22 de septiembre 2019 - 00:01

Construcción: u$s1.600 millones frenados por nuevos códigos Urbanístico y de Edificación

En la Ciudad de Buenos Aires hay cerca de 2.000 obras que no pueden comenzar. "La idea era simplificar las normas. Eso no se logró y además empeoró", dispara Valeria del Puerto, presidente del CPAU.

Las dificultades para interpretarlos y reglamentarlos por parte del Gobierno porteño no solo persisten, sino que se acrecentaron.
Las dificultades para interpretarlos y reglamentarlos por parte del Gobierno porteño no solo persisten, sino que se acrecentaron.
Foto: NA

Pasaron más de ocho meses desde la puesta en vigencia de los nuevos códigos Urbanístico y de Edificación en la ciudad de Buenos Aires. El primero regula dónde, cuánto y con qué criterios se debe construir, mientras que el segundo establece cómo y con qué materiales. La idea era actualizar y agilizar normas que ya resultaban obsoletas para la realidad de la Ciudad, dado que el código de edificación había sido confeccionado en 1943 y el urbanístico había sufrido su última reforma en 1977.

Sin embargo, las dificultades para interpretarlos y reglamentarlos por parte del Gobierno porteño no solo persisten, sino que se acrecentaron. De las 2.000 encomiendas profesionales de obra registradas este año en el Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo (CPAU), la mayoría aún no fue aprobada por las autoridades del GCBA. La merma de encomiendas profesionales con respecto al año pasado ya supera el 40%.

“Venimos alertando sobre la necesidad de ciertos cambios en los códigos nuevos, e insistimos en que debe primar la coherencia entre la aplicación de la norma y las acciones que facilitan y transparentan los procesos administrativos, que ya desde antes eran engorrosos y dificultaban el registro de planos. Desde 2015 a hoy, son innumerables las reuniones que tuvimos con el Gobierno porteño y las notas que elevamos por este tema”, advierte Valeria del Puerto, presidenta del CPAU. "La idea era simplificar las normas de la construcción. Eso no se logró y además empeoró. Ahora se requiere más interpretación que antes", agrega.

Inversión directa e indirecta

"Dos mil obras son alrededor de 1.600.000 metros cuadrados, lo que representan 1.600.000.000 millones de dólares que no se están invirtiendo en la ciudad de Buenos Aires. Esto traería una inversión directa e indirecta enorme, porque la construcción es un movilizador de la economía. Está la parte de proyectos, de ejecución de las obras, los insumos que no se venden, los servicios profesionales que no se dan, el transporte, los seguros, el alquiler de equipos, la mano de obra, etc...", aclara Del Puerto.

“Reclamamos una solución urgente para la aplicación de la normativa. Pero sucede que estos códigos son poco claros, por eso requieren de interpretaciones particulares que generan muchas observaciones a un mismo expediente, los procesos de revisión y aprobación siguen siendo complejos y extensos, y advertimos que los recursos para atender esta grave situación son escasos. En una coyuntura como la actual consideramos necesario integrar un cuadro técnico específico para atender la actual demanda. Estos motivos impiden el registro de nuestras obras a construir”, concluye la presidenta del CPAU.

Diez puntos clave

  1. Seis alturas permitidas en toda la Ciudad: Van desde planta baja y dos pisos (9 m) hasta planta baja y 12 pisos (38 mts) como máximo. Reemplazan a las 27 que había hasta el momento.
  2. Los vecinos de la Ciudad pueden consultar online cuál es la altura máxima permitida en su manzana, dando más previsibilidad y transparencia a las construcciones.
  3. Las alturas permitidas por manzana se equiparan, haciéndolas más homogéneas. En este sentido, ya no existen lo que se conoce como las “esquinas enanas” y las medianeras descubiertas, un paisaje habitual de la Ciudad de Buenos Aires, producto de las inconsistencias del código antiguo.
  4. En barrios como La Boca, Soldati y Lugano que presentaban algunas zonas que sólo tenían uso industrial, fueron liberados para la instalación de oficinas y viviendas.
  5. Ya no es obligatoria la bañera: En el Código antiguo se establecía la obligatoriedad en los baños principales de las viviendas, lo que generaba grandes inconvenientes para personas con movilidad reducida.
  6. Con el fin de ampliar la superficie de los baños, el bidet es optativo en los baños residenciales y el mingitorio puede ser reemplazado por un inodoro en los baños de comercios e instituciones.
  7. En universidad, hospitales, shoppings y comercios no es obligatoria la distinción de los baños por género o sexo.
  8. Todos los locales comerciales de afluencia masiva o de espectáculos con una superficie mayor a 2000 m2 deben contar con baños familiares en cada nivel de acceso público.
  9. La vivienda para el encargado es optativa: se puede reemplazar por un vestuario, generando una baja en el costo de las expensas.
  10. Los lactarios son obligatorios para todos los edificios públicos y en los establecimientos educativos de nivel inicial e institutos de menores de 6 años, cuando asistan menores de un año, a partir de los 20 menores.

Dejá tu comentario