Blumberg, a un retiro para no dañar a Macri
-
El Gobierno le baja el tono a la interna del bloque libertario
-
Pagano volvió a apuntar contra Menem: "Está dispuesto a llevarse puestas las instituciones"

Juan Carlos Blumberg
Dos razones empujaron a Blumberg a salir del radar por unos días:
Detalle: hace apenas diez días, Blumberg tenía decidido participar de dos eventos que funcionarían en la práctica como -aunque sin el marco formal ni oficial- procedimiento de instalación y lanzamiento de su candidatura a gobernador de Buenos Aires.
Este diario lo contó una semanaatrás. Mañana Blumberg participaría de un debate en la fundación Atlas con otros aspirantes a la gobernación donde, por primera vez, saldría del temario cerrado de la seguridad para disertar un tema sensible para la provincia: la coparticipación federal.
El plato fuerte llegaría cuatro días después. El sábado, en Casa Suiza, el dirigente encabezaría un acto organizado por peronistas disidentes que levantarían su postulación a gobernador. Estarían sectores de Peronismo de Pie (PdP), macristas y ex duhaldistas.
Nada de eso ocurrió: una recaída de salud de Blumberg, un entrevero con otro precandidato, el empresario Francisco de Narváez y la difusión frenética por parte de la Casa Rosada y dirigentes del kirchnerismo de la versión del título trucho congelaron la jugada.
Por esos días, en la intimidad, Blumberg evaluó con sus colaboradores -no siempre en buenos términos- el modo de abordar la crisis que, sabía, se le venía encima.
Hay que detenerse en un punto: el padre de Axel sospecha -por decirlo con sutileza- que detrás de la «operación» que reveló que no es ingeniero está De Narváez, con quien tiene, desde hace tiempo, una pésima relación.
«Que se vaya a presentar como candidato a concejal en Pilar», lo destrató tiempo atrás cuando un grupo de dirigentes le habló del empresario como potencial socio en una fusión de todos los sectores de la oposición anti-K.
Sin embargo, públicamente, Blumberg evitó -y evitaráatribuir responsabilidades por la trascendencia del no título. «Fue un error: Juan Carlos ya lo reconoció y pidió perdón cristiano. No importa cómo se supo porque es verdad», decían, ayer, en su círculo de colaboradores.
Quizá para rezar, Blumberg se refugiará unos días -hasta después de la segunda vuelta porteña- en un monasterio.
Dejá tu comentario