Una brigada volante de peronistas no kirchneristas recorrerá el país en el próximo mes con el propósito de armar un mapa de alternativas para la pelea electoral del 2007. Los punteros de esa movida son Miguel Toma (produce peronismo en favor de Roberto Lavagna), Ramón Puerta ( referente de una eventual alianza Lavagna-Macri) y Julio César Aráoz (todoterreno del ex menemismo).
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La consigna es que «los peronistas no kirchneristas somos demasiados como para que salgan a cazarnos de a uno Lavagna, Sobisch o Macri» y bastó para reunir el viernes a un seleccionado de ese peronismo que buscó el secreto en un lugar insospechado de oposición: el tomado hotel Bauen (sector suites, sobre la porteña avenida Corrientes).
El grupo sesionó toda la jornada y juntó al trío Puerta, Toma, Aráoz, a quienes se sumaron los diputados Cristian Ritondo (tomista), la rebelde María del Carmen Alarcón -prepara lanzamiento a la gobernación de Santa Fe-, el « general» Francisco de Narváez, los legisladores macristas porteños Daniel Amoroso y Diego Santilli, los ex diputados Daniel Chicho Basile ( duhaldismo), Jorge Matzkin, Miguel García Moreno, Humberto Roggero, Miguel Saredi, Carlos Brown y Federico Russo (ex diputado peronista por Mendoza), el ex senador Héctor Maya, la menemista Alejandra Oviedo, los presidentes de bloques PJ provinciales de Catamarca y Santiago del Estero, el tucumano del Movimiento Popular Tres Banderas, Alejandro Sanjenis, el ex intendente Carlos Grosso (hoy recoge peronistas para Sobisch), los ex secretarios Rodolfo Vacchiano y Moisés Ikonicoff, entre otros.
Dedicaron todas esas horas a la catarsis de toda tenida peronista: antikirchnerismo de todos los colores y esperanzas de que el gigante dormido va a despertar y los va a coronar de poder en lugar del reinante Kirchner.
Reproche
Grosso, que ha heredado la manía cafierista por los documentos, leyó uno propio que viene escribiendo hace meses sobre la necesidad de que el peronismo vuelva a ser lo que fue. Le reprocharon que cultivase el sobischismo, pero el mendocino Russo le sacó la respuesta: «En Mendoza también yo estoy con Sobisch porque no hay una propuesta peronista; si la hay, yo me prendo».
Fue música celestial para los organizadores, que se pusieron como fecha fin de noviembre para volver a reunirse ya con centenares de adherentes a este frente peronista nokirchnerista.
Pasado el almuerzo -menú variado pero sin vino, para connotar la seriedad del encuentro-, la siesta los sorprendió en el intercambio de anécdotas. Por ejemplo, las que describen la crisis que hay en el grupo El General. Eduardo Camaño y Jorge Sarghini se enojaron porque De Narváez se mandó como candidato sin avisarle a nadie. Juanjo Alvarez no apareció más, enojado con Lavagna porque se lo defendió a reglamento.
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