11 de febrero 2024 - 00:00

Inversiones en tiempos volátiles: ¿cuál es el mejor plazo de inversión?

La tolerancia al riesgo es uno de los factores más importantes a considerar al definir un perfil de inversión.

Una vez que hemos definido nuestro perfil de inversión, capital, objetivos, plazo y riesgo, es hora de seleccionar las inversiones adecuadas. 
Una vez que hemos definido nuestro perfil de inversión, capital, objetivos, plazo y riesgo, es hora de seleccionar las inversiones adecuadas. 
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En un momento complejo y volátil como el que atraviesa Argentina actualmente, es muy importante contar con un plan de inversión sólido, adaptado a nuestras necesidades y las circunstancias por las cuales estamos atravesando.

La incertidumbre económica y política puede generar inquietud en los inversores, pero también abre oportunidades para aquellos que estén bien informados y preparados.

El primer paso para construir un plan de inversión efectivo es evaluar nuestro perfil como inversor. ¿Somos conservadores, moderados o agresivos? Esta evaluación de nuestras características personales nos ayudará a determinar la combinación adecuada de activos en nuestra cartera.

Los inversores conservadores tienden a optar por activos de menor riesgo, como instrumentos de renta fija con buena calidad crediticia o fondos comunes de inversión de renta fija, mientras que los más arriesgados pueden inclinarse por instrumentos de renta variable como las acciones locales o CEDEARs.

La tolerancia al riesgo es uno de los factores más importantes a considerar al definir un perfil de inversión ya que la tolerancia al riesgo indica la disposición de una persona a asumir potenciales pérdidas monetarias.

Una vez que conocemos nuestro perfil de inversión, es momento de definir el capital que estamos dispuestos a invertir. Es fundamental establecer un monto que no comprometa nuestra estabilidad financiera a corto plazo, pero que nos permita alcanzar nuestros objetivos definidos.

En este sentido, es necesario tener en cuenta que la diversificación es un punto clave al conformar nuestra cartera de inversión. Esta se mantiene como una buena estrategia ya que, al distribuir inversiones en diversos instrumentos, sectores y clases de activos, se puede atenuar el riesgo y reducir la exposición a la volatilidad que es inherente a un solo activo. Este punto, en concreto, forma parte del “ABC” de cualquier estrategia financiera.

Hablando de objetivos, es importante tener claridad sobre qué queremos lograr con nuestras inversiones. ¿Estamos ahorrando para la jubilación o plan de retiro, para comprar una vivienda en el futuro o para financiar la educación de nuestros hijos? Cada una de estas metas requerirá una estrategia de inversión diferente, con lo cual, es esencial que se le dedique el tiempo necesario para definirlos con precisión.

Ahoara bien, además del objetivo, es esencial establecer un plazo de inversión. ¿Cuáles existen?

Por lo general, se pueden dividir en tres grandes grupos: el corto plazo, que refiere a días o a lo sumo un mes (en especial, en escenarios como el actual); el mediano plazo que podría aproximarse a seis u ocho meses; y por último, el largo plazo que es cuando la inversión se propone para más de un año. Aunque nuevamente, la sensibilidad de lo que se puede entender como corto, mediano o largo puede depender mucho de la coyuntura que se esté transitando.

A su vez, cada horizonte temporal trae consigo un conjunto particular de riesgos y oportunidades. Por ejemplo, para aquellos inversores de corto plazo hay opciones de inversión de bajo riesgo -es decir, para perfiles conservadores- como los Fondos Comunes de Inversión Money Market, o las cauciones bursátiles.

Ambos sirven para generar intereses en un corto periodo de tiempo sin prácticamente riesgo, y un dato clave: sin la necesidad de dejar los pesos “inmovilizados” como pasaría en un plazo fijo bancario tradicional.

Por otro lado, los inversores de largo plazo, por lo general aspiran a un crecimiento gradual del activo en el tiempo. Puede pensarse acá en una cartera (con cierta selectividad) de acciones, que, si bien en el corto plazo suelen ser una inversión con una volatilidad alta, la posibilidad de no necesitar venderlas de forma rápida y mantenerlas en el tiempo suele ser históricamente una buena opción para incrementar el patrimonio.

Una vez que hemos definido nuestro perfil de inversión, capital, objetivos, plazo y riesgo, es hora de seleccionar las inversiones adecuadas.

En el mercado, hay una amplia gama de opciones disponibles, desde acciones y bonos hasta fondos comunes de inversión segmentados por estrategia.

Es importante investigar y entender cada opción antes de tomar una decisión. Consultar con un asesor financiero puede ser de gran ayuda para diseñar una cartera que se ajuste a nuestras necesidades y tolerancia al riesgo.

Team Leader de Banca Digital.

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