La necesidad de la Ley de Solidaridad y Reactivación

Desde el año 2015 a la fecha en que nuestro país se encontraba muy desendeudado con índices de cerca del 12% del PBI hasta enero de 2018 en que se nos cortó el crédito internacional en el mercado voluntario de deuda (bonos), pasamos al 35% del mismo indicador en tan solo 2 años. Y tuvimos que recurrir al FMI para solicitar auxilio financiero, primero de u$s33.000 millones y el segundo de 58.000 millones de la misma moneda, llevándonos a la crisis que poseemos en la actualidad. Hoy en día nuestro país sigue poseyendo un déficit fiscal real del orden del 8% del PBI como en ese momento, pero en la actualidad se realizaron pases contables de jurisdicción y supuestamente se redujo al 1,5%. Hablamos entonces de pases contables como los del transporte y energía a CABA y Buenos Aires. Pero que los fondos se los entregaba la Nación hasta el 10 de diciembre próximo pasado ascendiendo a valores cercanos a los $600.000 millones y de una caída libre total de la economía de nuestro país por casi 2 años consecutivos

Como resultado de esta situación la actual administración generó, necesitó aprobar y reglamentar la denominada Ley de Solidaridad Social y Reactivación Económica para intentar producir crecimiento en lo económico y financiero, pero por sobre todo para poder establecer un piso en la actividad y poder frenar la caída libre y esa inercia que veníamos sufriendo desde marzo de 2018 a diciembre 2018/enero 2019.

Para eso, no hizo más que establecer un esquema por el cual se frenan todas las causas de la debacle que veníamos teniendo en todos los factores: servicios públicos, tarifas, movilidad jubilatoria financiera, transportes, despidos y que provocaban la pérdida del poder compra en forma constante de nuestra población. Una vez que se establece el piso, quiere decir que ya no podremos seguir en esa caída libre y una vez nivelado y encontrada la estabilidad empezar un rebote que debe tornarse sustentable con medidas que favorezcan el crecimiento económico (ejemplo: moratoria total de 120 meses con 6 meses de gracia condonando intereses y multas para las pymes que son las principales fuentes de empleo en nuestro país con casi un 80% del total de los puestos de trabajo). Si todo esto se junta con un plan de empleos formales se pueden llegar a lograr cerca de 2.000.000 en 2 años de gestión con beneficios impositivos para quienes tomen personal proveniente de los planes sociales. Con todo esto, bien articulado con la generación de nuevas Leyes regulatorias de las distintas actividades afectadas en este lapso de 180 días de “parar la pelota” –si estuviéramos hablando de un partido de futbol- podríamos estar frente a un despegue pocas veces visto en la economía mundial y para poder registrarlo como corresponde habría que tener funcionando al 100% los datos estadísticos, que son aquellos que muestran las diferencias las distintas gestiones del Estado en todo el mundo.

A su vez, también sería muy bueno tratar de mejorar el sistema de transporte logístico aumentando las posibilidades de traslado de mercaderías provenientes de las economías regionales que tan golpeadas quedaron.

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