15 de abril 2024 - 19:07

El cambio de la SUBE por otros medios de pago digitales abre negocio millonario para las fintech

Hay un universo de 6 millones de usuarios diarios de la SUBE. La Cámara Fintech propuso un sistema mixto que sume billeteras virtuales, tarjetas y códigos QR.

Durante 2023 se cursaron a través del sistema SUBE 4.362 millones de operaciones por más de $174.600 millones. Cerca de 6 millones de personas lo utilizan a diario.

Durante 2023 se cursaron a través del sistema SUBE 4.362 millones de operaciones por más de $174.600 millones. Cerca de 6 millones de personas lo utilizan a diario.

El anuncio que hizo el Gobierno de avanzar en la universalización de los medios de pago en el transporte público capturó el interés de todo el sector financiero argentino, que encuentra allí una oportunidad muy atractiva para desarrollar sus negocios. Se trata de un universo de 6 millones de usuarios por día que utilizan su tarjeta SUBE.

Si la decisión del Gobierno se concreta, esta tarjeta plástica dejará de ser la única herramienta para pagar los viajes en colectivo, tren y subterráneo y convivirá con billeteras virtuales, códigos QR y tarjetas de crédito y débito.

Desde el sector privado, la Cámara Argentina Fintech elaboró una propuesta para avanzar en esa dirección. “Está en línea con una tendencia que es global y existe en todo el mundo”, destacó su director ejecutivo Mariano Biocca, en diálogo con Ámbito.

A nivel regional, ciudades como Ciudad de México, Santo Domingo, Santiago, Medellín, Cali, Barranquilla, Bogotá, Río de Janeiro y Panamá disponen de sistemas de transporte que ofrecen pagos con tecnología NFC (tarjetas contactless), QR generado dentro de aplicaciones móviles, así como otras soluciones disponibles en billeteras.

Según datos del Banco Central citados por la Cámara en los fundamentos de su propuesta, sólo en 2023 se cursaron a través del sistema SUBE 4.362 millones de operaciones en 336 líneas urbanas de colectivo, 7 de trenes, 7 de subterráneo y lanchas por más de $174.600 millones. Cerca de 6 millones de personas lo utilizan a diario.

La semana pasada, el vocero presidencial, Manuel Adorni, anunció en conferencia de prensa en la Casa Rosada que habían retomado la decisión de "liberar el sistema de pago en el transporte público para que se pueda abonar con el teléfono o tarjetas de crédito”.

“Esto sólo no significa una simplificación del servicio que se creó hace 15 años y sigue dependiendo de la carga en un kiosco, sino una federalización del sistema que beneficiará a una buena parte de los argentinos”, añadió Adorni, sin dar mayores precisiones sobre el proyecto.

SUBE: el rol del Banco Nación en el sistema actual

Las normas vigentes establecen que Nación Servicios, el brazo tecnológico del Banco Nación, es el encargado de proveer el sistema único de pago con tarjeta SUBE en el transporte público de pasajeros.

“Existe una sintonía fina entre la filosofía de esa medida y la industria fintech, que es la competencia. Queremos que la persona que viaja elija con qué medio quiere pagar según su disponibilidad en ese momento, sea su tarjeta sube, prepaga, débito o código QR”, explicó Mariano Biocca, como vocero del sector fintech.

“La intención es ampliar el abanico, no restringirlo. Queremos que el nuevo sistema sea tecnológicamente agnóstico, es decir que no se restrinja a la tecnología que conocemos hoy sino que esté abierto para ir evolucionando todo el tiempo e incorporando las novedades que vayan surgiendo en materia de pagos digitales”, señaló y mantuvo este diálogo con Ámbito:

Periodista: ¿Qué herramientas considera que es necesario sumar?

Mariano Biocca: Las dos tecnologías que hoy están más en boga son el NFC (comunicación de campo cercano por su sigla en inglés), para pagos sin contacto, y el QR. Son las dos que pican en punta.

P.: ¿Cómo imagina que será la instrumentación?

M.B.: El gran desafío es cómo se va ir renovando el campo de terminales porque no es lo mismo aplicar esto en la red de subtes que tiene un sistema unificado por red de fibra óptica, que en los trenes o colectivos, ya que no es lo mismo por el tipo de conexión. Eso requiere un proceso paulatino. Y esto es clave porque hoy sube es un sistema que funciona con rapidez, te cobra y te marca el saldo restante. Entonces lo que venga tiene que ser igual o mejor que lo que ya existe para mejorar la experiencia.

