21 de julio 2008 - 00:00

Pagar, hoy la única estrategia

Ricardo Jaime
Ricardo Jaime
Desde lugares tan distintos como la Secretaría de Turismo y el Ministerio de Trabajo -pasando, obviamente, por la Secretaría de Transportese «invitó» a todo el mundo vinculado (o no) con el mercado aerocomercial al acto de hoy en el Salón Blanco. El gobierno quiere asegurarse de que la convocatoria sea lo más abarcadora posible, y por eso en la Casa Rosada se verán las caras desde los gremios del transporte (aéreo o no) a las cámaras que agrupan a hoteleros, agencias de turismo y hasta establecimientos gastronómicos.

También estarán al menos cinco de los seis sindicatos que nuclean a los -por ahora- 9.000 empleados de Aerolíneas y Austral. La duda es si el ex subsecretario de Transporte Aerocomercial y secretario general de APTA (técnicos) Ricardo Cirielli aceptará el convite, atento a la pelea a muerte que mantiene con el secretario de Transporte Ricardo Jaime. A APA (personal de tierra), AAA (auxiliares de a bordo), UALA (pilotos de Austral), APLA (pilotos de Aerolíneas) y UPSA (personal superior) los acompañarán Hugo Moyano y Jorge Omar Viviani, inspirador y presidente respectivamente de la CATT ( Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte), de la que varios de esos gremios son miembros.

Los grandes ausentes serán Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz Ferrán, que hasta que se produzca -al menos en lo formal- el traspaso de acciones de Aerolíneas Argentinas y Austral seguirán siendo sus socios mayoritarios. Los empresarios españoles llegarán hoy a primera hora al país, concurrirán al despacho del ministro de Planificación Julio De Vido y firmarán allí el acuerdo de «due dilligence» que inicialaron el jueves pasado Jaime y el abogado de Marsans, Horacio Bruchou.

Antes de la firma, los españoles participarán de la reunión de directorio en la que se traspasará el manejo de la compañía al «Comité de Gestión» designado el jueves, del que formarán parte Julio Alak y Vilma Castillo (ex asesora de Cristina de Kirchner) por el Estado, y Jorge Molina y Horacio Fargosi por Marsans (falta aún nombrar al tercer representante del Estado). Tal como adelantó este diario el viernes, Alak será el nuevo gerente general de la aérea, nombramiento que será refrendado hoy en el directorio.

Después de la firma con De Vido, el paradero de Pascual y Díaz Ferrán pasará a ser un misterio hasta la hora en que emprendan el regreso a Madrid, seguramente para volver sólo cuando los auditores de ambas partes fijen las condiciones finales de la transferencia de acciones, para lo que tienen sesenta días. Desde ya, flaco favor se harían a ellos mismos participando de una fiesta como la que se planea en la Casa Rosada cuyo objeto es celebrar su partida...

Cabe resaltar que, a pesar de que Cristina de Kirchner tiene la intención de anunciar como un hecho la reestatizaciónde Aerolíneas, lo firmado es sólo un acuerdo de «due dilligence» (auditoría) sobre activos, pasivos y valor neto de la aérea, que debería desembocar en el retorno de la compañía a manos del gobierno.

  • Sin idea clara

    ¿Con qué planes llega la administración de los Kirchner a la propiedad de Aerolíneas y de Austral, una empresa que nunca fue privada? Sorprendentemente, todos los consultados por este diario (oficiales, gremiales y privados) admiten que -a pesar de que el gobierno y al menos dos sindicatos le hicieron la guerra a Marsans desde hace un lustro con el propósito de que se vayan- llegan a la empresa sin tener una idea clara de cómo sacarla de su actual marasmo.

    Lo que está claro es que deberán seguir desembolsando fondos de la Tesorería -como los $ 154 millones de las últimas dos semanas- para pagar sueldos, proveedores, sistemas de reservas y además comprar repuestos que permitan volver a poner en el aire a las dos terceras partes de la flota que permanecen en tierra por falta de mantenimiento.

    Se habla de un monto cercano a los u$s 200 millones sólo para este fin, suma a la que habrá que agregarle los u$s 30 millones mensuales de pérdida operativa que sufren Aerolíneas y Austral. También deberán levantar el pasivo intangible que es la pérdida de confianza de los pasajeros (tanto nacionales como extranjeros) que ante el rosario de huelgas y paros salvajes que padeció Aerolíneas los pasados años dejaron de elegirla: hoy es un hecho que, si se puede elegir, los viajeros utilizan otras aéreas aunque les implique un monto superior o incluso una escala más en su travesía. ¿El hecho de que esté en manos del Estado hará que se revierta este preconcepto.

    S.D.
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