29 de febrero 2024 - 14:16

Un robot, un perro y un mapache protagonizan magnífica fábula

La nueva producción hispanofrancesa de Pablo Berger es un imperdible relato para los chicos. Está nominada al Oscar en su rubro, aunque tiene competidores difíciles

Mi amigo robot, el film de animación de Pablo Berger que compite por el Oscar en su rubro

"Mi amigo robot", el film de animación de Pablo Berger que compite por el Oscar en su rubro

“Robot Dreams”, de Pablo Berger, o “Mi amigo robot”, como también lo llaman para más claridad, es un dibujo muy original, lleno de ternura, ingenio y personajes compradores, y toca sentimientos bien hondos sin golpes bajos. Habla (es un decir, porque ahí nadie habla) de amistad, soledad, mezquindades, necesidad de cuidar al amigo, dejarlo ir si se da el caso, y cicatrizar las heridas cuando se lo ha perdido, aunque parece que los robots bien recauchutados pueden tener una nueva vida, no es cuestión de hacer tanto duelo.

Protagonistas, un perro solitario, un robot para armar, y amar, que el perro toma de compañero en juegos y paseos, y luego un mapache habilidoso, viviendo en la Nueva York de los ’80 unos episodios simpáticos, risueños, a veces agridulces, y a veces inquietantes. Por ahí andan otros animales, cada cual con sus méritos y defectos, y un hombre de nieve bastante sobrador, y se oye desde el “September” de Earth, Wind and Fire hasta Vivaldi, Tata Guerra, la silbadora Ayna Ziordia y, de fondo, hermosos temas al piano de Alfonso de Villalonga. En cambio, nunca se oye a los protagonistas, igual que en la anterior película de Berger, una “Blancanieves” gótica, hispánica y taurina, fascinante y terrible. Cuando uno sabe expresarse con la imagen, los diálogos pueden ser prescindibles.

A propósito, una imagen del film parece recordar la de Blancanieves en su jaula de cristal. Es cuestión de estar atentos. Hay más guiños para los espectadores que gustan del juego de reconocimiento. Ahí aparecen, por ejemplo, las notas de “Encuentros cercanos del tercer tipo”, el camino de “El mago de Oz”, las nenas de “El resplandor”, el “Yo Yo” de Pierre Etaix y, sin agotar la lista, decenas de flores bailando tap dance en una coreografía tipo Busby Berkeley. También hay guiños personales, desde el bolso con la mascota del Mundial España 82 que lleva el perro hasta la marca Berger Corp. en la caja donde viene el robot desarmado.

Pablo Berger, conviene recordar este nombre, y el de Benoit Féroumont, director de animación. Juntos, el español y el francés reelaboraron la historieta “Robot Dreams”, de la norteamericana Sara Varon. Bueno, más que reelaborar, hicieron algo superior, desde el diseño del perro (al achicarle el hocico quedó más gracioso) hasta los sueños del amigo de lata, sueños hermosos y tristes. Momento antológico, una mañana de dulce y singular poesía donde el infeliz que no puede moverse porque está herrumbrado ayuda a un pajarito a dar su primer vuelo. Otro, el momento en que el perro dibuja el rostro de su amigo en la ventanilla húmeda de un ómnibus… Película excepcional por donde se la mire, ojalá gane el Oscar.

En efecto, este dibujo español es candidato al Oscar. La tiene difícil, porque debe competir con la nueva “Spider-Man”, “Elementos”, “Nimona” y la japonesa “El niño y la garza”, pero, aun así, seguro que alcanzará un buen porcentaje de votos. Y si pierde, no importa. Ya ganó como 20 premios importantes en Annecy (el mayor encuentro mundial de cine de animación), Sitges (por el lado fantástico, porque de terror no tiene nada), Toronto, Nevada, Bucheon, en Corea, la Academia Europea de Cine, el Annie, el Goya, y el corazón del público.

“Mi amigo robot” (“Robot Dreams”, España-Francia, 2023). Dir.: Pablo Berger. Animación.

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