27 de enero 2022 - 00:00

La nostalgia setentista al rojo vivo

licorice pizza. Gary Hoffman y Alana Haim, buenos debutantes.
licorice pizza. Gary Hoffman y Alana Haim, buenos debutantes.

Encino, 1973. Un gordito de 15 años, dinámico y hábil para los negocios, pone sus ojos en una empleada de veintipico (25, dice, y por ahí se le escapa 28) que primero lo desdeña y después va aflojando. De a poco serán amigos, socios comerciales, amigos celosos, ex amigos y ex socios, amigos de nuevo, hay que esperar dos horas y media para ver cuál de los dos dice de una vez “I love you” y comen perdices, ignorando la diferencia de edad, los histeriqueos previos, las restricciones legales y otras cuestiones de peso.

Entretanto se deciden, vemos una descripción bastante ágil de aquel tiempo que hoy suena casi feliz, luminoso, lleno de entusiasmos y expectativas de vida libre y jocunda. Así al menos lo pinta el autor, Paul Thomas Anderson, que apenas vivió esa época (entonces recién iba al jardín maternal), pero la tiene idealizada y la recrea con afecto e ironía. Toma varias anécdotas de juventud del productor Gary Goetzman, inventa otras, menciona lugares o marcas que despiertan nostalgia en los espectadores californianos, y disfruta como de costumbre poniendo a sus amistades en pequeños papeles o cameos. Así aparecen recreados Lucille Ball tras bambalinas (una pintura levemente cruel), el histórico concejal demócrata Joel Wachs (más leve, porque el hombre sigue vivo), el loco de Jon Peters, que de peluquero de señoras bien pasó a productor y pareja de Barbra Streissand, y otras figuras acá menos conocidas.

Párrafo especial, Sean Penn haciendo un actor borrachón, medio “has been”, en quien se mezclan libremente las figuras de William Holden y del acróbata Evel Knievel, que una noche saltó con su moto por sobre una fogata, para mero regocijo de los clientes de un restaurant de moda. Lo de William Holden es harto discutible, más aún que la relación de una joven con un menor de edad, pero Sean Penn compone muy bien lo suyo. Y los protagonistas Gary Hoffman (hijo del recordado Phillip Seymour Hoffman) y Alana Haim son dos debutantes muy buenos, agradables, muy naturales.

Dicho sea de paso, ella integra un grupito de música pop con sus hermanas, que aparecen en el film haciendo… de hermanas, y también están sus padres, en rol de padres. Otras apariciones, Tom Waits, John Reilly, Bradley Cooper, la morocha Iyana Halley (Annie en “This is us”), John Michael Higgins, una hija de Steven Spielberg, la lista es larga. La película también, y medio deshilvanada, pero simpática. Detalle final: Licorice Pizza, algo así como pizza con licor de regaliz, lo que suena como una mersada, fue en aquel tiempo una empresa discográfica. La película ni la menciona, pero en la banda sonora se oye a varios de sus artistas (otro factor de nostalgia).

“Licorice Pizza” (EE.UU., 2021). Dir.: P.T. Anderson. Int.: G. Hoffman, A. Hami, S. Penn.

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