1 de febrero 2022 - 10:29

Dólar, deuda y FMI: 6 preguntas que debe pensar Alberto Fernández

Con el acuerdo con el FMI por la deuda avanzado y la economía reacomodándose al nuevo escenario, el presidente Alberto Fernández viaja a Rusia con temas que quedan abiertos a la espera de ver cómo se desarrollan. Vemos:

dolar

Con el acuerdo con el FMI por la deuda avanzado y la economía reacomodándose al nuevo escenario, el presidente Alberto Fernández viaja a Rusia con temas que quedan abiertos a la espera de ver cómo se desarrollan. Vemos:

Dólares, dólares

Todo toma otra velocidad. Hay una fecha: marzo. El día 22 vencen u$s 2800 millones. Hoy hay u$s1600 millones aproximadamente. Por ende, esos dólares del pago hoy no están en el BCRA y es probable que tampoco lo estén dentro de siete semanas porque las liquidaciones de divisas más fuertes arrancan después. Es más: lo que separa la entrada de los primeros dólares de este momento es que, si uno toma los últimos 10 años, febrero suele ser el mes del año con menor liquidación de divisas del campo en función de los niveles de exportación. Por otro lado, febrero también suele ser el mes del año donde cae más la demanda de pesos. Es decir, en las próximas semanas, tendremos menos oferta de dólares y menos demanda de pesos. Sólo así se entiende el cierre abrupto del acuerdo con el FMI, suya negociación podría haberse extendido algunas semanas más de contar con algunas divisas adicionales en el BCRA. Gobierno aceleró el acuerdo por esa razón. A mediados de marzo arranca entonces el periodo de liquidación de divisas del agro que dura, por lo menos, hasta octubre del 2022.

Sustentable, de baja probabilidad

Cuando el FMI acordó prestarle al gobierno de Macri, durante el tiempo que duraron los desembolsos, los propios técnicos del FMI que llegaban a la Argentina calificaban a la situación de endeudamiento argentino como “de baja probabilidad de ser sustentable”. Esto era así porque, en la medida que el FMI iba realizando desembolsos, se evidenció que no existía impedimento alguno para utilizarlos en la fuga de capitales. El artículo VI del estatuto del FMI lo prohíbe expresamente, porque la idea que subyace es que solo puede “prestar” con la finalidad de “normalizar” las cuentas, no de financiar la salida de capitales. Es decir, que una vez que hace un desembolso, tiene que observar que eso ayuda a frenar la caída de las reservas y estabilizar las finanzas.

La pregunta es si, en este nuevo acuerdo con el FMI, no puede llegar a ser, también, “de baja probabilidad de ser sustentable” en el frente financiero. Si el FMI hace un desembolso de u$S 44.000M para pagar u$s 44.000M en apenas dos años y medio… ¿cuáles serían las herramientas que ayudarían a que no exista una situación de mayor tensión y crisis? Dicho de otra manera, ¿cómo haría el BCRA para sumar mayor cantidad de dólares que le permita estabilizar el frente financiero si el propio FMI apenar podría otorgarle sólo unos u$s 4.000M en DEGs adicionales al monto del préstamo original que debe repagarse y ni siquiera se sabe si el BCRA va a poder contar con esas divisas en el arranque del acuerdo para poder fortalecer su posición? Al margen de que le exige que acumule u$s 5000M este año…

Hablamos en 2025

Pero hay algo más. Los recursos para refinanciar el préstamo por u$s 44.000 millones que tomó el expresidente Macri llegarán al BCRA una vez que el board del FMI apruebe la carta de intención y, más tarde, se sancione la ley en el Congreso. Esa misiva tendrá, entre otras cosas, los lineamientos más importantes que fueron discutidos y consensuados con el FMI, pero que aún ni siquiera son sospechados por quienes forman parte del cuerpo del Congreso, especialmente aquellos diputados que forman parte del Frente de Todos y que podrían verse tentados a expresar su malestar con un voto “no positivo”.

