4 de febrero 2013 - 00:00

El dibujo y sus significados por cinco artistas rosarinos

Extraña y fascinante obra de Rubén Echagüe, uno de los artistas que en la muestra de la Biblioteca «Dr. Juan Álvarez» acompañan sus dibujos con un texto sobre lo que significa esta disciplina para cada uno de ellos.
Extraña y fascinante obra de Rubén Echagüe, uno de los artistas que en la muestra de la Biblioteca «Dr. Juan Álvarez» acompañan sus dibujos con un texto sobre lo que significa esta disciplina para cada uno de ellos.
Cinco artistas rosarinos fueron convocados para una muestra en la Biblioteca «Dr. Juan Alvarez», y la excelente edición del libro catálogo correspondiente fue prologada por Rosa María Ravera, actualmente Miembro de Número de la Academia Nacional de Bellas Artes que presidiera durante el período 2001-2006. Cada uno de estos artistas presenta una serie de dibujos a los que antecede la opinión personal e íntimos sentimientos acerca de esta disciplina.

Dibujar es un hecho natural, siempre se dibuja, para muchos artistas es el medio para fijar una imagen que puede ser casual o el paso previo para después culminar en otra disciplina o también testimoniar sus vivencias.

Clelia Barroso, nació y vive en Rosario, confiesa que «antes de aprender a escribir, dibujé; reproduzco lo que veo y manifiesto lo que siento». Su minucioso lápiz revela manos que sostienen frutas, personajes que vuelan, pájaros amenazantes, peces, una mesa con jarras, copas, una ventana o paisaje al fondo, figuras decimonónicas, una mezcla de elementos como si los recuerdos se amontonaran y que nuestra mirada va descubriendo de a poco.

Rubén Echagüe, docente de la UNR, crítico de arte, poeta, dirige el Espacio de Arte de la Biblioteca «Dr. Juan Alvarez». Una pata de un mueble sostiene libros y otro libro sostiene un florero en el que hay un tallo peludo y una pantalla con caparazón de tortuga y ramas y un número y un caño que termina en el pico amenazante de un extraño bicho. Dibujo orgánico, surrealista, un dibujo «loco» que atrapa al que lo «lee» y «relee» tratando de desentrañarlo. Imposible. Allí reside su fascinación. Su escrito es como su dibujo: «El ovillo de la línea rueda desde una mesita cándidamente victoriana y el gato de la imaginación juega a desentrañar el enigma de su trayectoria impredecible».

Rodolfo Elizalde nació en Bahía Blanca, reside en Rosario, estudió pintura y grabado con Juan Grela, participó en «Tucumán Arde». El título de su texto es «Con mucha alegría». Alegría porque ha retomado el dibujo, «reapareció el sonido de raspar la superficie del papel. recuperé la improvisación, el hallazgo inesperado». Un mundo vegetal de líneas delgadas, arabescos, su mano parece no detenerse, línea que también se convierte en mancha gestual, con premura, el observador es también asido por ese impulso.

Emilio Ghilioni, reside en Rosario desde 1955, arquitecto, docente en la UNR. «El dibujo es continuidad de una idea que discurre por senderos múltiples, en zigzag, se ofrece, duda, desaparece y vuelve». Trata las frutas, caracolas y objetos cotidianos con rigor geométrico. Los ubica frontalmente, la línea apretada del esgrafiado actúa como una red que los inmoviliza. Nada parece azaroso, todo parece responder a un plan previo. Para mirar en silencio. Ghilioni lo dice: «El dibujo, como el pensamiento, discurre en silencio».

Hover Madrid (Rosario,1956) se graduó en UNR, realizó estudios en el Instituto de Arte de Chicago, es diseñador gráfico y dirige el estudio de Comunicación Visual Madrid & Zorzoli. «La contemplación me lleva a tener un compromiso con la figuración. La calle es una obsesión. Sus habitantes naturales y ancestrales están en el último escalón social,. son casi desaparecidos del sistema». Hover los hace visibles: alguien empuja un carro con la basura que recolecta, un perro frente a un hueso, los rostros de algunos niños marcados con círculos o cruces, el escorzo de un hombre que descansa bajo la basura, como un halo, un hombre lee sentado sobre la basura. Esta, siempre presente, es el paisaje cotidiano. Su lápiz apenas parece rozar el papel, imagen dramática sin golpes bajos, sólo la presencia. Responde a sus sentimientos solidarios frente a la realidad tan injusta.

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