16 de septiembre 2019 - 00:00

Una amenaza creciente de los rebeldes chiitas

Riad - Los ataques con dron llevados a cabo por rebeldes yemeníes contra instalaciones petroleras en Arabia Saudita son una muestra de la amenaza que pesa sobre infraestructura fundamental para el reino.

Las instalaciones sauditas son cada vez más vulnerables al constante avance armamentístico de los rebeldes hutíes, respaldados por Irán, que cuentan con misiles balísticos y drones.

La empresa estatal saudita Aramco, la mayor compañía energética del mundo, opera Ghawar y Safaniya, dos de sus mayores campos petroleros. Se trata del blanco más expuesto a una ofensiva bélica.

Mientras que sus pozos petroleros, desperdigados por una vasta extensión geográfica, se presentan como un blanco complicado, sus refinerías son vulnerables ante posibles ataques rebeldes.

El sitio de Abqaiq, uno de los dos atacados el sábado, es el “más vulnerable” de ellos, según un informe del Center for Strategic and International Studies de Washington.

Es, además, la mayor refinería y planta de estabilización petrolera de Aramco, con una capacidad de más de siete millones de barriles diarios, según la compañía.

El amplio sistema de oleoductos, estaciones de bombeo y puertos en el golfo Pérsico y el mar Rojo de Aramco también son vulnerables a potenciales ataques.

En mayo, los drones de los rebeldes hutíes atacaron dos estaciones de extracción del oleoducto que une el este y el oeste del reino, lo que lo dejó no operativo varios días.

Asimismo, la infraestructura petroleras también es vulnerable a ciberataques.

En 2012, Aramco fue una de las víctimas de Shamoon, un agresivo programa maligno de borrado de discos. Se considera que es el peor ciberataque al país hasta la fecha.

Las plantas desalinizadoras proporcionan más del 70% del agua potable del reino, según datos oficiales.

Ras al Jair, la mayor planta desalinizadora del mundo, localizada en la costa del golfo Pérsico de Arabia Saudita, parece vulnerable y, de ser atacada, el suministro de agua del reino podría verse gravemente afectado.

La red eléctrica saudita ha demostrado tener dificultades para saciar las demandas de su creciente población y sus infraestructuras industriales.

Un ataque a los sectores petrolero o gasístico podría tener un grave impacto en la red eléctrica, que depende en gran medida de los hidrocarburos como combustible.

Su red de transformadores y subestaciones son vulnerables a los ataques con explosivos, de acuerdo con el informe del Center for Strategic and International Studies.

Asimismo, el sistema eléctrico podría verse también perturbado por ciberataques.

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