La moda íntima proyectada para 2026 refleja una transformación profunda en la forma de concebir el cuerpo y la sensualidad. La lencería en tendencia deja de limitarse a lo decorativo para convertirse en un lenguaje sobre identidad, bienestar y conciencia.
Chau corpiños y tangas negras: la nueva tendencia 2026 en lencería erótica
Las tendencias en lencería para 2026 apuestan por la sostenibilidad, los nuevos materiales y una paleta diferente. Una moda íntima más consciente y funcional.
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Chau sillón con almohadones: la nueva tendencia 2026, que brinda un estilo más minimalista
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Chau al baño liso: la nueva tendencia 2026 para decorar el baño con estilo y originalidad
Los cambios de moda que trae el 2026: colores y texturas.
Las grandes marcas del sector anticipan una temporada atravesada por la sostenibilidad, la innovación textil y una estética que combina tecnología, elegancia y funcionalidad. La ropa interior que estará en tendencia muy pronto romperá con el concepto que se manejó en estos últimos años.
Lencería: los colores que se verán en 2026
Según el observatorio de tendencias WGSN, el color del año será el Transformative Teal (Pantone 19-4517 TCX), un verde azulado profundo que simboliza el equilibrio entre naturaleza y tecnología. La elección no es casual: busca representar una nueva etapa en la que la calma, la conexión y la adaptación cobran protagonismo.
A esta tonalidad se suman:
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Neutros sofisticados, como Cocoa Powder (marrón terroso) y Wax Paper (beige grisáceo), pensados para prendas cotidianas que priorizan la versatilidad.
Tonos románticos y expresivos, entre lilas suaves, rosas apagados y rojos intensos, que continúan asociados a una sensualidad elegante.
Detalles metálicos en oro rosa y plata, empleados con discreción para aportar luminosidad a piezas de autor o líneas premium.
Más texturas en la lencería erótica
La industria de la lencería avanza hacia materiales más ligeros, transpirables y de bajo impacto ambiental. Encajes reciclados, microfibras técnicas y tules bordados aparecen como protagonistas de una nueva generación de tejidos que buscan conjugar comodidad, durabilidad y estética.
El énfasis está puesto en las sensaciones: transparencias controladas, superficies sedosas y estructuras que acompañan el movimiento del cuerpo. La textura deja de ser mero adorno y se convierte en parte esencial de la experiencia de uso.
El 2026 marcará la convivencia de dos corrientes opuestas pero complementarias. Por un lado, el minimalismo funcional, con cortes limpios, tonalidades neutras y un enfoque en la arquitectura del diseño. Por otro, el maximalismo expresivo, donde resurgen los bordados, los volantes, las capas de tul y la pedrería artesanal.
Esta dualidad responde a una tendencia más amplia: la búsqueda de equilibrio entre sobriedad y exceso, entre lo cotidiano y lo excepcional.
La lencería del futuro se define menos por la seducción y más por la autenticidad. Las prendas dejan de responder a cánones externos y comienzan a expresar el vínculo personal con el cuerpo. En 2026, vestir lencería será un acto de afirmación: elegir texturas, colores y formas que dialoguen con el propio bienestar.
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