La joven escritora Ana Langier se abre paso en la literatura con cuentos cortos, que sensibilizan. En esta ocasión, dos de sus "pequeñas" obras fueron ilustradas por dos artistas que interpretaron el sentir de sus palabras y lo volcaron en dos increíbles imágenes.
Dos cuentos breves, dos ilustraciones maravillosas
Una joven escritora publica dos cuentos breves y dos artistas plásticos acompañan sus obras con ilustraciones.
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En honor al lápiz
Puede que esto sea bastante personal, pero tengo que admitir que cada vez me cuesta más leer si no es con un lápiz en la mano. No porque le dé un uso muy especial, pero el tener una herramienta con la que marcar las cosas que me gustan (o no) de mis lecturas cambió, notablemente, mi relación con los libros. La costumbre empezó en primer año; mi profesora de castellano nos obligaba a anotar en un costadito de la hoja lisa, aquello que nos llamase la atención tanto de lo que leíamos como de lo que explicaba en clase. Nunca con una lapicera, decía también, que eso convierte a nuestras observaciones en algo ridículamente definitivo.
Si hay algo que me gusta es tener la sensación de control, y me angustiaba pensar que la literatura se escapaba de mí, que no me involucraba. Pero hoy me amigo con eso y, mientras tengo un lápiz para dejar una parte mía en lo que leo, puedo decir que la obra y yo nos volvemos, en mayor o menor medida, uno.
Texto de Ana Langier (@ana.langier). Ilustración de David Marthí (@davidmarthi)
Un equilibrio perfecto
Estamos los tres en la cama, la luz entra en forma de rayas largas y los ojos de mamá son amarillos. Malena salta en la cama y papá, desde la puerta, saca fotos con una cámara grandota, una Nikon. La agarra con las dos manos y se que sonríe aunque no pueda ver sus dientes chuecos. Malena salta en la cama y sus trenzas van de acá para allá, papá graba, yo me acuesto en el pecho acolchonado de mamá y ella me mira -sus ojos parecen a punto de prenderse a fuego- y: ¿te cuento un secreto, Lu? Sí, contame. Me voy a colgar de esto para siempre.
Texto de Ana Langier (@ana.langier) Ilustración de Natalia Pizzacalla (@natypizzacalla)
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