De la Rúa cerró apoyo de Menem-Alfonsín

Fernando de la Rúa tuvo que tolerar la humorada cuando ingresó ayer Carlos Menem a su despacho. «Vengo a hablar de la herencia recibida», le espetó el ex presidente, que llegó junto a su privadísimo Ramón Hernández. Menem explicó de inmediato con una sonrisa: «Me refiero a Cavallo, que es también herencia recibida». Los dos rieron antes de encararse a solas durante más de una hora. En este clima De la Rúa completará hoy en un almuerzo con gobernadores del todo el país y una cita con Chacho Alvarez la minirronda de recolección de adhesiones a la nueva vida que inició junto a Domingo Cavallo. Este, que dedicará el principal acto de la jornada a presentar un libro que escribió junto al economista Juan Carlos de Pablo, estará ausente de todas las reuniones. La intención del Presidente es decir urbi et orbi que él es quien manda y que el ministro de Economía no es el beneficiario de la cesión de poderes por el Congreso.

Eso lo había logrado ayer de dos visitantes que tienen cuentas pendientes con Cavallo, los ex presidentes Raúl Alfonsín y Menem. Estuvieron en la Casa de Gobierno durante la mañana y al salir destacaron que esos poderes son de De la Rúa.

Alfonsín aportó una perla: que Cavallo está cumpliendo el programa electoral de la Alianza, algo de lo cual habría que informar lo antes posible al ministro, que bien cree otra cosa.

Menem apostó a lo mismo y dejó puesto un huevito en la oficina que cuidó durante diez años: la posibilidad de que un lote de dirigentes peronistas ingresen al gobierno si el plenario de los caciques de la oposición se ponen de acuerdo en esa colaboración.

No tardó mucho para que el contendor interno del ex presidente dentro del PJ Carlos Ruckauf aclarase que Menem, aunque es el jefe formal del peronismo, cuando dice esas cosas habla a título personal. Quería salir al cruce de otra opinión riesgosa, surgida de la boca de alguien que es socio en lo formal pero de quien parece cada día más distante, Eduardo Duhalde. El ex gobernador y jefe del PJ bonaerense elogió la decisión de De la Rúa de cavallizar su gobierno: «En ésa la pegó», dijo en lenguaje lomense.

Alfonsín llegó a la Casa de Gobierno a las 9.45 para transmitirle al Presidente el respaldo del radicalismo a las primeras medidas adoptadas por Cavallo. Aunque aceptó que todavía «quedan algunos desorientados» en el radicalismo, el líder partidario aseguró que el grueso de los dirigentes respaldan a Cavallo tras haber quedado demostrado que sus primeras medidas «no se desvían» de las promesas electorales de la Alianza.

«Vamos a apoyar con toda nuestra fuerza lo que esté de acuerdo con nuestras convicciones y discutiremos lo que no, porque el radicalismo no pierde su independencia», expresó Alfonsín.

Y agregó: «Hay cierta desorientación, pero a medida que transcurre el tiempo se nota que el manejo está en manos de De la Rúa».

Menem, que ingresó a las 11.30 a la Casa de Gobierno, se cuidó de mencionar alguna frase de respaldo irrestricto al ministro de Economía y prefirió manifestar que « el apoyo del peronismo era al país». « El apoyo es al país, a través del Presidente y del ministro», dijo el ex jefe del Estado, tras haber estado reunido con De la Rúa por casi una hora.

«A mí no me gusta personalizar en política. Yo he peleado diez años o más con Cavallo, pero sus primeras medidas parecen políticas activas», señaló Alfonsín, en tanto que Menem replicó que «no fue tan así» cuando se le señaló que el ministro de Economía había abandonado con un « portazo» su gobierno.

Luego, ambos líderes partidarios se refirieron al futuro de la Alianza y al impacto que podría tener en la coalición gobernante la llegada de Cavallo al gabinete nacional.

«Aquí se está dando un nuevo frente, que todavía no es una alianza, porque eso es algo más profundo, pero se han incorporado políticos de otro orden y esperamos los resultados», advirtió, a su turno, el peronista, luego de haber criticado una vez más a Chacho Alvarez.

El Presidente recibió a sus dos antecesores acompañado del jefe de Gabinete, Chrystian Colombo. Este funcionario, sin embargo, se retiró para dejarlo solo al Presidente con sus visitantes.