25 de septiembre 2020 - 00:01

En pandemia, el vino gana en todos los frentes

Según los especialistas, la industria fue una de las más beneficiadas durante el confinamiento. Crecieron las ventas en el mercado doméstico y también las exportaciones.

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“El vino hace la vida más fácil y llevadera, con menos tensiones y más tolerancia”, dijo alguna vez Benjamin Franklin. Y de eso pueden dar cuenta muchos argentinos que encontraron en esa bebida tan tradicional del país un aliado para atravesar el aislamiento por la pandemia de coronavirus que ya pasó de los seis meses.

Según datos de la consultora Investigaciones Económicas Sectoriales (IES), el consumo interno de vino tuvo un aumento de 8,8% en el acumulado de siete meses de 2020 (tras aumentar 4,9% en 2019), al totalizar 5,3 millones de hectolitros vendidos en este período analizado. Esto en un contexto en el que el sector de bebidas -con y sin alcohol- tuvo una retracción del 6,3% en el mismo período.

“La actividad vitivinícola se movió a contramano del resto de la economía y el consumo de vino exhibió un comportamiento sólido en los primero siete meses de 2020, con fuertes aumentos interanuales de los despachos al mercado interno entre enero y julio (el mayor consumo dentro del hogar compensa las casi nulas ventas de restaurantes), que fueron acompañados por un fuerte avance de las exportaciones, que se mantienen en crecimiento desde 2018”, sostiene el informe de IES.

En medio de la pandemia, el sector supo capear el temporal y sobrevivir a la caída generalizada del consumo. Con estrictos protocolos para asegurar la producción y la salud de sus trabajadores, distintas bodegas contaron a Ámbito cómo atraviesan el contexto actual y qué prevén para el futuro cercano.

Javier Collovati, winemaker e ingeniero agrónomo de la bodega riojana Valle de La Puerta, comenta: “A nosotros la pandemia nos agarró justo en medio de la cosecha. Inmediatamente instrumentamos protocolos internos de manejo de personal, barbijos, lavado de manos, establecer turnos, y mantener el distanciamiento dentro de lo posible ya que hay muchos trabajos en los que la gente está en contacto”. Gracias a esas precauciones, de momento no registró casos de coronavirus. Y en lo que respecta a las ventas señala que solo el primer mes hubo consecuencias negativas, pero que en los siguientes la actividad se recuperó y aumentó. “La gente ha empezado a consumir más vino en su casa y eso repercutió positivamente. Lo cual es muy bueno porque teníamos un stock de vino guardado. Lo mismo ocurrió con la exportación”, explica.

Desde Mendoza, Roberto Luka, presidente Finca Sophenia, cuenta que dado el contexto “tuvimos que replantearnos los canales de distribución y en poco tiempo logramos generar una estrategia de transformación de on-trade a omnicanal”. Así, las ventas en restaurantes pasaron a cadenas de vinotecas que además de la venta al público tienen su venta digital; mientras que también se lanzaron al comercio online desde su propia tienda virtual, algo que ahora esperan potenciar. Gracias a estas acciones asegura que no sufrieron disminución de ventas en el país. Asimismo, la bodega que exporta hace 25 años logró recuperar los envíos principalmente en EE.UU., México, China, Taiwán y algunos países de Europa.

“Nos adaptamos observando muy atentos a cómo venía la situación, no solamente en Argentina, sino en cada uno de los países donde estamos presentes, teniendo en cuenta el canal Horeca (Hoteles, Restaurantes y Cafeterías) que es quien más sufrió y continúa sufriendo en este contexto”, sostiene Martín Pérez Cambet, director comercial de Casarena Bodega y Viñedos, Mythic Estate Wines y Ramanegra, los tres proyectos de Dartley Family Wines. La estrategia fue apoyarse en el canal de venta en botella cerrada - off-premise- y en el online. “Básicamente fue y es una situación donde, viendo la estructura comercial de cada importador y de cada distribuidor, poder generar la condición donde todas esas ventas que se hacían en el canal Horeca se pudieran pasar a lo que era la venta “off-trade” y venta online y poder generar la venta online, que es una forma importante y creciente del consumo actual”, añade.

En este caso, el pronóstico a futuro es más conservador, atado a las reaperturas de los comercios gastronómicos. “Lo que entendemos es que en el momento que la pandemia termine van a pasar algunos meses hasta que la gente se sienta segura para salir nuevamente y luego ya a mediano plazo, a dos o tres años, vemos una reactivación total donde la gente va a querer volver a viajar, volver a salir a consumir, etc”, analiza Pérez Cambet.

El sondeo de IES destaca que pese a que el sector bebidas se contrajo, y seguramente cierre en baja el año por séptimo período consecutivo, sobresalió el segmento vitivinícola que verificó un claro avance en el consumo interno, así como una notable expansión de sus exportaciones (en volúmenes) en los primeros siete meses del año. “El mayor consumo de vino obedeció al cambio de hábitos que impuso la cuarentena, ya que se consume más vino en el hogar como gratificación, compensando con creces las menores ventas en restaurantes, situación que beneficia en particular a los vinos de alta gama y por ende a las bodegas, ya que facturan productos de mayor valor”, explica.

Y remarca que “el sector vitivinícola es el único que escapa a esta coyuntura contractiva, ya que exhibirá una recuperación en 2020 (el consumo dentro del hogar reemplaza la ingesta en restaurantes), que se combina con un aumento de las exportaciones, en un contexto donde las bodegas cuentan con elevados stocks y se encuentran recuperando mercados”.

El justo equilibrio

A contramano, el mercado de las cervezas se retrajo 7,1% en los primeros siete meses de 2020, principalmente afectado en las artesanales por el retroceso del consumo masivo que produjo el covid-19 debido a que sus ingresos dependen casi exclusivamente de ventas en bares y pubs. Aunque se conservan las ventas a través de supermercados y online para el consumo doméstico.

“Tenemos la responsabilidad de estar presentes en este momento delicado. En esta oportunidad sumamos reeditando ‘La Pinta de la Paz’, un regreso pensado para colaborar con las cervecerías artesanales”, dijo Laura De Bona, gerente de marca Quilmes. Se trata de una cerveza colaborativa elaborada junto a Mesta Nostra. Con la venta de este producto se recaudarán fondos para destinar al enlatado de 40.000 latas de cerveza artesanal. Se suma a la causa la enlatadora Los Vascos.

Victoria Di María, business manager de Craft Society, delivery de bebidas, comentó: “En nuestro caso, al ser un e-commerce ya teníamos una base estructural para brindar servicio online”. La ejecutiva ve tras el aislamiento una oportunidad de incrementar el negocio. “Sin dudas que el hábito de la compra online llegó para quedarse, mucha gente va a seguir eligiendo esta modalidad para la categoría de bebidas”, afirmó.

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