12 de febrero 2021 - 07:59

Las 5 claves a tener en cuenta en la negociación de precios y salarios

En Argentina ya hubo intentos fallidos por controlar inflación. El rol de cada uno de los actores sociales. La responsabilidad del Gobierno. Las variables en juego.

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Telam

Hace 40 siglos en Babilonia se impuso un rígido control de precios y salarios a través del Código Hamurabi (conjunto de leyes más antiguos en la antigua Mesopotamia).

  • Si un hombre contrata a un trabajador de campo, deberá darle ocho gur (unidad medida mesopotámica) de maíz por año.
  • Si un hombre contrata un resero, deberá darle seis gur de maíz por año.
  • Si un hombre contrata un pastor para vacas y ovejas, deberá darle ocho gur de maíz por año.

En la tabla figuran muchas más leyes para controlar salarios para arriba y para abajo en forma discrecional. Muchos no son legibles. Estos controles de salarios y precios restringieron la producción, generaron una caída de su economía y el imperio entro en decadencia por siglos.

1- Precios, salarios y consumo en el mercado interno

Esta semana volvimos sobre el intento de acordar precios y salarios. Con una inflación de partida del 36% pero alimentos y bebidas que corren a más del 50% interanual y que constituyen la canasta básica alimentaria e indumentaria que corre a más del 60% interanual y forman parte de la canasta básica total el objetivo es lograr en año eleccionario controlar precios, moderar salarios pero con recuperación de ingresos por encima del 29% que se sostiene como proyección de la inflación para 2021. Los salarios sin piso ni techo tienen por objetivo y necesidad del gobierno que superen a la inflación del período. El Gobierno sostiene que el 70% de nuestro PBI se mueve por el Consumo y que dentro de la Demanda Agregada el Consumo Privado debería ser el puntal del rebote de la economía con mucha restricciones para que los sea el sector público con déficit, el sector privado sin incentivos a la inversión y las exportaciones con necesidad de acumular reservas para hacer frente a los compromisos de pago de deuda externa.

2- Diferentes visiones económicas para empresas, gremios y estado 2021

Sin embargo, hay diferencias entre las visiones de los diferentes sectores de la mesa de negociación. Las empresas ven inflación del 50%, tipo de cambio oficial de $125 y gran inquietud sobre emisión de dinero, déficit fiscal, tarifas, impuestos y regulaciones. Los gremios no creen en la inflación del 29% por lo cual pueden aceptarlo con cláusula gatillo (es decir si no se cumple la empresa debe poner el diferencial que dio la inflación del período). El Gobierno no ve que controlar precios, subir naftas, no bajar impuestos, administrar el trabajo en pandemia con plantillas que son personal de riesgo y limitan la producción porque no volvieron a trabajar sea un problema para administrar una empresa luego de 4 años de caída de la economía en los últimos 5 años, sin crecimiento de la inversión y el empleo en 10 años y solo con un rebote de la economía en algunos sectores en 2021.

3- Desacoplar “precios internacionales” de los alimentos

El Gobierno cree que la suba del precio de los commodities como granos tiene influencia en los precios que pagan por los alimentos los argentinos. Sin embargo, todos los países productores de alimentos que también adquieren esos mismos commodities (trigo, maíz, soja, etc) a un precio dólar mayor no tuvieron suba en el precio de los alimentos de dos dígitos y menos de más del 50% como en el caso de Argentina. Deberíamos sospechar que solo una pequeña proporción de los mismos en los costos los tienen los commodities. Ha sucedido en más de una oportunidad que ante la imposibilidad de reducir el déficit fiscal y financiarlo con emisión monetaria aumentando su tasa de crecimiento por encima de la tasa prevista de crecimiento de la economía e inflación los platos rotos los pague el sector privado como culpables de la inflación. La “teoría de multicausalidad” de la inflación que considera el gobierno incorpora los márgenes de las empresas, tipo de cambio, puja distributiva e inercia lo cuales tienen más influencia que el lugar de la responsabilidad que le cabe como gobierno de tener un déficit fiscal sin financiamiento más que con impuestos (que desincentivan la producción e inversión) y emisión (que hace caer el poder adquisitivo del dinero por qué está por encima de su demanda cumpliendo otra función que es la de cerrar las cuentas públicas pero perjudicando la planificación de las cuentas privadas de empresas y hogares).

4- Precios de tarifas:

El Gobierno deberá anticipar a las empresas el plan de ajuste de tarifas. En principio los subsidios públicos hacia las empresas en concepto de tarifas son el 2,6% del PBI y el gobierno pretende ajustarlos en un promedio del 40% manteniendo subsidios sociales y distribuyendo la carga restante entre diferentes zonas y nivel socioeconómico. Las empresas tienen la incertidumbre de como impactará en sus costos la suba y que carga les tocará a ellos para esta mesa de negociación con acuerdo de precios. Quizás el antecedente más claro está dado por lo que sucedió con el precio de la nafta que paso de $53 en Junio 2020 a $80 en Febrero 2021 que tuvo a YPF (empresa petrolera estatal) como protagonista de la suba de precios que tiene efecto de segunda ronda en los costos de distribución de los bienes que se transportan en nuestro país tanto en origen, intermediación, producción y comercialización mientras que las empresas de consumo masivo están imposibilitadas de subir precios hasta el 30 de marzo si sus categorías están dentro de los 2.300 productos de programa Precios Máximos.

5- Salarios, Demanda y Empleo:

La situación del desempleo encrudeció por la pandemia y no podrá mejorar de no orientar la macroeconomía con un requilibrio de sus variables en los próximos meses y años. De acuerdo a un informe de Abeceb en 2020 1,2 millones de trabajadores quedaron desocupados con mayor impacto en informales y cuentapropistas (monotributistas y autonómos) donde en el promedio de la economía se trabajó un 20 % menos de horas con sobrecosto laboral para las empresas que debieron reemplazar a personal de riesgo con nuevas contrataciones para seguir produciendo. Argentina debería crecer 3% por año durante 5 años para lograr igualar el número de ocupados de 2019 que fue un año malo. Es decir en el mejor de los casos en el año 2025/2026 volveríamos a tener los números de ocupación de 2019.

Durante años electorales se busca estimular la demanda agregada, en este caso vía incremento de salarios por encima de la inflación. El beneficio de corto plazo es mejorar el consumo pero luego las consecuencias son que en una economía con precios controlados cuando los salarios crecen por encima de la tasa de crecimiento de la productividad laboral luego genera una situación donde el empleo no crecerá incluso con rebote de la economía o incluso puede provocar mayor desempleo en aquellos sectores donde no pueden afrontar el costo de la pandemia que aún continúa.

Analista Económico.

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