25 de abril 2012 - 15:41

Estudiantes chilenos volvieron a marchar por una educación gratuita

La marcha reunió en un ambiente de carnaval a universitarios, secundarios, padres y profesores.
La marcha reunió en un ambiente de carnaval a universitarios, secundarios, padres y profesores.
Miles de estudiantes marcharon este miércoles por las principales ciudades de Chile, en la primera manifestación nacional del año, que reeditó las masivas protestas que marcaron 2011 y demostró que el movimiento en demanda de educación pública gratuita y de calidad sigue en pie.

En una primera prueba de fuerza, los estudiantes demostraron que su movimiento sigue vigente tras más de siete meses de continuas protestas durante el año pasado, que incluyó la ocupación de cientos de escuelas y universidades.

Según la policía, la marcha de este miércoles reunió a cerca de 48.000 personas, mientras los organizadores cifraron la convocatoria en 80.000 manifestantes.

La marcha reunió en un ambiente de carnaval a universitarios, secundarios, padres y profesores, que iniciaron su recorrido en las cercanías de la céntrica Plaza Italia para avanzar varias cuadras por la Avenida Alameda, la principal arteria del centro de Santiago.

Con las pancartas, carteles, bailes y cánticos acuñados en las protestas de 2011, los estudiantes reafirmaron su exigencia de educación pública gratuita y de calidad, en un país que cuenta con uno de los sistemas educativos más desiguales del planeta.

"Vamos a seguir movilizados y esta es una muestra muy clara de que no nos hemos ido para la casa", dijo a el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), Gabriel Boric.

La marcha se desarrolló de forma pacífica y concluyó en las puertas del centro cultural Estación Mapocho, una antigua estación de trenes hoy restaurada como centro de reuniones.

Una vez que finalizó el acto central, un grupo menor de manifestantes se enfrentó con la policía, que los dispersó con chorros de agua y gas lacrimógeno.

En las cercanías de la Estación Mapocho una caseta de seguridad fue quemada por manifestantes encapuchados, que también cortaron por algunos minutos el tráfico por la avenida Alameda.

Marchas similares se registraron en otras ciudades de Chile como Valparaíso, Concepción, Temuco y La Serena.

Los estudiantes efectuaron la manifestación dos días después que el gobierno presentara una propuesta que acoge una de las principales demandas de los estudiantes: acabar con el Crédito con Aval del Estado (CAE), instaurado en 2007 y entregado por los bancos privados para facilitar los aranceles en las universidades privadas, con un interés que triplica al que otorgan las universidades públicas.

En Chile, las universidades estatales funcionan en la práctica como entes privados y cobran aranceles tan altos como las privadas. No existe la gratuidad a este nivel de enseñanza.

En su propuesta, el gobierno saca a los bancos privados del sistema y en su reemplazo crea un ente público que administrará los créditos, que tendrán un interés del 2% y que comenzarán a ser pagados por los estudiantes sólo cuando comiencen a trabajar, con un pago máximo del 10% del salario.

El nuevo sistema, que debe ser aún refrendado por el Congreso, otorga un plazo máximo de pago de 180 meses, tras lo cual la deuda se condonará. Según el gobierno, este plan beneficiará al 90% de los estudiantes tanto de instituciones públicas como privadas, dejando fuera sólo al 10% más rico.

Sin embargo, los estudiantes calificaron la propuesta de "insuficiente", ya que aspiran a la gratuidad total del sistema.

"La propuesta que entregó el gobierno es un avance en el sentido de que saca a la banca, pero no es suficiente, porque sigue existiendo el lucro, sigue existiendo autoritarismo, sigue existiendo segregación", explicó Boric.

En 2011, unos 220.000 estudiantes se acogieron al sistema de créditos privados, que en total tiene unos 350.000 deudores que de acuerdo a cálculos privados acumularán al final de sus estudios una deuda promedio de 100.000 dólares cada uno.

Los estudiantes chilenos realizaron el año pasado más de 40 protestas masivas por Santiago, lograron derribar a dos ministros de Estado y causar una brusca caída en la aprobación del presidente Sebastián Piñera.

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