31 de julio 2013 - 14:41

Tras protestas, Dilma anunció obras en San Pablo por u$s 4.000 M

La presidente de Brasil regresó a la ciudad que fue epicentro de las masivas manifestaciones.
La presidente de Brasil regresó a la ciudad que fue epicentro de las masivas manifestaciones.
La presidente de Brasil, Dilma Rousseff, pronunció su primer discurso público en San Pablo, epicentro de las manifestaciones multitudinarias de junio, en el cual anunció obras públicas del orden de los u$s 4.000 millones.

Violentas protestas ocurrieron el martes en Sao Paulo con un saldo de 20 detenidos y algunos heridos.

"Sao Paulo es la mega-ciuad que presenta los mayores desafíos de esta parte del hemisferio... por eso vine a anunciarles otra contribución del gobierno federal, de 8.000 millones de reales (u$s 4.000 millones) con 3.000 millones (1.500 millones) destinados a la movilidad urbana" dijo la presidente.

"Acá viven 11 millones de personas, el 55 % utiliza el transporte público; es un trazado urbano que margina a la población expulsándola a la periferia, y tenemos que hacer que el transporte compense esa distribución desigual del espacio urbano", comentó.

Y luego resumió: "Aquí en Sao Paulo las personas se ven obligadas a pasar hasta 6 horas (por día) en el transporte".

Rousseff también prometió u$s 750 millones para la construcción de viviendas populares dentro del programa Mi Casa, Mi Vida, uno de los principales programas sociales del gobierno.

Esta fue la primera alocución de la presidenta ante el público y las autoridades de San Pablo desde el estallido del 20 de junio pasado.

Ese día cerca de 1,5 millones de brasileños protestaron en San Pablo y decenas de ciudades con demandas que fueron desde la mejora del transporte hasta el reclamo por un mejor servicio de salud pública y educación.

Además, los indignados brasileños repudiaron la corrupción y criticaron al sistema político en en general, especialmente al Poder Legislativo.

El inicio de esa espiral de descontento se registró en la primera semana de junio cuando unos pocos miles de jóvenes exigieron que se anulara el aumento de 20 centavos, a 3,20 reales (1,6 dólares) del boleto de ómnibus y metro.

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