Las ventas de un vino tinto que comparte su nombre con el volcán Cumbre Vieja de La Palma se han disparado desde que comenzó la erupción hace tres meses, lo que ha supuesto una inesperada entrada de ingresos para el viñedo de Bodegas Teneguía.
Se dispara la demanda del vino de La Palma que comparte nombre con el volcán
El viñedo apenas se vio afectado por la actividad volcánica ya que, al margen de los daños causados, esta tiene efectos positivos en la fertilidad del suelo.
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Se creó en 2019 y fue embotellado en febrero para su venta a restaurantes.
"Fue a partir del volcán cuando resurgió el nombre de Cumbre Vieja en todas las noticias y en todas las publicaciones escritas (...) y a partir de allí un 'boom' de salida impresionante", dijo el enólogo Carlos Lozano.
"De hecho, está totalmente agotado, no solamente en La Palma sino a nivel canario y peninsular", agregó.
Cumbre Vieja, una mezcla de siete uvas diferentes que recibe el nombre de la cresta volcánica que se extiende desde el centro de la isla hasta su extremo sur, se creó en 2019 y fue embotellado en febrero para su venta a restaurantes.
Al principio se vendió lentamente, con alrededor de la mitad de las 10.000 botellas destinadas a clientes de las Islas Canarias, hasta que la demanda de la península se disparó con la erupción de septiembre. El suministro restante se agotó en seis semanas.
A lo largo de 86 días, la lava ha brotado del cráter, abriendo un camino destructivo hacia el océano que ha sepultado miles de casas y ha obligado a evacuar muchas más, hasta que el volcán se calmó repentinamente el pasado lunes.
Los científicos dicen que esto puede indicar el final, pero no declararán la erupción oficialmente terminada a menos que la falta de actividad sísmica continúe hasta el 24 de diciembre.
El viñedo apenas se ha visto afectado y Lozano afirma que la actividad volcánica periódica tiene efectos positivos al margen de los daños causados. "Toda esta ceniza que aparentemente ha destruido también ha construido un subsuelo que es muy fértil para la planta", dijo.
Las pequeñas rocas en forma de grava que arrojó la erupción también ayudan a retener el agua, algo importante, ya que la isla recibe cada vez menos precipitaciones debido al cambio climático.
"Es un material idóneo para mantener y cultivar variedades de plantas que no requieran mucha agua", agregó.
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