24 de agosto 2020 - 00:00

El turno de Trump: con su aparición en la Convención Republicana busca acortar la brecha de los sondeos

La cita será desde hoy en Charlotte, Carolina del Norte, pero por la pandemia se convertirá en un show televisivo y virtual. Presencias de alto perfil. Las polémicas que se esperan. El eje del mensaje será el rechazo a la "izquierda radical" que, afirma, expresa Joseph Biden.

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Washington - Donald Trump estará en su salsa esta semana como estrella absoluta de la Convención Republicana, que lo nominará oficialmente para competir por un segundo mandato en las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.

Forzado por la pandemia a realizar un cónclave partidario casi enteramente virtual, el magnate no tendrá las multitudes electrizantes que adora. Pero aprovechará cada momento para desplegar toda la artillería contra su rival Joseph Biden, que acaba de ser investido en la reunión del Partido Demócrata.

Esos grandes actos partidarios que se realizan cada cuatro años para la formalización de los postulantes presidenciales aseguran a estos máxima exposición en los medios y en el debate público, lo que usualmente se utiliza para convencer a indecisos y generar un crecimiento en las encuestas. Estas, de acuerdo con el promedio que realiza el sitio Real Clear Politics, siguen favoreciendo a Biden con una ventaja nacional promedio de 7,6 puntos porcentuales, en tanto que la diferencia en los estados clave para el Colegio Electoral se ha reducido a 4,2 puntos. Ese es un aliciente para el republicano incluso antes de que su momento comience.

“Soy el único que se interpone entre el sueño americano y la anarquía, la locura y el caos totales”, dijo el presidente de Estados Unidos el viernes ante el Council of National Policy, un grupo de activistas conservadores. “Me avergüenza un poco decir ‘soy el único’, pero no hay otra forma de decirlo. Tenemos que ganar las elecciones. Soy el indicado”, aseguró, en medio de gritos de “¡USA, USA, USA!”.

A diferencia de Biden, un veterano político de 77 años que realiza su campaña a la Casa Blanca sin moverse de Wilmington, la ciudad en el estado de Delaware donde reside, debido a la pandemia, Trump, de 74, no ha dejado de viajar por todo el país los últimos días. Se dirigió a entusiastas seguidores para opacar la Convención Nacional Demócrata que tuvo su sede en Milwaukee, Wisconsin, aunque fue más que nada una transmisión nocturna por TV e internet, con grabaciones y segmentos en vivo desde la sala de las casas de políticos, celebridades y simples ciudadanos.

En contraste, Trump estará presente hoy en el Convention Center que recibirá a la reducida Convención Republicana en Charlotte, Carolina del Norte. Entonces, 300 delegados de los 50 estados del país harán la votación nominal para designarlo.

Para regocijo del mandatario, los reflectores apuntarán especialmente hacia él el jueves, cuando pronuncie su discurso de aceptación desde los jardines de la Casa Blanca, un entorno privilegiado que, según sus críticos, desdibuja las líneas rojas tradicionalmente respetadas entre las funciones del presidente y los actos del candidato. Sin embargo, Trump aseguró que hacerlo ahí era lo más seguro y lo menos costoso para el país, y que, después de todo, ahí está su casa ahora.

“Es un lugar que me hace sentir bien, que hace que el país se sienta bien”, le dijo a The New York Post.

En tanto, el vicepresidente Mike Pence renovará el miércoles su lugar en la fórmula desde Fort McHenry, un histórico enclave cerca de Baltimore.

La primera dama, Melania Trump, hablará antes, mañana, desde el icónico rosedal de la Casa Blanca. La modelo llegada de Eslovenia a mediados de los años 1990 tratará de hacer olvidar el papelón de 2016, cuando su mensaje ante la Convención Nacional Republicana fue acusado de haber plagiado pasajes enteros de la alocución de Michelle Obama de 2008.

“Lo escribí con la menor ayuda posible”, había declarado incluso la tercera esposa de Trump antes de pronunciarlo, lo cual avivó la polémica posterior. Aunque quien redactó el texto se declaró luego culpable, el incidente empañó el debut de Melania Trump ante una gran audiencia.

Sus palabras ahora son esperadas con impaciencia, no solo por su habitual bajo perfil, sino por las insistentes versiones de desavenencias con su marido.

Otros miembros de la familia Trump, en especial su hija mayor y asesora, Ivanka, tendrán un lugar destacado, así como aliados del mandatario, como el líder de la minoría en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, y la exembajadora estadounidense ante la ONU Nikki Haley.

Entre los invitados especiales se ha mencionado a Patricia y Mark McCloskey, convertidos en héroes de la derecha tras ser filmados blandiendo armas de fuego contra un grupo de manifestantes que marchaban en St. Louis.

También se espera que aparezca Nicholas Sandmann, un recién graduado de una escuela secundaria católica que se hizo famoso el año pasado cuando, luciendo una gorra de béisbol de “Hagamos grandes otras vez a los Estados Unidos”, el lema de Trump, los grandes medios lo presentaron burlándose de un anciano indígena durante una visita escolar a Washington.

La potente combinación de nacionalismo y retórica antiizquierdista del presidente promete ser protagonista, luego de que Trump acusara a Biden de ser “un caballo de Troya del socialismo”.

Algo es seguro: habrá polémica. El único expresidente republicano vivo, George W. Bush, ha tomado distancia de Trump hace ya tiempo, expresando una corriente de opinión adversa dentro del conservadurismo tradicional.

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