19 de septiembre 2025 - 08:00

La Inteligencia Artificial le armó un plan para que se haga una fortuna, pero perdió millones en apenas segundos

Un joven estadounidense confió su dinero a consejos de un chatbot y terminó con un negocio sin ventas y fallas inesperadas.

El hombre quizo hacerse millonario siguiendo a la IA, pero su plan salió mal.

El hombre quizo hacerse millonario siguiendo a la IA, pero su plan salió mal.

Jackson Greathouse Fall buscó un atajo para cambiar su situación económica y encontró en la IA la herramienta perfecta para intentarlo. Decidió seguir al pie de la letra cada paso que le sugiriera un chatbot, confiado en que esa tecnología lo guiaría hasta el éxito financiero.

El desafío generó mucho interés en redes sociales y medios digitales, convirtiéndose en un experimento público. Con apenas 100 dólares iniciales y dos reglas básicas "obedecer a la IA y no salirse del presupuesto", comenzó un recorrido que terminaría en frustración.

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Las ideas de ChatGPT para hacerse millonario

Jackson eligió difundir en tiempo real su plan. Según contó, la IA le recomendó armar un negocio de comercio electrónico enfocado en productos ecológicos, una tendencia en constante crecimiento a nivel global. Siguió las sugerencias al pie de la letra: compró el dominio GreenGadgetGuru.com, pagó un hosting y usó herramientas automáticas para diseñar logo y contenido promocional.

Con artículos redactados para atraer a un público comprometido con el medio ambiente, lanzó campañas publicitarias en Facebook e Instagram, invirtiendo los últimos dólares de su presupuesto. Las visitas llegaron rápido y, empujadas por la curiosidad sobre su experimento, lograron cierta visibilidad mediática.

Pequeños inversionistas aportaron algunos cientos de dólares para acompañar el proyecto. En cuestión de días, la web alcanzó una valoración teórica de 26.000 dólares, pero sin ventas reales que sostuvieran ese número.

Por qué falló el plan

El modelo propuesto nunca pasó del papel. Carecía de productos propios, logística de distribución y estrategias efectivas para transformar visitas en clientes. La tienda vivió de la exposición mediática y no de un flujo comercial sólido.

Entonces, aunque la elección del nicho parecía atractiva, la ausencia de un negocio tangible llevó a la gran caída del proyecto. El experimento demostró que el furor publicitario y las métricas superficiales no reemplazan los ingresos genuinos.

Con el tiempo, el interés del público se fue y la página quedó prácticamente inactiva. Jackson obtuvo una experiencia mediática intensa y algo de dinero de curiosos, pero no la riqueza prometida por la IA.

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