18 de abril 2025 - 11:26

Dólar: Javier Milei y la lógica detrás de la salida del cepo

El Gobierno soltó el cepo del dólar sin dogmas ni apuro. Prima el pragmatismo: liberar cuando se puede, no cuando se quiere.

El pragmatismo de un gobierno defensor de las libertades que entiende que las garantías son más importantes que las ideas sea tal vez la razón por la cual puede ser que esta vez sí salga bien el plan.

El pragmatismo de un gobierno defensor de las libertades que entiende que las garantías son más importantes que las ideas sea tal vez la razón por la cual puede ser que esta vez sí salga bien el plan.

Ámbito

Varios aciertos del presidente Javier Milei y su equipo devienen de no intentar apresurar recetas libertarias sobre una economía quebrada, restringida e intervenida. La primera muestra de pragmatismo fue postergar la causa dolarizadora y el cierre del Banco Central. La falta de recursos y los riesgos provenientes de una gigante deuda comercial y una sobrepoblación de Pesos, entre otros factores, la habrían llevado al fracaso. Fue una grata sorpresa de un presidente que en campaña mostró un firme fundamentalismo por cumplir sus objetivos.

A lo largo del primer año de gestión, esta flexibilidad se evidenció en el plano político además del económico, pero sin perder la esencia. Desde el primer mes las cuentas fiscales muestran superávit y no se ha financiado al Tesoro con emisión monetaria. El esquema cambiario, por su parte, pareció estar supeditado a asistir en la batalla contra la inflación y suplir de bienes una economía con escasez de productos y precios ridículos. Hay que entender el modelo por lo que es, una serie de etapas donde se avanza a medida que las circunstancias lo permiten. El éxito del modelo recae en interpretar esas circunstancias correctamente.

Se argumenta que podría haber intentado salir del cepo antes, pero el riesgo de probar al mercado demasiado temprano le podría haber costado al Gobierno todo lo que construyó hasta el momento. Argentina convivió con cepo en varias de sus versiones por seis años, creando fuerzas durmientes de demanda reprimida de dólares. Tampoco era necesario. El país pudo retomar el sendero de crecimiento en el segundo semestre de 2024 a pesar de tener prácticamente los mismos controles que en 2023. El voto de confianza del electorado y, fundamentalmente, del mercado, incluyó la paciencia necesaria para que coexista temporalmente el discurso libertario con un intervencionismo más propio de un país keynesiano.

Dólar: el cepo y la administración de riesgos

Con la apertura del cepo, primó la administración de riesgos. Aun con el nuevo programa del FMI y el apoyo de otros organismos multilaterales, las restricciones se levantaron totalmente para personas humanas, pero solo parcialmente para personas jurídicas.

Nuevamente, el mercado tampoco lo está pidiendo. Nadie entiende mejor que la demanda de dólares puede alterar el orden cambiario que tanto costó crear. Cancelación de deuda comercial, atesoramiento y dividendos tendrán que esperar. Es el turno de los individuos, estrategia que hasta tiene sentido desde el punto de vista político: es año electoral y los que votan son las personas.

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El cepo es lo opuesto a la libertad, está claro, pero se está liberando a medida que los recursos y las circunstancias lo permiten. No se abre, se relaja, como soltarle correa a una bestia que estuvo atada seis años. El pragmatismo de un gobierno defensor de las libertades que entiende que las garantías son más importantes que las ideas sea tal vez la razón por la cual puede ser que esta vez sí salga bien el plan.

CEO Max Capital Asset Management

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