Pasaron 81 días desde que Javier Milei estuvo por última vez en el Congreso para jurar como Presidente de la Nación. Su discurso en lo que será su regreso al recinto, al que entre tantas otras analogías denominó como “nido de ratas”, mantiene la misma expectativa que el 10 de diciembre del 2023. Sin embargo, estos dos meses de intensidad en la ejecución de reformas ofrecen una certeza a diputados y senadores: este viernes a las 21 horas nuevamente habrá sorpresas.
Discurso de Javier Milei en el Congreso: los legisladores se preparan para las sorpresas
El presidente de la Nación dará un discurso frente a legisladores y gobernadores luego de semanas de confrontación.
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El mandatario abrirá en Asamblea Legislativa el período de sesiones ordinarias con distintas rupturas de lo protocolar. Será un discurso más breve que sus predecesores (como mucho, 45 minutos), estará parado en un atril sin las escoltas de los dos presidentes de las cámaras (Victoria Villarruel y Martín Menem) y modificó el habitual horario del mediodía para hacer coincidir su intervención con una franja de masividad televisiva y de actividad en redes sociales. “Es parte del show time de ellos", analiza un diputado del peronismo para Ámbito, que coincide en que cada decisión libertaria apunta a concentrar la atención.
Explicitando la prioridad que le otorga a su discurso alguien que busca encabezar una batalla cultural, la agenda del jueves de Javier Milei estuvo dedicada a la redacción del texto que leerá frente a la Asamblea Legislativa: habrá herencia de la casta, salida al final del túnel de la inflación y alusiones a la agenda de seguridad que gira en torno al combate de la protesta social. Frente a él estarán legisladores, gobernadores y dirigentes políticos de décadas de trayectoria. Cada uno jugará su propio juego.
Diputados y gobernadores esperan señal de paz
"Hay muchos que creen que hay que pararse e irse, muchos que creen que hay que quedarse y otros que piensan que hay que contestarle", deliberan dentro de la Unión Cívica Radical en caso de ser apuntados directamente por el Presidente de la Nación en su discurso. La definición como bloque la resolverán en reunión el mismo viernes por la tarde. Situación similar discute Unión por la Patria, cuyos legisladores se encontraron este jueves después de la sesión de Comisión Bicameral para decidir si ponen carteles en sus bancas.
Precisamente, el final de la sesión de la Bicameral fue una oportunidad para que los legisladores acuerdistas aprovechen a reclamar tregua. “Espero que el Presidente tenga la inteligencia y la sabiduría de entender que la Argentina no admite más empujones”, dijo el senador cordobés Luis Juez. “No se puede gobernar sin ley, pero en todo caso sí se puede pero con baja efectividad", afirmó Nicolás Massot, que apuntó en conferencia a la intención que tiene Hacemos Coalición Federal (el bloque que se ve menos socavado por las agresiones, salvo cuando se apuntan a gobernadores) de acompañar los proyectos del oficialismo.
En todo caso, con excepción del Frente de Izquierda y la propia dirigencia de La Libertad Avanza, ambos espacios que convocaron a sus militantes a congregarse en el Congreso en simultáneo, la mayor parte del arco político apunta a desescalar el nivel de conflictividad discursiva. En ese plano simbólico se inserta la asistencia casi perfecta (salvo Alfredo Cornejo, que se queda en Mendoza por el Festival de la Vendimia, aunque es posible que se sume el chaqueño Leandro Zdero) de los gobernadores de Juntos por el Cambio para presenciar el discurso de apertura de sesiones. Incluso Ignacio Torres, que continúa en tensión con Nación por la transferencia de fondos. Apuestan por la imagen de dialoguistas.
“No veo por qué hay preocupación en que el discurso del Presidente tenga un carácter violento, eso claramente no va a ser así”, prometió Manuel Adorni en su conferencia de prensa en Casa Rosada, relativizando el exceso de frentes que abrió el mandatario en sus menos de tres meses de gobierno, que incluyó una lista negra de diputados que votaron en contra. La ley ómnibus, retirada este mismo mes por el oficialismo, y el DNU, cuya postergación de tratamiento sólo expone las dudas que hay sobre sus posibilidades de aprobación legislativa, demostraron los límites políticos de Javier Milei. Este viernes construyó el escenario perfecto para reencauzar el capital que aún preserva: en horario masivo y frente a los enemigos que él mismo construyó. Sólo resta sorprenderse.
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