29 de octubre 2013 - 00:28

“La calle Corrientes viró a un teatro de mayor calidad”

Bultrach y un homenaje a Teatro Abierto: “Junto a este ciclo que arranca con tres obras, abrimos un concurso para seleccionar 18 obras breves e inéditas que se van a estrenar el año que viene”.
Bultrach y un homenaje a Teatro Abierto: “Junto a este ciclo que arranca con tres obras, abrimos un concurso para seleccionar 18 obras breves e inéditas que se van a estrenar el año que viene”.
En homenaje a Teatro Abierto, el Teatro El Picadero seguirá exhibiendo, durante noviembre, tres obras breves de 1981 que fueron seleccionadas del repertorio original. "Gris de ausencia" de Roberto Cossa (dirigida por Agustín Alezzo); "Decir sí" de Griselda Gambaro (dirigida por Ciro Zorzoli) y "Papá querido" de Aída Bortnik (dirigida por Javier Daulte) se ofrecen los martes a las 21. La entrada es gratuita y se retira dos horas antes de la función.

Hace más de un año, el productor Sebastián Blutrach ("Toc, Toc", "Forever Young") logró reabrir El Picadero y hoy, uno de sus objetivos es descubrir nuevos autores y llevar a la calle Corrientes más piezas nacionales. El Picadero fue destruido en la madrugada del 6 de agosto de 1981 por albergar al ciclo Teatro Abierto. Tras su cierre, la sala estuvo a punto de ser demolida en varias oportunidades y en 2001 tuvo una fugaz reapertura que duró sólo un mes.

Periodista: La repercusión política de Teatro Abierto superó todo lo previsto, a principios de los 80'.

Sebastián Blutrach: Eso fue por el atentado. El otro día alguien me preguntó ¿cómo quemaron El Picadero? Fue una bomba incendiaria de la marina. Con esa impunidad se manejaba la dictadura. Ni se preocuparon en disimular el origen de esa bomba. En realidad, Teatro Abierto surgió a raíz de una conferencia de prensa en el Teatro San Martín, cuando le preguntaron a su director, Kive Staiff, por qué no había programado teatro argentino y él contestó: "si no hay autores". Esto me lo contó Tito Cossa. En respuesta a eso, varios dramaturgos se unieron para demostrar que autores había, pero estaban prohibidos. Yo quise recuperar el espíritu de Teatro Abierto de fomento al autor argentino. Junto a este ciclo que arranca con tres obras, abrimos un concurso para seleccionar 18 obras breves e inéditas que se van a estrenar el año que viene. El jurado está integrado por representantes del Instituto del Teatro, Secretaría de Cultura de la Nación y Argentores.

P.: ¿Qué otras obras tiene programadas para el 2014?

S.B.:
"Sonata de otoño" termina en diciembre y retoma el 15 de enero hasta fines de marzo, porque Cristina Banegas va a actuar en el San Martín, dirigida por Helena Tritek, en "El jardín de los cerezos" de Chejov. En enero estrenamos "El comité de Dios", del mismo autor que "La última sesión de Freud", con dirección de Daniel Veronese. Es el equipo médico de un hospital que tiene un programa de trasplantes y que debe decidir a quién irá destinado cada órgano que llega. Es como ver un capítulo de "Grey's anatomy" (se ríe). En el elenco están Gustavo Garzón, Alejandra Flechner, Mario Alarcón, Héctor Díaz, Ana Garibaldi, Julieta Vallina. Y a mediados de año estrenamos "El crédito" de Jordi Galcerán (el autor de "El método Gronhölm") con Jorge Marrale y Jorge Suárez. A mi juicio, dos de los cinco mejores actores que tiene la Argentina.

P.: ¿No programó ningún autor nacional?

S.B.
: Paralelamente desde AADET (Asociación Argentina de Empresarios Teatrales) y en cofinanciación con Argentores estamos organizando una especie de feria teatral llamada "Contar", para seleccionar obras para la calle Corrientes de autores argentinos. Las bases del concurso están en Argentores. Vamos a elegir unas diez obras para armar semimontados y exhibirlas a directores, productores y gente del medio. Lo copié de un formato que vi en Barcelona. Ahí descubrí el "Método Gronhölm".

P.: ¿Cuál es su balance de la actual temporada?

S.B.:
El otro día hablaba con el productor Pablo Kompel (CEO del Paseo La Plaza) y los dos coincidimos en que quizás haya un exceso de drama y comedia dramática en relación a la demanda del público. Obras como "Sonata de otoño", "Traición", "Los elegidos", "Amadeus" y "Una relación pornográfica" no tuvieron la concurrencia de público esperada, siendo productos de muy buena calidad. En cambio, funcionaron muy bien las comedias más livianas: "Toc, toc", en mi caso, que ya lleva tres años a sala llena y "Le prénom" que funciona bárbaro. "El placard" también arrancó bien. Pareciera que la comedia va un paso por delante del drama. No digo que haya que dejar de hacer drama, pero a veces hay demasiada oferta. Ya pasó con el género revisteril, cuando hubo tres revistas en Buenos Aires solo funcionó una.

P.: Quien busca calidad va al circuito alternativo...

S.B.:
Yo creo que el valor de la entrada condiciona lo que busca el espectador. Y el que va al circuito comercial busca pasarla bien y en general prefiere una comedia. Cuando uno va al circuito off está más dispuesto a meterse en un drama o en algo más experimental que cuando tiene que pagar lo que paga en la calle Corrientes. Por otro lado, el circuito comercial ha ido virando a un teatro de mayor calidad. Y esto tiene que ver con la generación de productores que hoy promovemos el teatro que realmente nos gusta.

P.: ¿Sin pensar en la recaudación?

S.B.
: Le respondo con una anécdota. El otro día mi hijo de 12 años me preguntó: "¿Cómo te va con Sonata de Otoño?" y yo le respondí: "Bien, pero pensé que iba a ir mejor porque es un lindo espectáculo". "Ah, ésa que vio mamá y dice que es muy dura... Papi, vos tenés que hacer el teatro que le gusta a la gente, no el que te gusta a vos".
Entrevista de Patricia Espinosa

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