Versátil, sofisticado y fino. Así es el ADN del vino Pinot Noir, uno de los más elegidos en todo el mundo. Se trata de una variedad que supo adaptarse a nuestras latitudes y cumple con todo tipo de paladares, desde los que recién se inician en uvas tintas hasta aquellos más exigentes y complejos.
Secretos del Pinot Noir, un vino elegante que atrae por su versatilidad
Desde hace varios años, esta uva oriunda de la Borgoña francesa suma más adeptos. Su encanto y atracción muestran que detrás hay algo más que una moda. Además, se vive un resurgir de los vinos naranjos y criollos.
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Como todo buen maestro de ceremonia, el Pinot Noir ofrece un generoso acompañamiento y responde a la búsqueda de quienes lo degustan.
Esa forma de vascular entre lo simple y lo complejo es lo que cautiva (cada vez más) a las personas que deciden elegir este vino.
A partir de la uva Pinot Noir, se elabora uno de los vinos más complejos que podemos encontrar. Se trata de una cepa que requiere de condiciones climáticas muy específicas para su cultivo.
Sin embargo, bajo los cuidados adecuados, se obtiene un producto de altísima calidad.
CARACTERÍSTICAS
La Pinot Noir, originaria de la región de Borgoña (Francia), es una uva que históricamente cautivó a todo tipo de consumidores en el mundo. En él, se pueden apreciar tonos de frutos rojos (como frambuesa y frutilla) y madera. Esta cepa data de hace más de 2.000 años y hoy es tendencia en Argentina.
Su perfil se caracteriza por la delicadeza de sus aromas, lo sobresaliente de su acidez y la sutileza de su color. En Borgoña, de hecho, es una uva muy apreciada por su capacidad para “transmitir” las características únicas de la tierra en la que se cultiva.
En nariz, es frecuente encontrar perfumes a frutillas y cerezas frescas, a lo que se suman especias dulces como la canela, el clavo de olor y el pimentón.
A nivel color, sus tonos rojos de intensidad mediana a baja permiten una transparencia que siempre lo caracteriza. Y en boca uno de los rasgos más claros del Pinot Noir es su equilibrio, acompañado de taninos suaves que, sin embargo, muestran enorme complejidad gustativa.
Se recomienda una temperatura de servicio de entre 14° y 16°C.
En cuanto al maridaje, se vincula bien con pescados como el salmón y el atún; con carnes rojas como jamón, cordero y cerdo; y con aves como el pollo y pavo. Además, combina muy bien con platos elaborados con champiñones y con algunos quesos suaves. Lo que allí se expresa permite entender por qué la explosión de esta variedad pasó de ser moda y se convirtió en algo que llegó para quedarse.
CONSUMO
La tendencia del consumo del Pinot Noir sigue al alza, aunque su mayor venta se da en los meses más calurosos, debido a que la temperatura de consumo es fría, sumado a su carácter suave y frutal. Sin embargo, se observa que cada vez hay más personas lo beben durante todo el año.
En lo referido a la comercialización, en los últimos años se observó un aumento en las ventas de vinos Pinot Noir, tanto en el mercado interno como en las exportaciones, siendo los principales destinos Estados Unidos, seguido por Brasil, Reino Unido, Canadá y Dinamarca, Alemania y Paraguay.
De acuerdo al informe del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), la comercialización total hasta el 2022 fue de 34.915 hl de vino varietal puro y 2.016 hl de corte con alguna otra variedad. El total comercializado de vinos varietales en el país fue de 4.928.444 hl, por lo que las ventas de varietales con presencia de Pinot Noir representaron el 0,7% de ese total. En el último año, el 47% de los vinos varietales elaborados con esta uva se exportaron y el 53% se comercializó en el mercado interno.
EL SUELO Y EL CLIMA, LAS CLAVES
Quienes conocen al detalle a esta cepa, marcan en primer lugar que las condiciones del suelo y el clima son determinantes, algo que se aplica a las diversas variedades de vino, pero que toman aún una mayor relevancia en el Pinot Noir.
Según estadísticas del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), en el periodo 2013-2023 la superficie cultivada con esta variedad creció un 3,4% en la Argentina. En ese lapso de diez años, la venta de Pinot Noir aumentó un 30,6% en del país.
Según quienes cultivan y laboran esta variedad, no es para cualquiera, porque más allá de su difícil adaptabilidad al terreno, son uvas delicadas, de pieles delgadas y muy sensibles a enfermedades, dada su fisonomía de racimos apretados y compactos, los que requieren un manejo cuidadoso para que no se pudran. Por lo tanto, son difíciles de llevar en la viña. Además, requiere una atención especial en el proceso de la bodega.
Para Francisco Evangelista, CEO y fundador de CrowdFarming.Win, “es muy especial para los que elaboramos, porque nos somete a un verdadero desafío. Al ser una uva extremadamente delicada y sensible al medio donde se cultiva, cuando se logra elaborar correctamente es muy gratificante. Nos pone verdaderamente a prueba al momento de decidir producirla, porque bien elaborada, es una variedad que genera los más elegantes y sofisticados vinos del mundo”, resaltó.
Pedro Pelegrina, presidente del Consejo de Enólogos de la provincia de San Juan y especialista en esta uva, reafirmó la condición de desafío que conlleva producir vinos, y contó además las claves para lograr un buen Pinot Noir. “Necesita climas frescos, no muy fríos. Tiene riesgos de putrefacción, con poco tanino, pero son fuertes”, señaló.
Queda claro que al Pinot Noir, el clima y el suelo son dos factores centrales, los que le darán su identidad final. En Argentina, desde su inserción a mediados del Siglo XX, la adaptación fue mejor en el territorio patagónico, aunque también evolucionó favorablemente en otras zonas más frescas, como Pedernal en San Juan, los Altos Valles Calchaquíes en el NOA, Agrelo y Valle de Uco en Mendoza.
