La ratificación del paro de 24 horas que llevarán a cabo los trabajadores de los subterráneos porteños y el Premetro obligará hoy al millón de pasajeros que habitualmente utiliza este medio de transporte a recurrir a todo su ingenio para movilizarse por la Ciudad de Buenos Aires, en una jornada que se prevé complicada para el tránsito.
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Los delegados de la cinco líneas de subtes y el Premetro ratificaron el cese de actividades, pese a los intensos esfuerzos del gobierno nacional para evitar la concreción de la medida de fuerza y al «llamado a la reflexión» que la empresa Metrovías hizo a los gremialistas.
La repercusión del conflicto gremial sobre una amplísima población de usuarios llevó el tema hasta las más altas esferas del gobierno nacional, al punto que el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, habló desde Nueva York para instar a los sindicalistas a suspender la medida.
El paro también fue cuestionado por la Unión Tranviarios Automotor (UTA), que salió a señalar que la medida de fuerza convocada por los delegados del subte -que no responden al gremio-no será «avalada» por la conducción formal del sindicato. «Este paro obedece a una cuestión política y no gremial, donde un grupo de trasnochados actúa en detrimento del servicio», expresó el titular de la UTA, Roberto Fernández. Sin embargo, los delegados del subte ratificaron el paro y explicaron que se trata de una medida de « autoprotección» frente a lo que calificaron como «persecuciones de la empresa».
Así lo señaló el delegado de la Línea B, Claudio Dellecarbonara, quien sostuvo que la condición para retomar el diálogo con Metrovías es que «cesen las persecuciones», y añadió que algunos de los empleados ya fueron « sancionados» por la compañía por haber «denunciado la situación» en un programa televisivo.
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