26 de febrero 2009 - 15:31

Tras su expulsión del país, Williamson dará una conferencia "tradicionalista" en Londres

Richard Williamson.
Richard Williamson.
El obispo ultraconservador Richard Williamson, quien arribó ayer a Londres expulsado de la Argentina tras una polémica por haber negado el Holocausto judío, brindará una conferencia "tradicionalista" en una iglesia católica del norte de Londres.

"El obispo está dispuesto a ser un mártir de la fe y la verdad", subrayó con tono apocalíptico una fuente allegada al negacionista, para agregar luego que la motivación del religioso "es la búsqueda de la verdad".

"El cree que no se ha dicho toda la verdad sobre la Segunda Guerra Mundial y que las personas deberían poder cuestionar ciertos eventos del Holocausto sin el peligro de terminar en prisión por haber cometido un crimen", sostuvo esa fuente.

"Su Excelencia no niega el Holocausto, sólo cuestiona ciertas partes de ese hecho", añadió.

En una entrevista a la televisión sueca, Williamson aseguró que durante la Segunda Guerra las cámaras de gas no existieron y que en los campos de concentración nazis murieron "entre 200.000 y 300.000 judíos y no seis millones".

Williamson, de 68 años, planea dar la conferencia para tradicionalistas católicos en la iglesia de rito tridentino de St. Joseph and St. Padarn, en el barrio londinense de Holloway.

En un sermón en esa iglesia el verano pasado, el religioso elogió al Papa Pio IX y a su encíclica Quanta Cura de 1864, que condena "las maldades" del modernismo.

Williamson, cuya excomunión dictada por el papa Juan Pablo II y levantada el mes pasado por su sucesor Benedicto XVI -a pesar de la crítica de la comunidad judía internacional-, decidió residir con curas de la Sociedad de Sn Pío X en Wimbledon, en el sudoeste de Londres.

El británico es uno de cuatro obispos de dicha sociedad que fueron consagrados ilícitamente por el arzobispo rebelde francés Marcel Lefebvre (1905-1991), fundador de esa corriente opositora a las reformas del Segundo Concilio Vaticano.

Los cuatro obispos fueron automáticamente excomulgados por el Vaticano.

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