Se negó a declarar el acusado de asesinar e incinerar a la dueña de un hotel

María Cecilia "Tati" Caviglia.

Joel Báez, quien el viernes pasado se entregó por el crimen de María Cecilia "Tati" Caviglia, cuyo cadáver calcinado fue hallado a fines de agosto dentro de una valija a la vera de la ruta 2 cerca de la ciudad bonaerense de Dolores, se negó hoy a declarar ante la Justicia y seguirá detenido como autor material del homicidio, informaron fuentes judiciales.

El acusado fue indagado esta tarde por el juez de Instrucción 11 de esta Capital Federal, Pablo Ormaechea, y la fiscal Ana Yacobucci, quienes le imputaron los delitos de "homicidio criminis causa" y "robo".

Fuentes judiciales informaron a Télam que tras negarse a declarar, el magistrado resolvió que Báez (29) siga detenido mientras se resuelve su situación procesal.

El acusado permaneció prófugo hasta la noche del viernes último, cuando se entregó a las autoridades tras bajarse de un avión procedente de Bolivia en el aeropuerto de Ezeiza, tras lo cual, quedó alojado en la sede de la División Homicidios de la Policía Federal (PFA), situada en Chacabuco 465, del barrio porteño de Monserrat.

De esta manera ya son cuatro los detenidos por el caso ya que el martes último fueron apresados los dos hijastros de Báez, identificados como el estudiante de enfermería Juan Arturo Ramírez García (22) y el colectivero Víctor Adrián Ramírez García (24), mientras que un día antes se había entregado Ezequiel Víctor Blanco (28), empleado de la víctima.

Báez y Blanco quedaron detenidos e imputados del homicidio y robo en perjuicio de "Tati" Caviglia (50), en tanto que los hijastros del primero están acusados de "encubrimiento agravado".

Hasta el momento, los cuatro imputados se negaron a declarar al ser indagados por el juez Ormaechea y la fiscal Yacobucci.

De acuerdo a la acusación judicial, los hijastros de Báez colaboraron con éste al pintar de negro un taxi Chevrolet Aveo que solía manejar aquel y que se sospecha fue el vehículo que se usó para llevar la valija con el cadáver de la víctima hasta el kilómetro 222 de la ruta 2 en Dolores donde apareció calcinado.

Ese auto fue secuestrado en la causa el 9 de septiembre pasado y está siendo sometido a una serie de peritajes en busca rastros y otros elementos de interés para la causa.

En tanto, en uno de los allanamientos realizados por la PFA en Quilmes, donde detuvieron a los supuestos encubridores, se incautaron dos tubos de pintura en aerosol negra como la que se utilizó para cambiar el aspecto del taxi Aveo.

Además, los policías secuestraron una bombacha negra que será sometida a análisis de ADN y otros estudios en el laboratorio químico.

Caviglia era dueña de "La Casa de Tati", un hostel ubicado en avenida Independencia 1636 de San Cristóbal que también funcionaba como salón de baile de tango.

Allí trabajaba hacía varios años el acusado Blanco, un viejo amigo de Báez y que a fines de agosto le consiguió a éste un puesto laboral en el hostel.

Si bien Blanco no declaró en su indagatoria, mientras estuvo prófugo realizó una presentación judicial y una entrevista al diario El Sol de Quilmes en el que culpó a Báez del homicidio de Caviglia.

En su descargo, Blanco contó que luego de cometer el crimen, su amigo lo obligó a viajar con él a Jujuy desde donde ambos cruzaron a Bolivia, aunque el primero negó haber salido del país y dijo que regresó inmediatamente para buscar asesoramiento jurídico.

La desaparición de "Tati", conocida en el ámbito del tango y las milongas porteñas, se produjo la noche del 25 de agosto último y fue denunciada al día siguiente por una amiga que estaba preocupada porque la víctima se había ausentado, igual que su empleado Blanco, y no se conectaba al Whatsapp.

El 26 de agosto, el cadáver calcinado de la mujer fue hallado en una valija a la vera de la ruta 2, en Dolores y según la autopsia había sido asesinada a puñaladas.

Sin embargo, recién varios días más tarde los investigadores pudieron confirmar la identidad de la víctima a partir de un cotejo dactiloscópico realizado por peritos de la PFA y la policía bonaerense.