4 de enero 2022 - 16:39

NASA: el escudo térmico del telescopio James Webb se despliega con éxito

Como el telescopio es demasiado grande para caber en un cohete, tuvieron que doblarlo sobre sí mismo como un origami y desplegarlo en el espacio, un procedimiento extremadamente peligroso que finalmente funcionó.

Escudo térmico.

Escudo térmico.

GESTIÓN

El telescopio espacial James Webb superó este martes una etapa importante al desplegar completamente su escudo térmico, un parasol de cinco capas necesario para observar el cosmos, anunció la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA).

Cada una de las capas de este escudo térmico tiene el tamaño de una cancha de tenis y son necesarias para proteger los instrumentos científicos del calor del Sol. Desde el lunes, cada una de ellas se desplegó y estiró.

Resumen de la misión James Webb

"Las cinco capas del parasol están completamente estiradas", dijo un operario del centro de control del telescopio en Baltimore, en la costa este de Estados Unidos, durante una transmisión en directo entre vítores de los miembros del equipo.

El telescopio es demasiado grande para caber en un cohete por lo que hubo que doblarlo sobre sí mismo como un origami y desplegarlo en el espacio, un procedimiento extremadamente peligroso. Esta acción era una de las etapas más difíciles de la misión.

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James Webb.

James Webb.

Los astrónomos de todo el mundo esperaban con ansias al James Webb, el telescopio espacial más potente, porque permitirá observar las primeras galaxias, formadas pocos cientos de millones de años después del Big Bang.

El observatorio despegó hace poco más de una semana de la Guayana Francesa y actualmente se encuentra a más de 900.000 kilómetros de la Tierra. Va camino de su órbita definitiva, a 1,5 millones de kilómetros de nosotros, es decir, cuatro veces la distancia entre la Tierra y la Luna. En este lugar, si surgiera un problema, no se puede prever una misión de reparación.

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James Webb.

James Webb.

Su despliegue, pilotado desde Baltimore, debía realizarse sin tropiezos. Para ello, más de un centenar de ingenieros se relevaron noche y día para asegurarse de que todo transcurriera según lo programado.

La NASA lo transmitió en directo por internet. Y, al no haber cámaras a bordo del James Webb, las únicas imágenes disponibles eran de la sala de control de operaciones.

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