15 de marzo 2023 - 00:00

FMI: Argentina cumplió por primera vez metas anuales tras dos décadas

Argentina y el FMI, o cómo potenciar una caída

Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI) anunciaron el lunes que el país cumplió en tiempo y forma (incluso superó alguno de los objetivos) de las metas pactadas dentro Facilidades Extendidas vigente, firmado en marzo de 2022. Así, el gobierno de Alberto Fernández consiguió una cucarda especialmente positiva. La actual gestión económica pudo mostrar por primera vez desde la década de los 90, un año seguido de cumplimiento de lo pactado con el organismo financiero, sin alteraciones de metas, sin waivers y con tenues modificaciones en los objetivos.

Para tener en cuenta de qué se trata el logro, el anterior acuerdo firmado por Argentina con el FMI fue el de Mauricio Macri de 2018, que, a contramano de lo que pasó en 2022, rompió el récord histórico de incumplimiento de los acuerdos firmados con el fondo. En aquel año, el Stand By se firmó en junio, se incumplió en agosto y se selló una renegociación en agosto.

Argentina cumplió el primer año del Facilidades Extendidas actual. Esta performance se compara con el último dato del acuerdo firmado con el Stand By firmado por Néstor Kirchner en 2003, que con renegociaciones y conflictos varios terminó de estar vigente en enero de 2006 cuando se liquidó la deuda con el organismo; y con el vigente hasta 1999 durante el gobierno de Carlos Menem, que cerró el 1999 cumplido pero que, luego, fue renegociado por Fernando De la Rúa, que no lo cumpliría ni en 2000 ni en 2001. Desde 2006, Argentina no tuvo relación de deuda con el FMI, y sostuvo conversaciones normales sólo como socio, con lo que la última referencia como FMI prestamista es la de Macri.

El 20 de julio de 2018 el directorio del organismo financiero internacional que manejaba en esos tiempos Christine Lagarde, aprobó un Stand By por el que Argentina recibiría unos impactantes u$s50.000 millones; un monto de dinero que nunca antes había sido desembolsado por el organismo; y que debería servir para despejar cualquier tipo de dudas sobre la solidez de la economía del gobierno de Macri para cumplir con todos sus compromisos financieros con los acreedores externos e internos.

Otro récord

Sin embargo, y sólo dos meses y medio después el país rompería otro récord: Argentina pediría un waiver antes del segundo desembolso del organismo (nunca antes había pasado en la historia del FMI), y pediría un Stand By del Stand By. Por presión del presidente norteamericano Donald Trump, el organismo volvió a apoyar a Macri y amplió la ayuda en u$s7.000 millones hasta unos u$s57.000 millones totales; acelerando además el ritmo de desembolsos para que el dinero estuviera depositado en las cuentas del Banco Central antes de diciembre de 2019, cuando culminaría la gestión de Cambiemos en el poder.

Sólo impondría una condición: que el dinero no se utilizara para combatir corridas cambiarias, sino para garantizar la capacidad de pago del país y cubrir el bache fiscal; para lo que impondría un plan de reducción del rojo hasta el virtual equilibrio para fin del último año de esa gestión.

El 20 de junio de 2018 era el FMI el que confirmaba la nueva relación a través de un comunicado donde se explicaba con entusiasmo que el Directorio Ejecutivo aprobó un acuerdo de tres años por u$s50.000 millones. Mencionaba luego que la decisión permitía a las autoridades realizar una compra inmediata de u$s15.000 millones. La mitad de ese monto se destinará al respaldo presupuestario. El monto restante del crédito (u$s35.000 millones) estaría disponible a lo largo de la duración del acuerdo, supeditado a exámenes trimestrales.

Objetivos fallidos

La comunicación oficial firmada por Lagarde anunciaba, además, que el plan económico de las autoridades argentinas respaldado por el Acuerdo Stand-By buscaba reforzar la economía del país restableciendo la confianza del mercado mediante un programa macroeconómico coherente que reduciría las necesidades de financiamiento, encauzaría la deuda pública argentina por una trayectoria descendente firme y afianzaría el plan de reducción de la inflación mediante metas de inflación más realistas y el fortalecimiento de la independencia del banco central.

Finalmente llamaba al país a que el programa económico del Gobierno estuviera anclado en el objetivo de lograr un equilibrio primario del gobierno federal para 2020. Esto será clave para restablecer la confianza de los mercados. La mejora del proceso presupuestario y la fijación de esta ancla a mediano plazo para la política fiscal y para las expectativas contribuirían a afianzar estos avances.

Este objetivo, junto con el inflacionario, fue lo que luego incumplió el país. El nuevo acuerdo sucumbió finalmente en agosto de 2019, cuando Macri perdió las elecciones PASO frente a Alberto Fernández por casi 15 puntos, y el entonces presidente decidió dar un volantazo a su gestión rompiendo el compromiso de déficit cero que había cerrado en septiembre de 2018 con el FMI. Se fue Nicolás Dujovne del gobierno, asumió Hernán Lacunza, avanzó en el reperfilamiento de la deuda inminente y terminó con los compromisos asumidos con el FMI. La relación recién se recompondría con las negociaciones que se iniciaron en febrero de 2021 y que culminaron más de un año después.

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