El verano, el sol y el calor tienen muchos beneficios para el organismo y el cerebro. La exposición cuidada al sol genera mayor producción de serotonina, lo que afecta positivamente al estado de ánimo. Además, la luz solar estimula la producción de vitamina D, que produce múltiples beneficios para la salud. Sin embargo, las altas temperaturas constantes pueden generar efectos adversos en el cuerpo y el cerebro.
Verano: ¿Cómo afecta el calor al cerebro?
Las altas temperaturas generan cambios en el funcionamiento del cerebro, por lo que hay que protegerlo. Conocé cómo hacerlo.
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Efectos del calor en el cerebro
Los seres humanos son homeotermos, es decir que, gracias al hipotálamo -que regula la temperatura- son capaces de mantener una temperatura constante de unos 37ºC, independientemente de la temperatura ambiental.
Cuando el cuerpo alcanza temperaturas por encima de los 40ºC, el hipotálamo deja de funcionar correctamente y no controla el sudor, que es el sistema natural de enfriamiento. Es entonces cuando existe la posibilidad de sufrir un golpe de calor.
¿Qué pasa cuando el hipotálamo funciona mal?
Al existir la posibilidad de un golpe de calor, el hipotálamo debe comenzar a desatender otras funciones para emplear el máximo de energía en adaptarse al calor intenso. Por eso, la capacidad de respuesta es mucho más lenta, se debilita la concentración y aumenta el cansancio.
Además, el hipotálamo controla el sueño, por lo que, cuando tiene que adaptarse al calor por la noche, se produce una hiperexcitación cerebral, que genera falta de sueño, ansiedad y dificultad en el descanso.
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