23 de abril 2025 - 05:38

Bitcoin y los vientos de la economía global: por qué esto es una buena señal

El BTC está, cada vez más, inserto en la realidad financiera de las personas. Dejó de ser solo un experimento o una apuesta arriesgada para convertirse en una pieza relevante dentro de la estrategia de diversificación de carteras.

La forma en que el Bitcoin ha reaccionado a eventos macroeconómicos refuerza la tesis de que se está consolidando como una reserva de valor alternativa
La forma en que el Bitcoin ha reaccionado a eventos macroeconómicos refuerza la tesis de que se está consolidando como una reserva de valor alternativa

En los últimos años, eventos macroeconómicos —como decisiones de política monetaria en Estados Unidos, inflación global o crisis bancarias— han provocado oleadas de volatilidad en el mercado financiero. Hasta ahí, nada nuevo. Lo que llama la atención, sin embargo, es cómo el Bitcoin, un activo que nació al margen del sistema tradicional, hoy reacciona a estos eventos de forma cada vez más similar a los activos consolidados. Para algunos, esto puede parecer una “domesticación” del criptoactivo. Para otros —y aquí es donde me posiciono— esto es una excelente señal.

El caso más reciente es ilustrativo: el anuncio del nuevo paquete de tarifas comerciales de Donald Trump provocó una caída inmediata de alrededor del 7% en el precio del Bitcoin. Sin embargo, cuando el expresidente dio marcha atrás y suspendió temporalmente la medida por 90 días, el BTC se recuperó con fuerza, subiendo más del 6%. Este tipo de reacción —típica de activos ampliamente negociados e integrados al mercado global— muestra que el Bitcoin hoy está en la primera línea de la sensibilidad macroeconómica.

El Bitcoin está, cada vez más, inserto en la realidad financiera de las personas. En Estados Unidos, por ejemplo, una investigación reciente del Pew Research Center mostró que cerca del 17% de los adultos afirma haber comprado o negociado criptomonedas. Esto coloca al Bitcoin por delante de activos tradicionales como el oro físico, cuya inversión directa por parte de personas físicas es mucho menos significativa. El dato más interesante es que esta adopción no se limita a un grupo específico: se extiende a diferentes rangos de edad, niveles de ingresos y perfiles de riesgo.

Este movimiento de adopción es reflejo de algo más grande: la madurez creciente del mercado cripto. La entrada de inversores institucionales —con gestoras como BlackRock y Fidelity creando ETFs de Bitcoin— cambió el perfil del mercado, trajo más liquidez y ayudó a reducir la volatilidad extrema que caracterizaba los primeros años de la moneda. El Bitcoin dejó de ser solo un experimento o una apuesta arriesgada para convertirse en una pieza relevante dentro de la estrategia de diversificación de carteras.

Además, la forma en que el Bitcoin ha reaccionado a eventos macroeconómicos refuerza la tesis de que se está consolidando como una reserva de valor alternativa. En momentos de incertidumbre o pérdida de confianza en las instituciones financieras tradicionales, el Bitcoin vuelve a ganar fuerza —como vimos durante las crisis bancarias regionales en EE.UU. en 2023, o más recientemente, con el aumento de las tensiones geopolíticas. Hay una percepción creciente de que el Bitcoin funciona como un “refugio digital seguro”, una alternativa no sujeta a la impresión de dinero ni al control estatal.

Esta madurez también se refleja en el discurso que rodea al activo. Si antes las conversaciones sobre Bitcoin estaban dominadas por promesas de enriquecimiento rápido o utopías libertarias, hoy el enfoque está en los fundamentos, la tesis de inversión y la asignación estratégica. Eso es una buena señal: muestra que el activo ha dejado de ser visto como un “rebelde outsider” y ha pasado a ser analizado bajo la misma óptica crítica (y rigurosa) que cualquier otro activo financiero relevante.

Claro que el Bitcoin aún enfrenta desafíos. La regulación es uno de ellos, y hay un camino por recorrer para garantizar seguridad jurídica sin comprometer la innovación. Pero incluso en ese aspecto, vemos avances: países como Estados Unidos y miembros de la Unión Europea han avanzado hacia la creación de marcos regulatorios más claros, lo que tiende a fortalecer aún más la confianza institucional en el activo.

Al final del día, el hecho de que el Bitcoin reaccione a decisiones de la Reserva Federal, anuncios arancelarios de un expresidente o indicadores de inflación no es una señal de debilidad —es una señal de que está, definitivamente, en la mesa de los grandes.

*Country Manager de Bitget para Argentina

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