P.: ¿Cree que las empresas de transporte van a poder hacer la inversión necesaria?

M.B.: La inversión es un tema que se está hablando bastante, para ver si tiene que ser privada, pública o mixta. Creemos que en la medida en que estén los incentivos razonablemente planteados va a haber una larga fila de jugadores del sector privado que van a estar interesados porque obviamente detrás de esto hay un negocio, porque se trata de pagos que tienen un costo transaccional. También dependerá de las reglas que apliquen desde las políticas públicas.

P.: ¿Cuáles pueden ser los costos del nuevo sistema?

M.B.: Hoy la SUBE le cuesta a las empresas de transporte un 7%. En cambio, cuando se hace una compra con débito la comisión para un comercio es de 0,8%, casi 10 veces menos. Así que la medida debería traer beneficios para todos los involucrados. La idea es que Nación Servicios empiece a competir con cuantas empresas quieran participar del nuevo esquema, sumando alternativas de pago. Técnicamente las distintas líneas podrían elegir distintos adquirentes siempre que estén capacitados para recibir todos los medios de pagos disponibles y homologados.

P.: ¿Qué oportunidad de negocio ve allí la industria fintech?

M.B.: El interés de la industria fintech viene dado porque al abrirse estas opciones las personas van a usar más las billeteras y tarjetas en el día a día y eso genera un beneficio. Tengamos en cuenta que es un negocio de mucho volumen y margen muy pequeño. El sector siempre busca cómo darle al usuario cada vez más opciones de uso de las herramientas de pago digital.

P.: ¿Qué tiempos puede llevar su implementación?

M.B.: Será paulatino. Posiblemente arranque con el subte, luego el tren, etc. Hay voluntad de que sea relativamente pronto, es decir empezar este año. Tuvimos contacto con autoridades nacionales y locales como CABA, Mendoza, Rosario, entre otras.

Las dudas en las empresas de transporte

Desde el punto de vista de las empresas de transporte, las fuentes consultadas por Ámbito admiten que les gustaría pagar comisiones más bajas que las actuales, pero reconocen que el sistema actual “está funcionando bien” y destacan que los ingresos "se acreditan bastante rápido, en 24 horas".

Nación Servicios les cobra una comisión total del 7% por cada pasaje facturado. De este total,3% es para cubrir el costo operativo del sistema y el 4% restante es dinero que le queda al banco por el servicio de acreditación de los fondos recaudados.

Por otro lado, cuando se aborda este tema surge de inmediato la preocupación por saber cuáles serán las inversiones por hacer y qué asistencia estatal tendrán disponible para instrumentar el cambio. Nada de esto está definido por el momento desde el Gobierno.

Muy por detrás en las prioridades de los empresarios surge un tema que tiene, en rigor, más tinte político y legal: qué pasará con los datos privados de los usuarios que hoy captura la SUBE y que quedarán disponibles para los privados que se sumen al sistema. Las tarjetas están vinculadas a los datos personales del usuario y el sistema guarda todos los detalles de los viajes realizados, el monto pagado y las recargas realizadas.

Para dar más certidumbre a lo que vendrá, la Cámara Argentina Fintech se ocupa de enfatizar en su propuesta que el Estado no quedará al margen del futuro sistema: “Se requiere de una coordinación público-privada para una adecuada implementación y educación de los usuarios. Le corresponde al sector público generar las condiciones y marcos normativos necesarios para la incorporación de nuevos medios de pagos”.

Según datos del sector, en los últimos años el uso de tarjetas para pagos digitales se extendió a lo largo de toda la población. Y la utilización de billeteras virtuales se consolidó en el mercado y se estableció a la interoperabilidad como paradigma regulatorio. El 96% de la población adulta tiene una cuenta bancaria y el 61% una cuenta de pago en el país.

En Argentina circulan casi 39 millones de tarjetas de crédito y 82 millones de tarjetas de débito. A esto hay que sumarle no menos de 15 millones de tarjetas prepagas emitidas por empresas fintech no bancarias.

Así, la Cámara estima que la medida acercará aún más a unas 14 millones de personas a los pagos digitales y a la utilización de productos financieros en la cotidianidad y reducirá la necesidad de uso de efectivo.

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