumbre de El Calafate los capítulos futuros para inversión en infraestructura.
Dicen que ese "guiño" argentino para que la propuesta del consorcio entre Odebrecht, Alstom Brasil e Impsa (Pescarmona) pase el filtro de la evaluación y avance hacia la apertura a fines de marzo de los sobres 2 (que contienen la oferta económica y business plan) tendría que ser complementado por el de Dilma. Al menos para abrir las arcas del BNDES.
No es poca cosa. De los u$s 6.600 millones que ese banco tiene presupuestado para inversiones en la Argentina, ya se colocaron u$s 4.400 millones. Respecto de los restantes, desde Brasilia fuentes diplomáticas deslizaron a este diario que "podrían adjudicarse de inmediato para proyectos a ser implementados". Si se tiene en cuenta que la obra para los aprovechamientos hidroeléctricos sobre el río Santa Cruz está estimada en $ 24.000 millones de pesos, el "cambio chico" que todavía le queda al BNDES bien podría aportar el 50% de capital de financiación foráneo que piden los pliegos de ese proyecto patagónico.
En cuanto al emprendimiento Potasio Río Colorado (incluye la mina en Malargüe junto con tendido ferroviario hasta Bahía Blanca, más ampliación de ese puerto), los bemoles se tocan en distintas claves. La minera asegura que el 47% de la obra en la mina ya se concretó, con una inversión de u$s 2.229 millones, pero en el sector dicen que está a la caza de un nuevo socio con un mínimo de u$s 1.000 millones bajo el brazo. Ámbito Financiero preguntó en Brasilia si el magnánimo BNDES podría aportar su billetera. La respuesta fue más que taxativa: "El BNDES ya participa con el 5% como accionista de la minera Vale".
Agregaron que el "parate" en el desarrollo del proyecto tiene nombre y apellido: el tendido de los 350Km de nuevas líneas férreas (complementarias al Expreso Pampeano) desde Malargüe a Bahía Blanca. Y "la desocupación de terrenos, servidumbres a resolver, e imposición de obras complementarias y paralelas, que encarecieron el proyecto original", dijeron.
Si bien desde Brasil se preocupan en describir el caso Vale Argentina como "100% empresarial, sin costados políticos", Ámbito Financiero pudo saber que entre las empresas sondeadas para asociarse con la minera brasileña la preocupación es política. "Si el Gobierno no ordena el tema ferrocarril, nadie va a querer entrar donde gran parte del trayecto está en manos de una empresa (en referencia a Techint), que a su vez negocia con la brasileña América Latina Logística (ALL) quedarse con las cargas ferroviarias que maneja con base en las redes del San Martín y Mesopotámico, que se sumarían a la concesión de Ferro Expreso Pampeano".
"El Gobierno debería hacerse cargo de los costos en el sistema de transporte para llevar el potasio desde la mina al puerto porque pertenece a la infraestructura básica", concluyen. Y aseguran que esa preocupación es otra ficha más entre las que le toca jugar a Cristina con Dilma.

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