13 de mayo 2005 - 00:00

Valiosa muestra del creador ermitaño Víctor Magariños D.

La actual muestra de témperas, fibras o técnicas mixtas sobre papel de Víctor MagariñosD. acerca a un artista que mostraba sus obras muy ocasionalmente.
La actual muestra de témperas, fibras o técnicas mixtas sobre papel de Víctor Magariños D. acerca a un artista que mostraba sus obras muy ocasionalmente.
Pequeñas témperas, tintas, fibras o técnicas mixtas sobre papel de Víctor Magariños D.(1924-1993) se exhiben en Galería Van Eyck (Av. Santa Fe 834). Fue un artista ermitaño que quebraba su silencio muy ocasionalmente para mostrar el desarrollo de una obra surgida de su admiración por el artista belga Georges Vantongerloo (1886-1965) a quien le dedicó en 1987 su muestra homenaje realizada en el Museo Real de Bellas Artes de Bélgica. Fue asimismo autor del prólogo, junto a un exhaustivo ensayo de Ignacio Pirovano, de un valioso libro dedicado a sus escritos. Como Vantongerloo, Magariños D. no temió ni a la ciencia ni a la técnica como medios para llegar a la esencia de las cosas, por ello, intentó establecer vínculos entre el lenguaje del arte y la realidad cósmica.

Por supuesto que su obra no es para aquellos que hacen o teorizan sobre ese arte de cajones de fruta apilados con plantas que cuelgan sobre ellos, rodeados de mangueras, palanganas o baldes de plástico, los residuos de capas de pintura de una puerta que ha sido rasqueteada sobre una tela de plástico, por sólo nombrar algunos ejemplos de lo que se ve actualmente. Es para aquellos que aunque desconozcan todas las teorías sobre el arte concreto, tienen sensibilidad a las relaciones que se establecen en el plano para captar lo que de ellas surgen. Tiempo y espacio, continuo tiempo espacial, energía, acción reacción, polos de atracción, pintura cosmológica, son el motivo fundamental para este pintor que buscaba soluciones al misterio del Universo y las leyes que lo gobiernan.

Magariños D.
, temprano representante del Concretismo en la Argentina, vivió alejado del mundillo del arte, durante 26 años se refugió en Pinamar a dibujar, reflexionar y escribir. Estas pequeñas obras, fechadas entre los '50 y los '90, con excepción de dos grandes técnicas mixtas sobre tela, es un conglomerado de signos, puntos, que giran, a veces, en una suerte de movimiento ondulante sobre el espacio, entrecruzamiento de formas geométricas que quizás se extiendan más allá de los límites convencionales del cuadro, en realidad, casi un fragmento del cosmos. Un artista secreto, una obra secreta, que cada tanto se muestra y que señala que no todo está perdido para los que todavía creen en el rigor con el que debe abordase la obra de arte. Clausura el 3 de junio.

• En Castagnino-Roldán (Juncal 743) se exhibe el «Homenaje a Eduardo B enderski», artista cordobés nacido en 1932 y fallecido en 1993, del que Romero Brest escribió que « nada es ligero en sus obras, desdramatiza el drama y evita la sordidez, sólo quiere descubrir lo necesario». Por eso si se quiere escapar del ruido cotidiano, nada mejor que la visión de esta imágenes de opacidad colorística, desmaterializadas, desnudos despojados de toda carnalidad, personajes o formas envueltas en una atmósfera brumosa.

La obra de Bendersky, como la de Magariños D., no fue en su momento alcanzada por el boom del arte, tampoco legitimizada por el marketing, curadores o megamuestras. Hasta fines de Mayo.

• Los manifiestos en arte constituyeron una manera de expresar los deseos, generalmente de un grupo, de renovación, de modificación de la percepción, y salvo el famoso Manifiesto Blanco de Fontana, el Manifiesto Madí y algunos que pueden considerarse importantes piezas literarias, en general no han tenido consecuencias perdurables.

Ahora aparece el que aglutina al Grupo Dharma. Entre los conceptos allí manifestados extraemos que «no surge con el fin de revelarse ni con la idea de contestar otros argumentos», «es el pincel y la acción de pintar, no la palabra ni gritando qué es el arte lo que los une», « no se cierra el círculo por agruparse», «se juntan para aunar valor, fuerzasy esperanzas», «alientan a que el fuego no se apague condicionado a los vientos de mercado».

Algunos son conocidos para nosotros:
Pedro Roth con sus obras a manera de frisos en los que desarrolla lúdica y apasionadamente sus vivencias personales a través de figuras y formas que están en la raíz de sus ancestros de la Europa Central. Jack Vañarsky, radicado en París desde 1962 es conocido por sus esculturas animadas, un movimiento que produce una ondulación apenas perceptible como un movimiento interior del objeto en relación con la mirada. Desde hace un tiempo Sofía Huidobro evoca la aridez de la tierra que se ve enfatizada por la presencia de piedras o restos fósiles erosionados por el tiempo.

Gaudin Bolívar
(1932), con sus formas netas y austeras, responde fielmente a los postulados del Manifiesto Madí, movimiento en el que fue iniciado por Arden Quin. Completan el grupo Nora Cherñajovsky, Eugenio Cuttica, Aldo Farinatti, Rubén Grau, Pepe Cáceres, Lucas Tesoriero, Jorge Peirano y Julio Lepez, cuya obra no es muy familiar, pero constituyen individualidades que sin duda se apoyan en la ley del Dharma, palabra oriental que, según lo consigna el Manifiesto, exhala arte. Dharma Fine Arts (Arenales 1239 1° piso).

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