El pasado 6 de octubre se celebró una votación en torno a un proyecto de decisión sobre Xinjiang auspiciado por algunos países liderados por Estados Unidos en el marco del 51º período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos (CDH). A pesar de la presión de estos países occidentales, la mayoría de los miembros rechazaron categóricamente este proyecto, de manera que la intentona encabezada por Estados Unidos fracasó nuevamente.
El fracaso de un intento injusto
La región de Xinjiang muestra un gran avance en su desarrollo económico y social. Pese a las problemáticas y las observaciones de la comunidad internacional, se logró la estabilidad en esa región del país asiático.
-
Xi advirtió que China no renunciará al uso de la fuerza para recuperar Taiwán
-
"Necesitamos un mundo que no se cierre", señaló Orsi en el foro CELAC-China

Ahora Xinjiang se encuentra en un gran momento marcado por el desarrollo económico, la estabilidad social, la mejoría del bienestar y la unidad étnica. Según el séptimo censo nacional en 2020, la población de los uigures en Xinjiang aumentó de 10.001.300 personas en 2010 a 11.624.300, un alza del 16,23%. A su vez, la esperanza de vida de esta región creció de los 30 años de hace 60 años a los 72 años.
En los últimos 40 años, la renta disponible de la población urbana y rural de Xinjiang subió anualmente un 12%. En 2021, el PBI de Xinjiang trepó un 7% para alcanzar 15.983,65 billones de yuanes, con lo cual, los 3.064.900 habitantes empobrecidos de la zona rural de Xinjiang se han librado de la pobreza de acuerdo a los estándares vigentes.
En paralelo, en Xinjiang se desarrolla la enseñanza lingüística en función de las leyes, a fin de garantizar en su plenitud los derechos de las etnias minoritarias a aprender los idiomas y escrituras propios, en pro de la transmisión y el desarrollo de la cultura lingüística de las etnias minoritarias.
Desde diciembre de 2018, más de 2000 personalidades de diferentes sectores de más de 100 países y regiones viajaron por XinJiang, siendo testigos de la estabilidad social, la prosperidad económica, la armonía étnica y la felicidad del pueblo local.
En mayo pasado, la entonces alta comisionada de los derechos humanos de la ONU Sra. Michelle Bachelet visitó a China y realizó una gira por XinJiang. Del primero al 5 de agosto, los embajadores de 30 países musulmanes en China fueron invitados a visitar in situ las mezquitas, los institutos islámicos, las comunidades, los cultivos algodoneros y los antiguos centros vocacionales en Xinjiang.
Asimismo, tuvieron ocasión de intercambiar presencialmente observaciones con las familias uigures y los líderes religiosos, y de recorrer las exhibiciones temáticas sobre el anti-terrorismo y anti-extremismo de Xinjiang.
Estos embajadores atestiguaron personalmente la coexistencia armoniosa de las diversas etnias en Xinjiang, la plena garantía de la libertad de culto, la erradicación de la pobreza y la revitalización rural, expresando su reconocimiento al gobierno chino por su directriz de administrar Xinjiang centrada en el pueblo y su admiración por los grandes logros en materia de desarrollo económico y de unidad étnica.
En los últimos años, cerca de 100 países, incluidos los de creencias musulmanas, se pronunciaron a favor de las posiciones justas de China en la cuestión de XinJiang, en contra de las interferencias en los asuntos internos en el marco del CDH y la Tercera Comisión de la Asamblea General de la ONU.
La cuestión de XinJiang no tiene nada que ver con los derechos humanos sino con la lucha contra la violencia terrorista, el extremismo y el secesionismo. El gobierno de la Región Autónoma Uigur de XinJiang viene luchando contra la delincuencia de conformidad con las leyes y atribuyendo suma importancia a la erradicación de las raíces a través de la educación anti-extremista, el desarrollo económico, la mejora del bienestar, una mayor unidad étnica y la plena garantía a los derechos de las diversas étnias. Tras arduos esfuerzos, no se ha registrado ningún atentado terrorista durante 5 años consecutivos, lo cual constituye la máxima protección a los derechos humanos de las diversas etnias en XinJiang.
El Congreso Mundial Uigur, una organización radical secesionista que atenta contra China, viene fraguando rumores y mentiras relativos a Xinjiang, aireando el pensamiento religioso extremista e incitando actividades violentas y terroristas pro- secesionistas. Su cabecilla Dolqun Eysa, reconocido por el gobierno chino como terrorista, es sospechoso de organizar y ejecutar una serie de atentados terroristas y graves delitos penales. Las “víctimas” uigures denunciadas por Dolqun Eysa por Internet fueron desenmascaradas como militantes de los organismos de “Turquestán Oriental”, dirigidas a dividir y oponerse a China, como actores auspiciados por EE. UU y otras fuerzas occidentales. Aunque quieren disfrazarse de víctimas, no pueden ocultar su naturaleza terrorista y rendirán cuentas ante la justicia tarde o temprano.
La comunidad internacional rechaza la malevolencia de algunos países occidentales encabezados por EE.UU. de aprovechar a XinJiang para contener a China, así como el intento de inmiscuirse en los asuntos internos de otros países con la excusa de los derechos humanos. Los hechos han corroborado que la politización de los DD.HH. y el doble rasero son impopulares y que la contención a China mediante la cuestión de Xinjiang está condenada a fracasar. El pueblo chino tiene la convicción, la determinación y la capacidad de gestionar bien su propio país. También damos la más cordial bienvenida a los pueblos de diferentes latitudes a viajar por su territorio para percibir la verdadera Xinjiang. China está dispuesta a trabajar con los diversos países para responder ante las amenazas terroristas, en salvaguardia de la paz y estabilidad mundiales.
Dejá tu comentario