11 de diciembre 2025 - 10:30

Andrés Rodríguez, de UPCN: "Si hay un embate contra la estructura sindical, lo vamos a enfrentar"

El titular de UPCN advirtió que defenderá los convenios por actividad y la ultraactividad ante la reforma laboral. La CGT se reúne para analizar su estrategia parlamentaria y judicial.

Andrés Rodríguez, titular de UPCN, uno de los gremios más grandes del país.

Andrés Rodríguez, titular de UPCN, uno de los gremios más grandes del país.

En medio de la ofensiva oficial para avanzar con una amplia reforma laboral, los gremios empiezan a mover sus piezas. La dinámica es vertiginosa, los borradores cambian y las señales que emite el Gobierno son difusas, algo que enciende las alarmas de la CGT -que se reunirá en las próximas horas- y, en particular, de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN). “Todavía no está claro cuál es el proyecto definitivo”, advirtió Andrés Rodríguez, secretario general del gremio estatal, una voz clave del sindicalismo tradicional.

En diálogo con Ámbito, Rodríguez sostuvo que el eje de la resistencia será la defensa del derecho colectivo del trabajo, en especial el sistema de convenios por actividad, la ultraactividad y el modelo sindical. También reconoció que algunos aspectos individuales podrían discutirse “si no alteran derechos esenciales”, pero marcó una línea roja: “No vamos a aceptar ningún intento de debilitamiento de la estructura gremial”.

Con críticas al funcionamiento del Consejo de Mayo, dudas sobre el texto final que el Ejecutivo busca llevar al Congreso y advertencias sobre el impacto social de los despidos en el sector público, Rodríguez anticipa que la CGT desplegará una estrategia combinada: negociación parlamentaria, judicialización y, si es necesario, acción gremial. A continuación, la entrevista completa.

Periodista: ¿Cómo ves la discusión sobre la reforma laboral, cuyos detalles empiezan a conocerse?

A.R.: El problema es que la reforma tiene contradicciones según quién la presente o la explique. Todavía hay elementos que no están claros y, por lo que entiendo, incluso hoy hay dificultades para que se trate en el Senado. Nosotros vamos a defender los derechos laborales, sobre todo los colectivos: la estructura gremial, la ultraactividad, los convenios por actividad. Eso es irrenunciable. Podemos contemplar algunos derechos individuales que ya existen en la práctica —como fraccionamiento de vacaciones o banco de horas—, pero si hay un embate contra la estructura sindical, lo vamos a enfrentar como corresponde. No nos negamos al diálogo, pero el funcionamiento del Consejo de Mayo fue ambiguo: se presentaban borradores que no terminaban de cerrarse y no había una búsqueda real de consenso. Vamos a conversar con el Congreso, con gobernadores, con la Justicia si hace falta, y, por supuesto, está la acción gremial.

P.: ¿Tienen en sus manos el texto definitivo del Gobierno? Circulan versiones de que aún se sigue escribiendo. ¿Ustedes accedieron a un borrador final o todavía se negocia?

A.R.: No, no está claro todavía. Hay contradicciones dentro del mismo Ejecutivo. Me imagino que lo resolverán en estas horas o días, porque dicen que quieren que se trate en diciembre. Como dije: defenderemos los conceptos fundamentales del derecho colectivo y podremos contemplar algunos puntos del derecho individual que no alteren derechos esenciales. Pero, por ejemplo, si se propone que una negociación por empresa pueda superar a la de actividad “si es mejor”, no lo vamos a aceptar. Nosotros sostenemos que la negociación debe ser por actividad, y luego descentralizarse en casos particulares. La ultraactividad también la vamos a defender: mientras se renueven cláusulas obligacionales y normativas, el convenio tiene vigencia. También veremos qué pasa con aportes solidarios y otros temas que aparentemente quedaron afuera.

P.: Dos temas fuertes que aparecen son indemnizaciones y banco de horas. ¿Qué posición tienen?

A.R.: En indemnizaciones podemos discutir mecanismos para reducir la litigiosidad excesiva, pero no vamos a modificar lo que está legislado en el contrato de trabajo. Y, según dicen, sería para trabajadores nuevos, no para quienes ya tienen derechos adquiridos. Sobre el banco de horas, en algunos casos ya se da en la práctica cuando lo propone el propio trabajador. Pero todo dependerá del texto final. Hasta no ver el proyecto claro, es imposible fijar posición definitiva.

P.: También hay un debate sobre los trabajadores que están fuera de la ley laboral, ya sea por informalidad o por nuevas aplicaciones. ¿La reforma resuelve algo de eso?

A.R.: No. Podemos poner cualquier texto y la informalidad no se va a solucionar. Eso se resuelve con crecimiento económico e inversión genuina. Cuando hay actividad, las empresas toman mano de obra. Esa es la realidad. Algunos empresarios dicen que no toman gente porque es “costoso”, pero eso es una visión errada: los aportes no son un costo, son salarios diferidos. Muchos empresarios prefieren negociar con el sindicato porque garantiza responsabilidad y previsibilidad. Eso también lo dicen ellos.

P.: ¿Cómo observan la cantidad de despidos en distintas actividades? Y en particular en tu gremio, que el año pasado tuvo una ola fuerte.

A.R.: Lo enfrentamos y en algunos casos logramos reincorporaciones. Pero fue una oleada de caducidad de contratos que dejó muchos trabajadores públicos nacionales en la calle. En provincias, por suerte, no ocurrió hasta ahora. Lo más criticable es que primero se decía que los trabajadores no estaban capacitados. Se hizo un examen y lo aprobó el 95%. Hay gente con mucha experiencia. Lo que están haciendo es desarmar el Estado, no modernizarlo. Se descuidan rutas nacionales, el sistema de salud está en crisis, la educación está en un limbo. El sector privado no va a hacerse cargo de esas funciones. Y en el sector privado también cerraron pymes y empresas grandes, con expulsión de mano de obra. Estamos yendo en sentido contrario al que supuestamente busca la reforma.

P.: Frente a este escenario, ¿qué estrategia está definiendo la CGT?

A.R.: Primero, seguir el trámite en el Congreso y establecer alianzas con diputados, senadores y gobernadores. Segundo, la vía judicial: ya fracasó el intento de limitar el derecho de huelga en el DNU 70 porque fue declarado inconstitucional. Y tercero, la acción gremial: ya hicimos movilizaciones y medidas de fuerza, y lo haremos nuevamente si se quitan derechos. Esperamos que el Congreso actúe con responsabilidad para evitar un deterioro mayor.

P.: ¿Cómo está hoy la relación entre los gremios, la conducción del PJ y el peronismo en general?

A.R.: La CGT siempre impulsa que el peronismo se reordene. No pasa tanto por la cuestión partidaria: el partido es un instrumento electoral. Lo importante es reconstruir la territorialidad nacional del peronismo, que gobernadores, intendentes y militantes elaboren un proyecto que vuelva a entusiasmar a la sociedad. De ahí surgirán líderes naturales. La CGT, pese a sus matices, mantuvo su unidad institucional, y podemos contribuir a que exista equilibrio entre los sectores para volver a ser opción de gobierno.

P.: Hoy se cumplen dos años del gobierno de Milei. En pocas palabras: ¿cómo lo calificarías?

A.R.: Un gobierno muy complejo y muy difícil. Ha tenido interferencias nacionales e internacionales y no ha logrado resolver la microeconomía, que es lo más importante. Por eso creo que la realidad social va a seguir deteriorándose, y eso traerá consecuencias.

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