11 de febrero 2005 - 00:00

Otro fin de semana sin baile: sólo 8 locales piden permiso

Otro fin de semana sin baile: sólo 8 locales piden permiso
Sin vida nocturna o, al menos, bajo un ritmo casi inerme, debería permanecer este fin de semana la Capital, tal como lo resolvió el decreto que firmó el martes el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, que prohibió recitales en boliches, pubs y restoranes, y obligó a los bailables a la inscripción en un registro -entre otros requisitos- para reabrir.

Sólo 8 locales sobre un total de 160 clase «C» (sólo boliche) presentaron hasta ayer los papeles para registrarse y solicitaron la inspección para poder funcionar. Por tanto, se duda de que alguno de los locales tenga todo en regla para hoy a la noche o para mañana. Se debería esperar un fin de semana poco musical, sin duda alguna.

Viernes y sábado pasados, antes de la firma del nuevo decreto, muchos locales abrieron con la excusa de no ser clase «C», sino «B» (son restoranes que después se convierten en disco).

Pero, contra todos los pronósticos, quien busque encontrará alguna opción en territorio porteño. Hay locales que abren igual, con dos importantes excepciones: ni baile ni rock.

• Lagunas

Sin embargo, el decreto del martes no sólo dejó a la vista que existen modos para que los locales de baile puedan sortear algunas reglas -como no permitir el baile, algo que no podrá controlarse-, sino que, además, dejó algunas lagunas a los comerciantes sobre quiénes están habilitados a funcionar y quiénes no.

Según se indicó desde la Secretaría de Seguridad, se realizaron en el mes de enero, del 10 al 31 inclusive, 4.229 inspecciones a locales y que el objetivo es alcanzar las 73.500 en un año.

Lo hecho sólo en esa veintena de días de enero equivale a un cuarto de todo lo inspeccionado durante 2004 (se controlaron 16 mil locales).

Aunque sean clausurados o reabiertos los boliches de Capital, se repetirá este fin de semana una
tendencia que lideró a los adictos del baile en lo que va del año: viajar a los boliches del conurbano, donde la noche ya cobró total vitalidad.

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