6 de abril 2006 - 00:00

Spike Lee logra ser original hasta con un asalto a un banco

Denzel Washington encarna a un detective designado como el negociador de la toma de rehenes en un banco de Nueva York en «Un plan perfecto».
Denzel Washington encarna a un detective designado como el negociador de la toma de rehenes en un banco de Nueva York en «Un plan perfecto».
«Un plan perfecto» («Inside Man», EEUU, 2006, habl. en inglés). Dir.: S. Lee. Int.: D. Washington, C. Owen, J. Foster, C. Plummer, W. Dafoe. PM/13.

El robo a un banco es en torno a lo que gira «El plan perfecto» y, aunque parezca que ya está todo hecho en este tipo de películas, el director, Spike Lee, se encarga de demostrar que se puede seguir sorprendiendo y divirtiendo al público sin necesidad de poner en escena violencia o sangre para tapar los puntos débiles que pueda tener una obra.

Denzel Washington encarna a un detective designado como el negociador de la toma de rehenes en un banco de Nueva York, que lleva a cabo una banda de ladrones encabezados por Clive Owen. Un asaltante con las cosas muy claras y con un objetivo en mente: hacerse millonario. Es destacable el ambiente que el director crea en la película, tanto visual como de situación. Por momentos, no parece que se tratara de un film, sino más bien de una especie de cámara oculta que muestra el funcionamiento del operativo policial y los posteriores interrogatorios, lo que da una sensación de pertenencia al espectador, y que hace que se involucre cada vez más en el desarrollo.

Situaciones de mucha tensión y otras verdaderamente graciosas que harán al público reírse por varios minutos hacen que la película sea llevadera a pesar de sus 129 minutos de duración. Por otro lado, el continuo movimiento de la cámara crea un dinamismo tal que, a varias personas, puede darles una sensación de mareo porque no da respiro para detenerse a ver ningún detalle de la escena. Eso es algo que podría tomarse como negativo en esta historia, no obstante no impedirá que disfrute del film.

La música es un tema aparte. Están precisamente elegidos los momentos en los que aparece y deja claro el sentido que el director intenta dar al desarrollo de la historia con la armonía reproducida. Washington juega el papel de un detective que tuvo un pasado dudoso en otros casos en los que le tocó participar y, haciendo foco en eso, aparece Jodie Foster, una especie de abogada del diablo muy contactada con el poder, y que va a interferir en el trabajo del detective para proteger a su cliente.

Los diálogos entre los tres principales personajes de la historia son imperdibles por su cuota de ironía, sarcasmo y humor inteligente que supo impregnar el director y que los excelentes actores lograron transmitir al público. El que quiera ver acción, ladrones, buenos actores, una historia con un desarrollo lógico dentro de lo que el cine permite, pero que no esté interesado en poner un trapo debajo de la pantalla para contener la sangre que salga de ahí, tiene que ver «El plan perfecto» y pasar dos horas entretenidas en la butaca del cine.

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