Por motivos de seguridad, Uber pierde su licencia para operar en Londres
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Para explicar su decisión, la autoridad destacó que "el enfoque y la gestión de Uber han demostrado una falta de responsabilidad respecto a varios problemas, con consecuencias potenciales en la protección y seguridad del público".
TfL (Transport for London) también acusa a Uber de no reaccionar suficientemente ante las denuncias de delitos de los que sus conductores serían testigos y de su incapacidad a la hora de comprobar los antecedentes penales de sus choferes.
La autoridad culpa asimismo a Uber de utilizar un programa para que las autoridades no detecten a los conductores cuando estos trabajan en zonas donde no tienen derecho a operar.
Uber reaccionó anunciando que prevé "recurrir inmediatamente esta decisión ante la Justicia".
"Los 3,5 millones de londinenses que utilizan nuestra aplicación y los más de 40.000 conductores autorizados que dependen de Uber para vivir se quedarán atónitos ante esta decisión", denunció el jefe de la compañía en Londres, Tom Elvidge, en un mordaz comunicado.
"Al querer prohibir nuestra aplicación en la capital, Transport for London y el alcalde han cedido a los llamados de un pequeño número de personas que quieren limitar la elección de los clientes", denunció el director londinense del gigante estadounidense, que tiene sede en San Francisco.
"Si esta decisión se mantiene, más de 40.000 conductores estarán en el paro y los londinenses se verán privados de un medio de transporte práctico y adorable", agregó.
El alcalde de Londres, Sadiq Khan, afirmó por su parte su "apoyo total" a la decisión de TfL. "Sería un error seguir dándole una licencia a Uber si esta supone una amenaza para la protección y la seguridad de los londinenses".
La decisión de TfL constituye un problema adicional para Uber, que ya enfrenta numerosos desafíos. El grupo acaba de nombrar a un nuevo presidente, el exdirector de Expedia, Dara Khosrowshahi, en sustitución de Travis Kalanick.
La empresa, que perdió más de u$s 600 millones en el segundo trimestre de este año, está siendo investigada por sospechas de corrupción por parte de responsables oficiales extranjeros.
Además, la compañía también tiene a los taxis en su contra, que ven en ella una amenaza, al tiempo que reguladores de numerosos países tratan de frenar su actividad y sus conductores reclaman mejores remuneraciones y una mayor protección social.
El valor del grupo está estimado en más de u$s 70.000 millones en base a su capacidad para captar fondos de inversores, lo que le convierte en la mayor empresa emergente no cotizada del mundo.
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