El emblemático Parque Nacional Yellowstone, al noroeste de Wyoming en Estados Unidos, hogar del icónico oso Yogui y de un ecosistema que alberga la mayor y más diversa variedad de grandes mamíferos salvajes del país, se transformó en los últimos meses en un "desastre de avance lento", según sus autoridades, debido a un aumento de la propagación de la "enfermedad del ciervo".
Enfermedad del ciervo zombie: qué es y cómo se propaga
Se trata de un virus mortal en animales que produce la enfermedad de la caquexia crónica en venados y alces. Los científicos analizan si es posible que se transmita a los humanos.
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Se trata de un peligroso virus mortal en animales que produce la enfermedad de la caquexia crónica (CWD, por sus siglas en inglés), causada por priones (agentes patógenos anormales y transmisibles), que se ha estado propagando sigilosamente por América del Norte y ya se reportó en más de 31 estados de EEUU en los últimos años, dos provincias de Canadá, e incluso se han notificado casos en Corea del Sur, según el Servicio Geológico estadounidense.
El análisis de los científicos sobre el virus del ciervo zombie
Los científicos analizan si existen posibilidades de que el virus pueda trasmitirse a los humanos. El Servicio de Parques Nacionales de Estados Unidos afirmó que actualmente no hay pruebas de que la caquexia crónica pueda infectar a seres humanos o a animales domésticos. Sin embargo, no recomienda el consumo de tejidos de animales infectados.
El codirector del programa del Centro de Investigación y Política de Enfermedades Infecciosas de EEUU, Cory Anderson, alertó sobre el riesgo que existe de se produzcan contagios del ganado a personas: “El brote de encefalopatía espongiforme bovina (EEB) o enfermedad de las vacas locas en Gran Bretaña proporcionó un ejemplo de cómo, de la noche a la mañana, las cosas pueden volverse caóticas cuando ocurre un evento de contagio, por ejemplo, del ganado a los seres humanos”.
Además, consideró que existe una "posibilidad de que ocurra algo similar" al brote de encefalopatía espongiforme bovina (EEB), conocida como "enfermedad de la vaca loca".
“Nadie dice que esto vaya a suceder definitivamente, pero es importante que la gente esté preparada”, manifestó, al alertar que la enfermedad es “invariablemente mortal, incurable y altamente contagiosa”, sostuvo al diario británico The Guardian.
“La preocupación se debe a que no tenemos una manera fácil y eficaz de erradicarlo, ni de los animales que infecta, ni del medio ambiente que contamina”, agregó.
Qué sucede si el ambiente está infectado
Una vez que un ambiente está infectado, el patógeno es extremadamente difícil de erradicar. Puede persistir durante años en la suciedad o en las superficies, y los científicos informaron que es resistente a los desinfectantes, el formaldehído, la radiación y la incineración a 600 °C (1100 °F).
Estos patógenos invisibles o priones provocan el comportamiento de manera extraña en los ciervos, los que fueron detectados por varios cazadores.
Qué enfermedades provoca la enfermedad del ciervo zombie
Los científicos afirman que la enfermedad provoca cambios en el cerebro y el sistema nervioso de los huéspedes, dejando a los animales babeando, letárgicos, demacrados, tropezando y con una reveladora “mirada en blanco” que llevó a algunos a llamarla “enfermedad del ciervo zombie”. Se propaga a través de la familia de los cérvidos: ciervos, alces, alces, caribúes y renos. Es mortal y no se conocen tratamientos ni vacunas.
“Esto representa una importante llamada de atención pública. Este caso pone a la caquexia crónica en el radar de una atención generalizada como no lo estaba antes, y eso, irónicamente, es algo bueno. Es una enfermedad que tiene enormes implicaciones ecológicas”, sostuvo el doctor Thomas Roffe, veterinario y ex jefe de salud animal de Fish & Wildlife Service, una agencia federal de EEUU.
Es que Roffe había anticipado décadas atrás que la caquexia crónica llegaría a Yellowstone, advirtiendo que tanto el gobierno federal como el estado de Wyoming debían tomar medidas agresivas para ayudar a frenar su propagación. Esas advertencias fueron en gran medida ignoradas, dice, y ahora las consecuencias se manifestarán ante los millones de personas que visitan el parque cada año.
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