26 de marzo 2020 - 14:44

La crisis es una oportunidad

El mundo se encuentra en un desafío inédito: pasar a desacelerar bruscamente su intensidad de vida.

Según informaciones los grandes países consumidores, están almacenando petróleo.

Según informaciones los grandes países consumidores, están almacenando petróleo.

NA

Luego de transcurridos casi tres meses del corriente año, el mundo se encuentra en un desafío inédito: pasar a desacelerar bruscamente su intensidad de vida, en función a la aparición de una amenaza a la salud de las personas que es el coronavirus COVID 19, que no reconoce fronteras.

El desarrollo del contagio provocado por este nuevo virus, es vertiginoso y ha alcanzado también a nuestro país, esta situación mundial motivó a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) haya declarado como una pandemia desde el 11 de marzo ppdo.

Esto está obligando a diferentes rubros en el mundo, a suspender actividades en forma masiva y drástica, como las aeronáuticas, puesto que se han cerrado varias fronteras, haciendo imposible ingreso en aquellas zonas o países que tienen el brote más intenso del COVID 19 detectado.

El panorama es reciente y muy dinámico, no se vislumbra el final del mismo, es mas no se sabe cómo y cuándo puede ocurrir en virtud de la expansión de este novedoso virus.

Tenemos que tener en cuenta esta situación, puesto que la economía del mundo depende en una buena proporción del consumo de hidrocarburos, está en vilo, por la incertidumbre que existe, que a su vez impacta en grandes empresas que en años pasados han contraído importantes préstamos para desarrollar sus actividades en todo el planeta.

Esto involucra a grandes compañías dedicadas a la extracción de hidrocarburos, líquidos y gaseosos, convencional y no convencional, que desarrollan su actividad en varias partes del planeta.

La OPEP, que nuclea a los grandes países productores de petróleo, agrupa once países productores de petróleo: Argelia, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Indonesia, Irak, Irán, Kuwait, Libia, Nigeria, Qatar, Venezuela, los cuales representan el 41 % de la producción de petróleo mundial y poseen más del 75 % de las reservas conocidas.

Otros productores de petróleo de importancia existen y no forman parte de esta Organización, como lo es Rusia y Estados Unidos. Este último país ha alcanzado el primer lugar como productor, en función del desarrollo de sus campos no convencionales.

Por supuesto hay otros países productores de petróleo como Argentina, de menor escala en el presente, que con su desarrollo No Convencional en la formación Vaca Muerta, ubicada en su mayor parte en la provincia del Neuquén, ha logrado incrementar su producción de petróleo y gas, en estos últimos años, alcanzando el primer lugar como provincia productoras desde fines de 2019, pero también es primera productora de gas.

Este desarrollo no convencional en nuestro país, se puede decir que es uno de los más importantes fuera de los existentes en campos ubicados en los Estados Unidos, en virtud del desarrollo incremental, que ha habido desde su primer momento año 2010, momento en que hubo que analizar este potencial, como desarrollar el mismo, teniendo intervenciones del Estado Nacional en determinados momentos, con ese fin, puesto que el desafío para este, fue como ponerlo en valor alzándose desde ese momento hasta 2019 incremento muy importantes tanto en petróleo como gas.

De esta forma, se fue actualizando paulatinamente los equipamientos necesarios para asegurar una operación segura, tratando de bajar los costos, optimizando procesos, cuidando el ambiente.

Por el lado de los consumidores de petróleo se encuentran Estados Unidos, China, Europa, Japón, Corea del Sur, India, Brasil entre los más destacados que movilizan gran parte de la economía mundial.

Dicho este panorama que describe la situación actual, se agrega el desacuerdo reciente que se presenta en la OPEP, entre Arabia Saudita y Rusia, dos importantes productores de petróleo, que parece en el presente como en segundo plano, dado el problema de la pandemia.

La realidad es que al no acordarse una reducción, se produce un aumento unilateral de parte del Gobierno de Arabia Saudita, que ordena a su empresa SaudiAramco, a incrementar su aporte al mercado demandante.

Consecuencia, se estuvo inundando de petróleo el mercado, pero este mercado no tiene la demanda necesaria y por consecuencia de la pandemia del COVID 19, tiende a una fuerte declinación, sin vislumbrarse un cambio importante en esta tendencia en próximos momentos, provocando una caída importante del precio del petróleo.

Según informaciones los grandes países consumidores, están almacenando petróleo, pero esto no es infinito, mientras que todavía no se conoce la salida de esta pandemia.

A su vez en estos momentos, comienza una disminución muy fuerte de ingresos, acompañada por la demanda, como consecuencia del freno de la economía mundial, viendo que en un futuro próximo, tal como mencionara anteriormente las empresas dedicadas al desarrollo no convencional tomaron importantes créditos para estos desarrollos, debiendo comenzar a reintegrar los mismos en próximos tiempos.

Un aspecto importante, y a no desatender, es que como consecuencia de este parate de la economía mundial, se está observando una disminución de la contaminación ambiental, cuestión a tener en cuenta en el futuro.

Estamos en una crisis, de orden sanitario o de salud pública, obligando a la humanidad atener responsabilidad y aprovechar como una oportunidad, dado que el mundo que tuvimos hasta fin del 2019, ya no será el mismo, y en esta transición que estamos transitando en estos momentos, se debe aprovechar buscando los caminos posibles dentro de nuestra inteligencia, un nuevo mundo por lo menos con determinadas reglas en común para todo el planeta. No es la primera, ni va a ser la última.

(*) Ingeniero Industrial. Representante provincial en la Organización de Estados Productores de Hidrocarburos (OFEPHI)

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