Algunos de esos puntos se conocen, pero muchos aún no. Hay un esquema acordado que dura 2,5 años y que pareciera descomprimir el corto plazo, pero no es menos cierto que, en la mirada analítica, no se entiende cómo la postergación hasta 2025 de definiciones sobre temas relevantes del estancamiento de los últimos 6 años pueda “despertar” un shock de expectativas que permita despejar la incertidumbre y potenciar el crecimiento en el mediano plazo. Precisamente por eso, podría pensarse que, dentro del esperado debate, surgirán infinidad de detalles y que dada las evidencias de que un sector amplio del propio kirchnerismo rechaza forma y fondo del principio de acuerdo logrado por el presidente y el ministro de Economía, entonces podría volver todo a un escenario de incertidumbre, es decir, transitar esa delgada franja que coquetea con el default. Otro escenario que no le va en zaga: el esquema de revisiones trimestrales de cuya aprobación depende la liberación de desembolsos para cubrir los vencimientos podría implicar un mar de incertidumbre permanente.

Quién paga y cómo

Si bien hay quienes ayer se conjuraban de angustia por la renuncia del diputado Máximo Kirchner a la presidencia del bloque del Frente de Todos en la cámara de Diputados, eso pone en dimensión y desnuda el grado de poca consciencia que reina en varios espacios políticos, comunidades de legisladores que deberán meditar con mayor énfasis qué tipo de fórmula emplearán para poder empatizar con el malestar general que podrían despertar las decisiones de carácter económico y social que deberá tomar el Gobierno necesarios para encausar las cuentas públicas en el balizamiento realizado por el organismo de crédito. Si estas decisiones pueden evitarse, mejor: pero entonces seguramente se tendrán otras tensiones. El Gobierno deberá pensar y decidir no sólo quién pagará el ajuste (o, dicho de otro modo, cómo repartirá los frutos del crecimiento necesario), sino además cómo se financiará la parte del león, esto es, lo que el FMI comenzará a llevarse de la Argentina. ¿Habrá progresividad impositiva y lucha contra la evasión de los sectores de mayores recursos? ¿Se pagará tarifa completa de servicios? ¿Qué clase de instrumentos novedosos de alta potencia se utilizarán para que la inflación no erosione los salarios como ha sucedido en los últimos años?

Almuerzo gratis

Por último, por ahora, sobrevuela una especie de pensamiento mágico que sería necesario desterrar. La amplia difusión del “almuerzo gratis” al que todos hemos sido invitados, que permitiría a la vez pagarle al FMI y seguir con las expectativas intactas de una rápida mejora en la calidad de vida de un sector importante de la sociedad. Hay varios razonamientos, muy peregrinos ellos, que contrastan con esa imagen. Por tomar algo, si bien pareciera -un efecto visual- que las metas fiscales acordadas no son las peores que podrían exigirle a la Argentina en el corto plazo, implican un “aterrizaje”, una especie de sendero de consolidación que le va a “costar” a la Casa Rosada y a los argentinos. Piénsese, como simple ejercicio de análisis, que se buscará aplicar, a la vez, la reducción de la asistencia monetaria del BCRA (menor emisión) y la suba de la tasa de interés real (por encima de la inflación), y que dada la experiencia, ni siquiera esos dos elementos han sido suficiente en el pasado para bajar la inflación de manera notable.

Tipo de cambio

Hay que evaluar que clase de impacto puede tener en el tipo de cambio el acuerdo con el FMI. A priori, podría pensarse marginal, es decir, que si lo que se busca es reducir la brecha, lo acordado con el FMI para los primeros 2,5 años no redundaría de inmediato en ese menester. Como se dijo, no hay reservas suficientes y las herramientas de política monetaria como la suba de la tasa de interés no tienen la contundencia que podría sostener este nivel de tipo de cambio real como ha señalado el BCRA. Menos aún, cumplir con el objetivo de acumulación de reservas que se anunció.

Si bien la decisión política de no realizar un salto cambiario está, es probable que el BCRA deba recalcular y calibrar con mayor cercanía la velocidad a la que piensa calcular el deslizamiento del peso para fortalecer su posición en dólares con la finalidad de cumplir las metas acordadas. Si, como se ha dicho, en materia cambiaria la prioridad es reducir la brecha, la suba de tasas de interés y la reducción de la tasa de inflación implicarían un empujón para generar mayor demanda de pesos. Pero ha sido difícil, hasta ahora, lograr un efecto de desaceleración de precios.

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