29 de abril 2021 - 00:00

Biden revoluciona a EE.UU. con un plan audaz que eleva el gasto social y grava más a los ricos

El presidente demócrata se apresta a cumplir sus primeros cien días de gobierno. Puso el foco en las familias y la educación. El capítulo tributario provoca rechazo entre los republicanos y espera una pelea dura en el legislativo.

PROGRESISTA INESPERADO. Joe Biden llegó al poder tras una vida de servicio público en la que se mostró como un moderado. Sin embargo, hoy sorprende con una agenda marcadamente centrada en lo social y en la equidad distributiva.

PROGRESISTA INESPERADO. Joe Biden llegó al poder tras una vida de servicio público en la que se mostró como un moderado. Sin embargo, hoy sorprende con una agenda marcadamente centrada en lo social y en la equidad distributiva.

Washington - A 48 horas de cumplir sus primeros cien días de mandato, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunciaba anoche ante las dos cámaras del Congreso un ambicioso plan de incentivos fiscales e inversiones por 1,8 billones de dólares, que pone el foco en los niños, las familias y la educación y que, de pasar el trámite legislativo, transformaría de manera notable el rol del Estado en economía. Para financiarlo en parte, el demócrata anunciaba un fuerte incremento de los impuestos para los más ricos, algo que revierte lo hecho por su antecesor, Donald Trump, y, en general, una política vigente en el país a lo largo de décadas.

Biden llegaba al cierre de esta edición con el barbijo puesto a un Capitolio aún rodeado de vallas debido al reciente asalto por parte de una turba de ultraderechistas. Su propuesta estrella fue el “Proyecto para las familias estadounidenses”, en virtud del cual el Estado entregará a los núcleos que califiquen 250 dólares por mes y por niño hasta 2025. También habrá 200.000 millones de dólares para financiar el jardín de infantes gratis para todos los chicos de 3 y 4 años y otros 225.000 millones para subsidiar el cuidado infantil e invertir en trabajadores de ese sector. Asimismo, el Estado también destinará 109.000 millones para pagar dos años de estudios en institutos de enseñanza superior.

En paralelo a eso, Biden argumentó que el crecimiento económico pospandemia solo será posible si se elevan los impuestos a los más ricos y se ayuda a la clase media y los pobres a recomponer su capacidad de consumo, clave para que el mercado recupere los 8,4 millones de empleos perdidos por la emergencia generada por el nuevo coronavirus.

Su discurso también incluyó una actualización de los progresos en el frente sanitario. Cerca de 96 millones de personas, 30% de la población, completaron el programa de vacunación y el martes la autoridad sanitaria dijo que las personas ya inmunizadas no necesitan usar barbijo en lugares abiertos, salvo que estén en un evento multitudinario. Hasta el momento, el virus mató a más de 573.000 personas en el país, pero debido a la vacunación masiva los contagios y las muertes se están reduciendo significativamente.

El plan promueve un recorte fiscal de 800.000 millones de dólares para las personas de menores ingresos y un billón de dólares extras para inversión en obra pública, que se financiará con mayores impuestos a las ganancias de los ricos y las grandes corporaciones.

El mandatario caminará sobre una delgada línea en el trámite legislativo que comenzará ahora, entre una oposición republicana indignada con lo que considera una extralimitación de un Gobierno que solo aumenta el gasto y la deuda pública y algunos demócratas del ala más progresista que piensan que el programa no es suficiente. El Senado, prácticamente dividido por mitades, se presenta como el principal obstáculo.

“El presidente Biden hizo campaña como moderado, pero me cuesta pensar que algo de lo que haya hecho hasta ahora indique algún grado de moderación”, dijo el líder republicano del Senado, Mitch McConnell, en rechazo a los anuncios.

La financiación del plan descansará en una serie de aumentos de impuestos a los más ricos, con los que el Estado espera recaudar 1,5 billones de dólares en una década.

Según lo anticipado por los medios, el Gobierno planea elevar la tasa máxima del impuesto a las Ganancias del 37% al 39,6% para quienes obtienen ingresos por más de 400.000 dólares anuales, un giro de 180º respecto de la reforma tributaria trumpista de 2017. Esto solo afectaría al 1% de los hogares más ricos.

En tanto, la alícuota del impuesto a las Ganancias de Capital para quienes tengan ingresos superiores al millón de dólares por año pasaría del 20% actual al 39,6%, lo que alcanzaría al 0,3% más rico, unas 500.000 familias. El proyecto también prevé eliminar la posibilidad de que los más acaudalados eludan el pago de impuestos pasando sus activos a sus herederos.

El presidente también quiere que los socios de fondos de alto riesgo paguen impuestos “como cualquier otro trabajador”, sin poder hacer uso de las lagunas fiscales como ocurre actualmente.

Debido a la persistencia de la pandemia, en lugar de las 1.600 personas que suelen asistir a estos eventos, el aforo fue limitado a 200. Asimismo, los legisladores fueron instados a proponer una lista de invitados virtual.

Como represente de la Corte Suprema solo acudió su presidente, John Roberts. Del gabinete, estuvieron presentes el secretario de Estado, Antony Blinken, y el de Defensa, Lloyd Austin. Biden estuvo flanqueado por dos mujeres: la líder de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, y su vicepresidenta, Kamala Harris.

Por otra parte, el presidente pidió a los congresistas que aprueben leyes para frenar la violencia policial, al tiempo que destacó como inaceptables los repetidos asesinatos de ciudadanos negros a manos de efectivos. Sin embargo, se cuidó de valorar el servicio de la gran mayoría de los agentes.

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