9 de agosto 2021 - 00:00

Políticas para que gire la rueda

El frente fiscal continúa reforzado principalmente por los ingresos que genera el repunte de la actividad económica y también por el aumento de precios internacionales. Estos resultados permiten orientar el gasto hacia lo urgente, pero también hacia obras que hacen falta de cara a la pospandemia.

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Las políticas públicas que se vienen aplicando van cimentando, en el marco de todo un conjunto de dificultades que hay que enfrentar. La clave pasa por seguir fortaleciendo esas políticas y darles continuidad.

El frente fiscal continúa reforzado principalmente por los ingresos que genera el repunte de la actividad económica y también por el aumento de precios internacionales. Estos resultados permiten orientar el gasto hacia lo urgente, pero también hacia obras que hacen falta de cara a la pospandemia.

En un medio se indicó que “de cara a la campaña (…), el Gobierno aumentó en más de $700.000 millones los gastos del Presupuesto de este año, que en un 97% se financia con la mayor recaudación de impuestos y tributos vinculados a la Seguridad Social”. Se trató de presentar como negativa una noticia que no lo es. En realidad no hace más que avalar la idea de que son los ingresos los que financian la expansión del gasto. Nada se comenta respecto de que una parte importante del gasto se destinará, por ejemplo, al tratamiento cloacal en diversos municipios, a obras de agua potable y acueductos, a pavimentación de caminos rurales y a la mejora de las rutas.

Los datos oficiales muestran que la industria alcanzó en junio su mayor nivel desde mayo de 2018 en términos desestacionalizados. Esta recuperación es vital por los impactos positivos en el nivel de empleo y en la consecuente generación de una mayor demanda. Además, se espera que la inflación se siga desacelerando en los próximos meses y que junto con la mejora de la posición externa se siga tranquilizando la economía. En julio, por caso, en materia de dólar futuro el Banco Central habría cerrado con saldo cero. Este dato significa que no hubo apuestas concretas por parte “del mercado” a que el tipo de cambio oficial vaya a seguir un sendero distinto del que está estipulado en el plan de gobierno. Es una buena síntesis del círculo virtuoso que se está generando.

Respecto de los ingresos fiscales, durante el Encuentro Anual de Impuestos organizado por el Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA), el CEO de un grupo afirmó que “hay que combatir fuertemente la evasión; bajar 10 puntos (del 40% al 30%) resolvería el problema del déficit fiscal y resolvería muchos problemas”. Hay que decir que el gobierno trabaja intensamente en este frente, y viene avanzando, por ejemplo, en la detección de maniobras que van en contra de las normas en materia de comercio exterior y de otros impuestos, como por ejemplo el Aporte Solidario.

Analizando los temas de evasión y elusión en el resto del mundo, el propio presidente de Estados Unidos, Joe Biden, había dicho que “no es aceptable que 91 de las 500 mayores corporaciones del país pagaran cero en impuestos federales en 2019”. Queda claro que allí no hay un supuesto problema de confianza, sino que se trata de la búsqueda de mayor rentabilidad. En cuanto a nuestra región, la CEPAL estima que por evasión hay una pérdida de recursos de u$s325.000 millones anuales (6,1% del PIB).

Por eso, la primera reforma impositiva que hay que hacer es continuar mejorando la recaudación, evitar todo lo que se va por los canales ilegales, lo que se subfactura. También es preciso avanzar hacia una mayor progresividad. Todos estos temas se están discutiendo en los países centrales y en ámbitos como el G20.

Argentina no es una excepción. Aquellos que justifican la fuga de capitales al exterior por el motivo que fuera, y critican el sistema tributario argentino, parecieran olvidar que esos fondos son ganancias generadas en nuestro país, con lo cual, tan mal no les va produciendo en nuestra Nación.

La progresividad implica gravar en mayor medida a quienes mayor capacidad económica poseen y contemplar a los sectores que necesitan apoyo y alícuotas diferenciadas. Las buenas políticas deben tener la virtud de poder reconocer las diferencias.

Al hablar de progresividad no se está planteando que se paguen tributos sobre las pérdidas, sólo sobre las grandes ganancias y riquezas, principalmente, para que vuelvan al conjunto de la sociedad y pueda seguir girando la rueda del crecimiento con inclusión.

(*) Diputado Nacional Frente de Todos

Presidente Partido Solidario.

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