13 de mayo 2005 - 00:00
Valiosa muestra del creador ermitaño Víctor Magariños D.
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La actual muestra de témperas, fibras o técnicas mixtas sobre papel de Víctor Magariños
D. acerca a un artista que mostraba sus obras muy ocasionalmente.
Magariños D., temprano representante del Concretismo en la Argentina, vivió alejado del mundillo del arte, durante 26 años se refugió en Pinamar a dibujar, reflexionar y escribir. Estas pequeñas obras, fechadas entre los '50 y los '90, con excepción de dos grandes técnicas mixtas sobre tela, es un conglomerado de signos, puntos, que giran, a veces, en una suerte de movimiento ondulante sobre el espacio, entrecruzamiento de formas geométricas que quizás se extiendan más allá de los límites convencionales del cuadro, en realidad, casi un fragmento del cosmos. Un artista secreto, una obra secreta, que cada tanto se muestra y que señala que no todo está perdido para los que todavía creen en el rigor con el que debe abordase la obra de arte. Clausura el 3 de junio.
Ahora aparece el que aglutina al Grupo Dharma. Entre los conceptos allí manifestados extraemos que «no surge con el fin de revelarse ni con la idea de contestar otros argumentos», «es el pincel y la acción de pintar, no la palabra ni gritando qué es el arte lo que los une», « no se cierra el círculo por agruparse», «se juntan para aunar valor, fuerzasy esperanzas», «alientan a que el fuego no se apague condicionado a los vientos de mercado».
Algunos son conocidos para nosotros: Pedro Roth con sus obras a manera de frisos en los que desarrolla lúdica y apasionadamente sus vivencias personales a través de figuras y formas que están en la raíz de sus ancestros de la Europa Central. Jack Vañarsky, radicado en París desde 1962 es conocido por sus esculturas animadas, un movimiento que produce una ondulación apenas perceptible como un movimiento interior del objeto en relación con la mirada. Desde hace un tiempo Sofía Huidobro evoca la aridez de la tierra que se ve enfatizada por la presencia de piedras o restos fósiles erosionados por el tiempo.
Gaudin Bolívar (1932), con sus formas netas y austeras, responde fielmente a los postulados del Manifiesto Madí, movimiento en el que fue iniciado por Arden Quin. Completan el grupo Nora Cherñajovsky, Eugenio Cuttica, Aldo Farinatti, Rubén Grau, Pepe Cáceres, Lucas Tesoriero, Jorge Peirano y Julio Lepez, cuya obra no es muy familiar, pero constituyen individualidades que sin duda se apoyan en la ley del Dharma, palabra oriental que, según lo consigna el Manifiesto, exhala arte. Dharma Fine Arts (Arenales 1239 1° piso).
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