El triunfo contundente de Sergio Massa tomó por sorpresa a la propia dirigencia y equipo de campaña del candidato de Unión por la Patria, que anoche a última hora se mostraban exultantes en las instalaciones del complejo Art C de Chacarita, centro electoral del oficialismo de los últimos años. La alegría, el mayor contraste con el clima de desilusión e inquietud que imperó en el mismo espacio al cabo de las PASO, animaba a los cuadros intermedios del oficialismo a aventurar un resultado favorable contra Javier Milei en la segunda vuelta.
El peronismo, desbordado por la alegría y la sorpresa por el mejor resultado
El búnker en el complejo C fue la contracara de las PASO y mostró un desfile incesante de funcionarios y militantes.
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Cambio de humor. El búnker de Sergio Massa fue mejorando el humor con el correr de las horas hasta el pico del discurso, con militancia exultante adentro y afuera del Art C de Chacarita.
El “bunker” del peronismo rebosaba anoche de funcionarios, sindicalistas, dirigentes sociales y simpatizantes que cerca de medianoche, con la totalidad de las mesas escrutadas, los resultados definidos y hechos los reconocimientos en las otras fuerzas en disputa, no salían de su asombro por los números del comicio. La fiesta parecía prolongarse hasta la madrugada luego de que el postulante a Presidente hablara por más de 20 minutos junto a su familia y a la de su compañero de fórmula, Agustín Rossi. Por si hiciera falta cerró su alocución con un llamado a la “pasión por la familia y por la Patria”, dos eslóganes que parecen destinados a contrastar con su rival del balotaje.
En una suerte de reverdecer del peronismo, la concurrencia, en su mayoría identificada con Cristina de Kirchner, ovacionó con igual intensidad a Axel Kicillof, el primero en hablar junto a todo su gabinete bonaerense luego de los resultados definitivos, y a Massa, que arrancó su discurso a solas para recién al final sumar a Malena Galmarini y a los hijos de ambos, con su postulante a vice y su familia.
Otro contraste con las PASO fue el amontonamiento de dirigentes. Tanto para oficiar de voceros durante la tarde-noche como para participar de los festejos hacia la medianoche fueron centenares los cuadros de primeras y segundas líneas que desfilaron por los pisos del complejo C. Por lo pronto repitió presencia la plana mayor de la CGT, con Héctor Daer y Pablo Moyano a la cabeza aunque, como es habitual, sin mezclarse. Hacia el final del día acudió en medio del público parte del equipo económico de Massa: estuvieron el viceministro, Gabriel Rubinstein, la secretaria de Energía, Flavia Royón, y el titular del INDEC, Marco Lavagna. Rubinstein se negó de manera rotunda a cualquier respuesta que tuviera que ver con la apertura de los mercados. También deambulaban con una sonrisa dibujada en el rostro el ministro de Educación, Jaime Perczyk y el diputado Eduardo Valdés, entre otros.
Durante la jornada habían oficiado de voceros, previo a los resultados, el ministro de Turismo, Matías Lammens, la massista Jimena López, la funcionaria bonaerense Cristina Álvarez Rodríguez y, cuando el optimismo ya lo inundaba todo, la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, el bonaerense Carlos Bianco y la senadora nacional Juliana Di Tullio.
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