Triple atentado agudiza la crisis religiosa en Irak
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El primer vehículo estaba estacionado en el ingreso del llamado Suq Arabo, un sector lleno de negocios de ropa y productos para el hogar.
Cuando la multitud corrió hacia la avenida Khulafa, un segundo coche bomba, estacionado en una antigua iglesia, explotó y sembró el terror. La gente corrió entonces hacia el lado opuesto de la avenida, donde estalló el tercer artefacto.
«Los terroristas querían provocar el mayor número de víctimas y muchos cadáveres están aún bajo los escombros. Pero hemos arrestado a tres sospechosos, un iraquí y dos extranjeros, y los estamos interrogando», precisó
Khalaf. El militar agregó que «los terroristas fueron ayudados por habitantes de barrios vecinos, donde prepararon el auto con explosivos», añadió.
«Escuché tres grandes explosiones y todo tembló en mi negocio. No sabía qué hacer, había humo por todos lados. De inmediato, traté de hablar por teléfono a mi familia, pero los celulares no funcionaban más y decidí regresar a mi casa», contó un comerciante de Shorja, donde predominan los negocios chiitas.
También en Bagdad, horas antes había estallado una bomba en el barrio nororiental de Al-Qahira que causó al menos cinco muertos y varios heridos. Además, un soldado estadounidense murió en la capital durante un enfrentamiento armado contra miembros de la resistencia a la ocupación que atacaron su patrulla, anunció el comando militar norteamericano en Irak.
En este clima violento, el premier Maliki anunció que el esperado plan de seguridad en Bagdad -que empleará ocho brigadas de la policía y tres divisiones de ejército, junto a 40 mil militares norteamericanos-«será lanzado, si Dios quiere, dentro de la semana».
Maliki agregó que el camino que une Bagdad a Samarra, 115 kilómetros de la capital, «será reabierto en dos meses, una vez ultimado el adiestramiento de las brigadas encargadas de protegerla».
El plan recolectó fuertes rechazos de los sunnitas. El número dos del Consejo de los Ulemas, Abdul Salam al-Kubaisi, aseguró que «será como el Holocausto para los sunnitas que rechazamos la ocupación. Digamos al gobierno: nosotros y ustedes moriremos juntos», afirmó.
Mientras tanto, en todo el país desde los minaretes de las mezquitas chiitas y sunnitas se invocaba el nombre de Dios y las campanas de las iglesias repicaban. «El pueblo iraquí debe estar hoy unido contra la campaña de terrorismo desencadenada por los extremistas islámicos», agregó, por su parte, el presidente Jalal Talabani, al participar en la conmemoración en Samarra.
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