27 de junio 2007 - 00:00

Fest: el rechazo al nazismo como una cuestión visceral

Antes de «Lacaída»,Joachim Festhabría escritoel formidable«Hitler, Hitler,unabiografía»; ensusmemorias,«Yo no. Elrechazo delnazismo comoactitud moral»aborda eltema desdeun punto devista másíntimo yfamiliar.
Antes de «La caída», Joachim Fest habría escrito el formidable «Hitler, Hitler, una biografía»; en sus memorias, «Yo no. El rechazo del nazismo como actitud moral» aborda el tema desde un punto de vista más íntimo y familiar.
Madrid - A raíz de la película «La caída», que recoge los últimos días de vida de Hitler, basada en el libro homónimo de Joachim Fest (1926-2006), el nombre del periodista e historiador alemán apareció profusamente en los medios. El trabajo del director Olivier Hirschbiegel, aspirante al Oscar a la mejor película extranjera en 2005, levantó una gran polémica al mostrar, a juicio de muchos críticos, un retrato «demasiado humano» del dictador nazi. La respuesta de Joachim Fest ante los comentarios fue que, efectivamente, Hitler no venía de otro planeta.

Esta anécdota retrata perfectamente la posición vital e intelectual de Joachim Fest y el hilo conductor de sus memorias: no dejarse llevar por la corriente, combatir con el escepticismo, el espíritu de la época y sus simpatizantes y rebelarse contra ellos. Así lo aprendió en su casa, del ejemplo dado por su padre, un católico del partido Zentrum que apoyó hasta el final a la República de Weimar y que jamás abdicó de sus principios.

Sin embargo, Joachim Fest ya había sido reconocido académicamente en 1973 por su gran obra sobre Hitler: «Hitler: una biografía», y tenía una gran reputación en su país como coeditor del periódico «Frankfurter Allgemeine Zeitung», donde dirigió el suplemento de Cultura.

Pero la cuestión está en el libro «Yo no. El rechazo del nazismo como actitud moral», las memorias de Joachim Fest recientemente publicadas en España, y en ellas apenas alude, salvo al final y por encima, a asuntos de interpretación histórica que considera bien atendidos en el resto de su obra, reservando estas páginas a la reconstrucción de la memoria personal, echando mano de sus recuerdos y de los de sus familiares y allegados. El autor lo expone con claridad en el prólogo: «No he pretendido hacer una historia de la época Hitler, sino plasmar su reflejo en un entorno familiar». El resultado material, no podía ser de otro modo, es fragmentario y muy peculiar, características que dotan a la obra de una extraordinaria autenticidad.

Los capítulos se pueden agrupar en tres períodos. El primero, que ocupa la mitad del libro, el más interesante, está dedicado a la familia, a la descripción de la resistencia del padre Johannes a la imposición totalitaria nazi -lo que le acarreó el despido de su puesto de profesor por desafecto- y a las experiencias de la niñez y primera adolescencia del joven Joachim. Una vida, pese a todo, feliz en términos generales debido a la unión familiar en torno a la consistencia moral y convicciones del padre. Son estos unos capítulos emocionantes y transcendentales, donde se muestra que muchos alemanes resistieron a la tentación de la pasividad cómplice, o la colaboración interesada, a costa de grandes padecimientos, aislamiento y hostilidad. Con el añadido de haber recibido al final de la guerra el castigo destinado a los derrotados. Ni siquiera tras el hundimiento del régimen, Johannes quiso hacer valer su posición de resistente para obtener recompensa.

El segundo comienza con el traslado de los tres hermanos varones a un internado en Friburgo en 1941, la posterior incorporación a filas de Joachim en 1944 y el internamiento en el campo de prisioneros hasta su licenciamiento en 1946, episodios que el autor salpica de abundantes comentarios sobre sus inquietudes intelectuales en los ámbitos de la literatura y la música, sin olvidar las vicisitudes familiares, como la muerte de su hermano y la captura del padre por los soviéticos, así como la violencia desatada por los vencedores sobre otros familiares cercanos, víctimas de violaciones y asesinatos.

El tercer período recoge brevemente la trayectoria posterior a la guerra y algunas consideraciones de tipo general sobre su vida y la asunción de la experiencia, una especie de recapitulación, que renueva el gran interés de estas memorias.

En definitiva, en este espléndido libro se encuentra condensada la caída del mundo burgués-liberal y se acredita la existencia de una porción de alemanes que intentaron resistir defendiendo la libertad y que sufrieron las consecuencias de la guerra. Además, hay una importante enseñanza moral: «La lección que me enseñaron los años del nacionalsocialismo se resume en oponerme a las corrientes de opinión y no dejarme llevar por ellas». Posición resumida en la sentencia que le inculcó su padre: «Aunque todos participen, yo no».

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