Actualmente, de las 2.000 hectáreas plantadas en el país (algo así como el 1% de la superficie total de viñedos), el 70% están en Mendoza. Allí la mayoría se usa para vinos base de espumosos.
Mientras que en la Patagonia, emerge como el nuevo polo productivo enfocado en la sofisticada variedad tinta oriunda de la Borgoña, es decir, vinos con un perfil de altísima calidad.
En esa línea, David Bonomi, Winemaker de Norton, amplió sobre la importancia para esta uva las condiciones del clima y el suelo: “En el mundo del vino, la variedad Pinot Noir es difícil de cultivar, ya que requiere condiciones climáticas y de suelo muy específicas. Es sensible a las enfermedades, y requiere un suelo bien drenado y con buen contenido de minerales. Esto hace que sea una variedad muy exigente y al mismo tiempo muy satisfactorio cuando logramos un buen vino”, afirmó.
Justamente, la tierra y la providencia climatológica son las variables que le dan ese toque especial, único, que hace que hoy tengamos vinos de uvas Pinot Noir con el sello argentino, con el toque criollo, que impresionan en todo el mundo a los paladares más exigentes.
“Argentina ofrece una gama de clima y de terroirs únicos en el mundo. Esto favorece y promueve que la misma variedad se exprese diferente y logremos obtener de ella características nuevas cada vez que la elaboramos. Podemos probar Pinots desde Salta hasta la Patagonia, principalmente en los valles que se forman al pie de la cordillera de los Andes”, indicó Evangelista.
El Pinot Noir se destaca por ser un vino elegante, de los más buscados en el mundo. Para lograr ese producto final de alta calidad, los procesos deben ser extremadamente cuidadosos, con una dedicación total en la elaboración. Alcanzar ese estándar de versatilidad requiere de condiciones muy exigentes.
“El clima, el suelo y la diversidad del país han permitido a los productores argentinos desarrollar nuevos estilos de Pinot Noir y aumentar su popularidad en todo el mundo. El clima templado y seco de Argentina, con una buena luminosidad y una gran amplitud térmica entre el día y la noche, es ideal para el cultivo de esta variedad”, aseguró Bonomi.
En virtud de ello, agregó, “la altura también es un factor importante, ya que los viñedos ubicados a mayor altitud suelen producir uvas con mayor acidez y concentración, lo que se traduce en vinos más expresivos y complejos”. Para Pelegrina “en la Patagonia está la mayor expresión de ese varietal”.
Por otra parte, en Mendoza, la tierra que se destaca siempre por la producción viñatera, mostró con el paso de los años ser el terruño que mejor compatibilizó, respecto a sus condiciones, a la uva Pinot Noir. Según Evangelista, este territorio ofrece suelos aluvionales que le dan un toque de boca “más abarcador y sedoso que lo que se puede obtener por ejemplo en Oregon o en la Borgoña”.
DESAFÍOS
Uno de los grandes desafíos que enfrenta la Argentina con la variedad Pinot Noir es el de ampliar los horizontes, tanto en cómo ver la adaptación de la uva en distintos lugares y ver la capacidad de adaptación a las diferentes condiciones que se presenten, tanto en la tierra como en el clima y la altura. A pesar de los requerimientos técnicos, el impulso para dedicarse a la elaboración de uvas Pinot Noir sigue en constante crecimiento. Según David Bonomi, “esto requiere tiempo, paciencia y una buena comunicación de lo que se está haciendo, ya que hay muchos lugares que están produciendo Pinot Noir”, consideró.
Por eso, para el Winemaker de Norton, el Pinot Noir “no es una variedad que se pueda masificar fácilmente”. Por lo tanto, “hay una gran oportunidad y desafío en encontrar la diversidad de la paleta de colores que Argentina ofrece en su paisaje y ser consistente a largo plazo. Esto no se logra de la noche a la mañana, ya que se trata de una variedad que requiere mucho conocimiento para alcanzar su máximo potencial”, remarcó.
Por su parte, Francisco Evangelista resaltó como desafío del desarrollo de la Pinot Noir en Argentina que “los viticultores debemos prestar especial atención al manejo de la vid para evitar daños a las uvas debido a la humedad ambiente y/o la exposición excesiva al sol. Su piel tan finita hace que se dañe fácilmente, ya sea por hongos o por quemaduras si hay sobreexposición al sol. Además, la fermentación y la vinificación de esta variedad requieren delicadeza para conservar sus sabores sutiles y elegantes”, planteó.
También destacó el cuidado en la elaboración de este tipo de vinos, con la madera como punto principal. “La madera utilizada en la crianza del vino también debe ser seleccionada cuidadosamente para no abrumar los sabores naturales del Pinot Noir. Es un vino fácilmente ´invadido´ por la madera, y es por esto que debemos tener muchísima atención para que la madera aporte lo suyo sin tapar las grandísimas virtudes que tiene es varietal naturalmente”, argumentó.
En ese sentido, Pedro Pelegrina apuntó que el norte a seguir a la hora de elaborar esta variedad es el de “encontrar la delicadeza en un vino Pinot Noir”, puesto que “es el gran desafío porque no está en su profundo color el secreto, si no, en que ese delicado color, esté en sintonía con los otros sentidos”, cerró.
Para Pedro Pelegrina, el desafío de la elaboración es “encontrar la delicadeza en un vino Pinot Noir”, que permita una “sintonía con los otros sentidos”, reflexionó. Se trata de cuidar y mejorar, año tras año, la calidad de este noble producto que es más que una moda.
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